En estas fechas se discute si el jefe de gobierno debe o no solicitar autorización de la Asamblea Legislativa para salir del país. Yo percibo que detrás de esta petición está desde luego el control que los chuchos quieren imponer a Marcelo Ebrard, a la cual se suman algunos diputados.
A nivel nacional siempre ha estado la duda de si es lo mejor que el presidente pida permiso para salir del país, y a menudo estas peticiones se han enfrentado a posturas de los legisladores que, ya sea por oponerse a los constantes viajes del presidente o por demostrar su poder, han terminado por frenar algunos viajes y amenazar con la suspensión de otros.
El primero que enfrentó el veto a un viaje fue Ernesto Zedillo, pero finalmente se resolvió la no autorización mediante un desglose individual de cada viaje, en vez de la autorización en paquete. En cambio Vicente Fox tuvo más problemas con esto, y en vez de aportar más información prefirió confrontarse ... y llegó al extremo de proponer algún viaje a Australia en condiciones tan extrañas que más parecía un permiso para un evento personal que una estrategia del Estado Mexicano para fortalecer sus relaciones con ese país, sólo que la negativa del Congreso alteró un evento internacional en Vietnam al que sólo podía acudir el presidente y no el canciller. Fox, en vez de suspender el tramo de Australia en su gira y sólo acudir a Vietnam, prefirió hacer berrinche ... al fin que sólo faltaban unos días para concluir su mandato.
¿Vale la pena continuar con este permiso para el Presidente de México? ¿Vale la pena imponer este requisito al Jefe de Gobierno del Distrito Federal? Sin duda no. El problema es que el Jefe de Gobierno del D. F. por lo general aspira a la Presidencia, así que sus giras pueden ser una estrategia de acercamiento a la comunidad mexicana en el extranjero y a gobiernos de otros países. De igual forma, puede ser que sin permiso algún presidente intente viajar a Australia a visitar a su hija y no a fortalecer las relaciones con ese país.
Yo haría énfasis en el concepto de rendición de cuentas. Más que el permiso para salir del país, lo relevante es que el presidente, el gobernador o el jefe de gobierno rindan cuentas a los gobernados de sus viajes internacionales. Por lo tanto no sólo me declaro contrario a que se le imponga el requisito del permiso al Jefe de Gobierno, sino que sería partidario de que al Presidente de la República se le releve de esta exigencia.
Claro, esta exención de permiso se puede matizar y limitar a viajes menores a cinco o siete días. Es decir, que sólo los viajes largos requieran permiso y que los viajes cortos (y también los largos) requieran una exhaustiva rendición de cuentas: costos, acompañantes, agenda, resultados, limitación a las actividades personales, entre otras cuestiones.
Pensar que por pedir permiso para salir del país ya se tiene rendición de cuentas es un error. Es más relevante exigir que los viajes den resultados, que dar la autorización para salir del país.
miércoles, 15 de agosto de 2007
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