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miércoles, 29 de agosto de 2007

Paraderos


Los paraderos han sido origen del desorden en la Ciudad de México, por muchos años. El más simbólico, por su estratégica ubicación, ha sido el de Indios Verdes. Cientos de microbuses y autobuses entran todos los días desde el Estado de México, y hacen fila para acceder al paradero, dejar pasaje y esperarlo, para regresar a los municipios conurbados del norte. Con la falta de capacidad de Indios Verdes, el tráfico se desborda hasta la autopista México-Pachuca, que es la puerta de entrada para quienes viven en Ecatepec, Tlalnepantla, Tultitlán, Coacalco, Tecámac, Acolman y otros municipios conurbados de la región. El tráfico en Indios Verdes mejoró con la puesta en operación del Metrobús, pues descargó la fila de los que esperaban pasaje para tomar Insurgentes.
Otro paradero que quiero mencionar antes de hacer mi propuesta es el de Zapata. Allí se aprovechó el espacio para hacer un estacionamiento subterráneo, un gimnasio y un paradero techado. El movimiento en el paradero es relevante, pero no del nivel de Indios Verdes o de Cuatro Caminos, y hoy funciona mucho mejor gracias a esta construcción pero no se puede decir que se haya acabado el tráfico provocado por el transporte público en la zona.
Finalmente, en el caso de Pantitlán y Cuatro Caminos, que son otros dos muy importantes paraderos, podemos percibir un impacto en la zona muy elevado. Para Cuatro Caminos hay congestionamiento en calles aledañas y una saturación de los accesos desde Periférico. En Pantitlán las calles son más angostas y los transportistas tienden a desviarse por todas las calles posibles, generando afectaciones vecinales muy importantes, y un tráfico permanente en las principales calles.
¿Qué hacer con los paraderos? Los paraderos requieren inversión y requieren ofrecer los servicios que hoy no ofrecen, o que lo ofrecen de manera informal. En algunos casos necesitamos paraderos con más de un nivel de servicio. El edificio se puede pagar mediante una concesión y la renta de espacios: los transportistas deben pagar una cuota módica por su uso, los ambulantes deben convertirse en locatarios fijos que a su vez combatan el ambulantaje, los paraderos podrían contar con cines, tiendas, oficinas públicas, bancos, servicios médicos y hasta guarderías. Cuando en un espacio relativamente pequeño se mueven miles o decenas de miles de personas, sin duda el punto es atractivo para la inversión. El gran problema de esta ciudad es que no ha sabido dar facilidades a las inversiones que se requieren (y hasta termina dando facilidades que no se requieren para proyectos que violan la planeación urbana, como la Torre Ataúd).
No todos los paraderos son susceptibles de crecer y convertirse en centros comerciales, pero al menos con la demanda actual de pasajeros, creo que esto puede ocurrir, a reserva de corroborar la factibilidad, en paraderos ubicados en líneas del metro, como Observatorio (uniendo la terminal poniente), Chapultepec, Pino Suárez, San Lázaro, Zaragoza, Pantitlán, Tasqueña, Tacuba, Cuatro Caminos, Indios Verdes, La Raza, Universidad, Martín Carrera (sobre todo a partir de la línea 2 del suburbano que terminará allí), Politécnico, El Rosario, Barranca del Muerto, Constitución de 1917, Santa Martha, La Paz, Río de los Remedios y Ciudad Azteca.
Adicionalmente otros paraderos que no coinciden con el metro, como los de Estadio Azteca, San Ángel, Tlalnepantla, Central de Abastos, Tláhuac (que ahora ya tendrá metro), entre otros, podrían consolidarse en centros multiservicios para mejorar la operación.
Los paraderos en México han sido como una forma más de ambulantaje. La improvisación los hace que estén sólo al nivel de la calle, cuando podrían generar inversión, lo que crearía más empleos y formalizaría lo que hoy es economía informal: un empleado de la ruta cobrando lo que no declarará ante Hacienda, y a su vez una economía basada en el ambulantaje, sin invertir y sin pagar impuestos.
En Bogotá iniciaron con el concepto de incorporar los servicios a los paraderos, aunque no consolidaron centros comerciales. Yo me atrevería incluso a pensar en algunos paraderos más ambiciosos que consolidaran el transporte urbano, el suburbano y el interurbano, y que en el largo plazo estuvieran entre los centros comerciales con mayor derrama económica del país. Hay que empezar con estas transformaciones pronto. Y ya que toqué los temas de ambulantaje y de Bogotá. Mañana jueves hablaré de Bogotá y el viernes del ambulantaje.

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