Lo que hizo Marcelo Ebrard con su anuncio sobre la propuesta de seguro de desempleo es sin duda un ejemplo de lo que no debe hacerse: tratar de negar la participación opositora borrando las imágenes en las que había un gesto de protesta. Por dos décadas, los presidentes han tenido que vivir con protestas durante el informe. Quizá al principio eran justificables por los pocos espacios de participación política opositora. Hoy son una verdadera monserga. Aún siendo de mi partido, puedo no compartir el que los diputados del PAN sacaran unas discretas pancartas contra Marcelo Ebrard, pero mucho menos comparto que éstas queden borrosas o pixeladas en un anuncio de televisión para exaltar la figura del Jefe de Gobierno (están aprovechando la ventanita que ofrece el hecho de que aún no se publique la reforma electoral que impedirá la promoción personal de los funcionarios).
Es cierto que hay que suavizar ciertas posturas, que uno tiene que conciliar, que un político no puede ser puritano todo el tiempo. No obstante, tampoco es posible rayar en un extremo de negar la existencia de la oposición, aún bajo el supuesto de que ésta tienda a abusar de su posición opositora.

No hay comentarios:
Publicar un comentario