domingo, 19 de agosto de 2007
Monstruos urbanos
La ciudad ruge.
Sales de casa a las 4 de la mañana para ir a trabajar. La oyes.
Ruge.
No es el ruido de un auto o de dos, es el ruido de los que siempre están circulando.
Miles al mismo tiempo durante la madrugada.
Millones en el día.
Nunca para el ruido.
Pero sólo en el silencio local podemos oír ese rugir general.
Pasan las horas y más y más se incorporan al rugido, y ya no lo oyes como rugido, ya es un rechinar de llantas, los motores cercanos, un claxon, los ruidos locales.
Y no puedes pasar por ningún lado.
Y no puedes llegar a tu destino.
Enfureces.
La ciudad crea monstruos. Es impotencia.
La lógica diría que te dejarán pasar. Pero todos atravesarán el mismo punto al mismo tiempo.
Y esos monstruos regresan a casa.
Agotados.
Y los tiempos de descanso nunca son suficientes.
Levántate de nuevo.
La ciudad ruge.
Ahí es donde nos encontramos todos. Algunos con menores distancias de traslado todos los días. Otros 50 kilómetros diarios de puro tráfico.
Y nuestras relaciones personales se afectan.
Y nuestros objetivos individuales se pierden.
Y la impotencia crece.
La neurosis. La histeria. La crisis.
La ciudad también debería trabajar para atender estos problemas.
Alguien se baja a pelear. Me reclama un supuesto cerrón que no fue más que un cambio de carril al mismo tiempo. Él, del segundo al tercero, yo, del cuarto al tercero. Se me cierra. Lo insulto en defensa. Detiene su marcha. Demanda que me baje a pelear. Para qué. No vale la pena. Me insulta. Regresa a su auto. Me alejo. Es el segundo tipo en el año que manotea sobre mi cristal. ¿Quién está mal? ¿él? ¿yo? Es la ciudad. Somos todos.
La ciudad debe financiar un ambicioso proyecto para combatir el estrés de sus ciudadanos. Esforzarse por generar paisaje urbano que relaje. Construir más parques donde hoy existen construcciones. Avenidas con monumentos no sólo en la zona central, sino hacia fuera. Dar consejos. Evitar que la publicidad radiofónica sea tan sangrona, al menos en los anuncios gubernamentales, tal vez. Que la estación de radio que hoy demanda el Jefe de Gobierno tenga una política de fomento a hábitos de relajación.
Necesitamos una política pública orientada a combatir el estrés urbano.
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2 comentarios:
Te hubieras bajado y el hubieras puesto una repu... Está ciudad es la selva, no le saques...
Pues, como decía, este año van dos tipos que se bajan a buscar pleito. Y como conductor me deben haber tocado unos 5 locos así. Finalmente los perdedores han sido ellos, que al no encontrar otro que pelee seguro habrán acabado lidiando con el escusado.
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