Dicen las noticias que el inicio de obras de la línea 12 se ha pospuesto, al parecer por las protestas de los ejidatarios que se oponen a un pago de 600 pesos por metro cuadrado, lo que significa un pago de 6,000,000 de pesos por hectáreas. El pago no es tan malo si se toma como base la propuesta que en su momento había hecho el gobierno de Vicente Fox para la expropiación de los terrenos del Aeropuerto de Texcoco, que era sustancialmente menor. Sin embargo, dado que el área es urbana, los ejidatarios podrían obtener más recursos ... siempre y cuando los terrenos tuvieran el uso de suelo para vivienda o comercios, que supongo no es el caso.
Lo que aquí me parece pertinente señalar es que el crecimiento de la infraestructura urbana hacia la zona rural (ya sea ahora con la línea 12, quizá en unos meses con el libramiento Xochimilco - Oaxtepec, o con otros proyectos) se topará cada vez con mayores dificultades. Ya comentamos alguna vez respecto a la nueva autopista que enlazará Toluca con Cuernavaca.
En países desarrollados este problema es constante, y además tienden a ganar los habitantes y propietarios de los terrenos rurales, que sin embargo tienen el seductor incentivo de convertirse a urbanos.
La solución a este dilema está en que primeramente sí se desarrollen los proyectos como están planeados, pero que sean parte de un proyecto de punto final, es decir, que definamos qué otros suelos rurales estamos dispuestos a convertir en infraestructura urbana y si algún suelo boscoso requiere ser utilizado también para infraestructura urbana, y cuáles serían los impactos ambientales, urbanos y sociales. En función de este análisis, la ciudad debe tomar una determinación de hacia dónde y qué tanto crecer, con una visión de muy largo plazo. La conclusión, sin embargo, tendrá que ser muy conservadora: evitar al máximo afectar el suelo boscoso, y evitar también afectar el suelo rural. Este plan debe considerar las compensaciones necesarias y con una visión de costos crecientes, donde si bien el pago que se convenga con línea 12 sea no muy lejano de los 600 pesos ofrecidos (intuyo que esto subirá un poco), en lo futuro el pago sea cada vez más alto hasta que a la ciudad le salga más barato invertir en detener el crecimiento de la mancha urbana que dotar de nueva infraestructura a las colonias de reciente urbanización.
Sintetizo: no estoy defendiendo ni la alternativa de ya no poner infraestructura urbana en el suelo de conservación ni la de seguir poniéndola. Lo que defiendo es que se haga con una visión de largo plazo y un programa de incentivos a evitar la pérdida de suelo rural por infraestructura urbana. Sólo así lograremos frenar el crecimiento de la mancha urbana.
sábado, 5 de julio de 2008
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