El bloguero de la megablógolis

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domingo, 6 de julio de 2008

Suponiendo que llegan a expropiarme

Creo que donde está mi casa esto no ocurrirá nunca. No obstante, uno no puede descartar algo así.
¿Qué harías tú, si llegan a expropiar tu casa para construir una avenida, una línea del metro, una planta de tratamiento, el centro cultural del tricentenario, qué sé yo?
Como apasionado de los temas urbanos puedo ser muy subjetivo y decir que mientras más ambicioso sea el proyecto con el que me expropien, más honrado me sentiré ... siempre que la paga me permita compensar mi modo de vida actual, ya sea con una casa equivalente, o con un departamento amplio y céntrico.
Lo segundo, es decir, la compensación de lo que hoy tengo, me parece algo básico y que debe estar dado.
Lo primero, el sentirme honrado con un proyecto ambicioso que beneficie a todos sólo tiene relevancia para una persona como yo, no para la mayoría de la gente.
Por lo tanto, el esfuerzo del gobierno siempre debe ser la compensación de lo que se tiene. Una casa comprada a una inmobiliaria conocida (más no prestigiada, SARE, en mi caso, que deja los acabados medio mal hechos, a tal grado de que en mis excusados sale agua caliente), tiene menor valor sentimental que una casa autoconstruida en la que participó toda la familia.
Si en este momento me expropiaran y me dan el valor catastral, yo estaría perdiendo un 50% del valor de avalúo, y un 40% con respecto al valor comercial, y la cifra sólo alcanzaría para pagar la hipoteca. Ni un peso más. Pero si en cambio me dieran el valor de avalúo, yo estaría ganando aproximadamente 10% más de lo que en este momento pagaría el mercado. Pero si además me compensaran los gastos de mudanza y escrituración de otro bien inmueble, me sentiría satisfecho. Yo sólo tendría que esforzarme en hacer cajas y preparar mi mudanza hacia mi nueva casa, que en todo caso sería equivalente, en valor y comodidad, a la actual. Pero ojo: yo no tengo hijos. Y como no tengo hijos no tengo que compensar la posibilidad del cambio de escuela. Y tampoco tengo esposa, entonces no tengo que acordar con ella el que también se sienta compensada.
Si se tratara de una propiedad rural ¿cómo compensar el modo de vida? De la noche a la mañana una persona que tenga 2 mil metros de terreno en Tláhuac se quedará sin él, pero con 1,200,000 pesos en la bolsa, que no le darán un modo de vida, pero sí le alcanzarán para un departamento de interés social y un local comercial de poco valor. Alguien que ya tiene resuelta su vida: cultivos de autoconsumo y vida rural, de pronto se le ve arrojado a la selva urbana. ¿Cómo compensarle? Si a eso le añadimos que un persona acostumbrada al autoconsumo no sabe administrar el dinero, podríamos condenarlo eternamente a la pobreza si como consecuencia enloquece unos días al ver un cheque de ese tamaño y lo gasta antes de invertirlo en un bien inmueble.
Esta parte es la más frágil del proceso de dotación de infraestructura urbana a las zonas rurales. La compensación a un habitante urbano puede ser complicada, pero se le reemplaza con bienes urbanos. Al habitante de las zonas rurales no se le puede compensar, puesto que aún cuando se le triplicara la cantidad de tierra en sus manos, con terrenos más productivos, con agua y con tecnología, se le estaría obligando al desplazamiento, algo que en el campo no es usual, como sí lo es en las ciudades. El arraigo, inexistente para los urbanos, es un elemento de altísimo valor para los habitantes rurales.

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