viernes, 31 de agosto de 2007
Ambulantaje
Este es el primer artículo en el que menciono algo del ambulantaje, y por ser el primero, y por ser uno de los temas más complicados, iré abordándolo en colaboraciones posteriores. Por este motivo quiero comentar el tema desde un punto de vista menos concreto que los demás artículos de este blog, más desde un deber ser, que el qué haremos.
Hoy tenemos a decenas de miles de personas en la Ciudad de México y su zona conurbada viviendo del ambulantaje, en sus distintas formas. La economía informal está demasiado arraigada en nuestras vidas, tanto como consumidores como proveedores y vendedores. Esas decenas de miles de personas tienen su círculo de vida alrededor del ambulantaje: sus amigos son vendedores, sus familiares son vendedores, viven el ambulantaje todo el tiempo. Seguramente conocerán gente de otros círculos, pero tienden a llevar el ambulantaje por las venas:
1. ¿Saben hacer algo más?
2. ¿Cuál es su papel en la productividad nacional?
La economía informal representa, según el INEGI, el 10% de la economía nacional, no obstante, en términos de población ocupada representa entre el 28 y el 29% de la población. Es decir, que el 71% restante produce el 90% de la economía, y si toda la economía fuera formal, con esta productividad, el PIB de México sería como 20% mayor (aunque algunos dirán que sería 10% menor, puesto que ese 29% no tendría empleo).
Hay vendedores ambulantes que saben cocinar. Todo el mundo requiere de quienes sepan cocinar. Habrá buenos y malos vendedores, activos y pasivos. Pero finalmente la dependencia que tiene su vida respecto a la economía informal es muy alta.
Sea que participen en un tianguis, en un mercado sobre ruedas, con un puesto semifijo o completamente de ambulantes, quienes hoy conforman la economía informal tienen demasiado arraigada una actividad, cuyos consumidores también la valoran y también tienen arraigados sus hábitos de consumo, pero hay una serie de factores que a la sociedad en su conjunto deja insatisfecha: la falta de pago de impuestos, la falta de un sistema de seguridad social y pensiones para los trabajadores de la economía informal, las externalidades que implica su actividad, como el espacio que ocupan en la banqueta o en el arroyo vehicular, la humareda y los olores, la irregularidad en el consumo de luz, la falta de higiene tanto en o personal como la no disponibilidad de agua potable, entre muchas otras.
Lo que quiero dejar muy en claro es que no hay vuelta de hoja. México país, y la Ciudad de México en concreto, deben ir reduciendo paulatinamente su economía informal, su ambulantaje. Hay muchas otras razones de tipo urbano.
No estoy hablando de que en la megalópolis perdamos el tiempo persiguiendo vendedores ambulantes. Lo que creo es que en el largo plazo debemos reducir a un mínimo indispensable la economía informal, y que poco a poco la informalidad, de la cual el ambulantaje es uno de los elementos más importantes, se vaya convirtiendo en formalidad.
¿Realmente queremos calles y avenidas cerradas entre uno y tres días de la semana por la presencia de un tianguis? ¿Realmente queremos que entre el transporte público y la entrada de nuestra oficina vayamos respirando casi todo tipo de aromas culinarios? ¿Realmente queremos que la mercancía de origen ilegal llegue a todos los mexicanos a través del ambulantaje y los mercados informales? Creo que la respuesta es no, pero no me atrevería a decir que no para mañana.
En esta ciudad debemos buscar que poco a poco los informales se formalicen y las cosas mejoren. Yo no sé si esto deba tomar 6 años, 30, 50 ó 100. Lo que sí creo es que como sociedad debemos ponernos como meta una ciudad con menores actividades informales, y particularmente con tianguis más pequeños, más ordenados; con menos vendedores ambulantes, todos regularizados; con menos puestos semifijos, sin la invasión del espacio del peatón por el espacio del ambulante. Con una definición social de lo que se desea lograr en esta materia.
Hoy cumplimos un mes publicando diario estos artículos, así que mañana comentaré hacia dónde me gustaría llegar. Nuestra siguiente meta es llegar a 50 artículos diarios. Sólo nos faltan 19. La siguiente meta serán los 100.
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