El bloguero de la megablógolis

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domingo, 31 de agosto de 2008

Sanitarios subiendo la escalera eléctrica.

Ayer se medio llenó la plancha del Zócalo. La marcha contra la inseguridad fue profundamente desangelada, a diferencia de la que se hizo hace poco más de tres años. La lluvia sin duda espantó a algunos, pues cayó un aguacero torrencial como una hora antes de que empezara. Finalmente no hubo protagonismos (aunque sí los vimos los días previos) y al final se volvió la marcha fresa contra Marcelo Ebrard con la demanda de que renuncie o con "Seguridad sí, Playas no". Al final cada quien gritaba su consigna y si era contra Ebrard todos la secundaban. En algunos momentos hubo provocaciones de seguidores de Andrés López. Rostros parecidos a una escenificación de Los Miserables llegaban gritando "la delincuencia está en la Presidencia". Si uno lograba colocarse en el centro de la manifestación, como por ejemplo en la bocacalle de Madero, encontraba más entusiasmo.
En algún momento un grupo grande de la manifestación se desvió hacia las oficinas de la Jefatura de Gobierno y gritó consignas. Al término de la manfestación ocurrió lo mismo, en el lento avance hacia 16 de septiembre y 5 de febrero todos gritaban contra Marcelo Ebrard. Yo no grité porque nunca me sentí parte de la manifestación, aún yendo con playera blanca era más bien un observador. Pero además, porque no era el objetivo y habiendo pasado la crisis del News Divine no me parece relevante pedir la renuncia de Ebrard. Hay cosas que ha hecho fatal, como el manejo de esa crisis, y cosas que van muy bien como en general los proyectos de infraestructura.
El encendido de las velas, con el Zócalo apagado y el repique de las campanas de Catedral fue emotivo, pero no pasó de eso, un instante emotivo.
Regresé de la marcha con una conclusión tritísima. Nuestra sociedad está destrozada, dividida, manipulada por medios y organizaciones, sin rumbo. ¿Para qué o contra quién fue la marcha de ayer? Yo estoy convencido de que cada quien tenía su idea. Algo hay que hacer y pronto, y le estoy dando vueltas al asunto para plantear próximamente -no sé cuándo- una propuesta de recomposición del tejido social. Pareciera que hemos vivido una guerra civil: tenemos los muertos -más de 3000 al año, ahora muchos de ellos decapitados-, tenemos la división, tenemos la paralización, tenemos corrupción, tenemos un gobierno que no nos satisface y no tenemos mucha esperanza.
Pero sí tenemos capacidad para divertirnos, esa es la única diferencia. Al caminar por 16 de septiembre se oía un megáfono advirtiéndonos la existencia de baños públicos. La de la voz era sumamente rítmica y pronto escuché a familias divertidas cantando "sanitarios subiendo la escalera eléctrica". Eso es lo maravilloso de nosotros los mexicanos, que sin embargo podemos ser felices en cualquier circunstancia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado Remes.

Creo que la concurrencia a la marcha de éste sábado superó en número a la anterior, sin embargo no lo hizo en cuanto objetivos. Una paradoja recorre a la sociedad civil: encauzar movimientos suele crear lideres, pero ya no creemos en los lideres -por lo menos en el modelo que hay. el mismo ¿sentimiento o razonamiento? tuve yo y otros al final: ¿para qué va aservir esto? hoy veo a las cabezas visibles de la organización y creo vislumbrar para qué va a servir.
El tejido social se reestructura. Esa es la gran tarea, ¿a cuántos hubieramos convocado para pintar y dar mantenimiento a un parque? los vasos que comunican a los gobernantes con sus gobernados están modificandose: el problema es que ni uno ni los otros alcanzan a ver cuáles son esos instrumentos.
Vamos, manifestarte (?), ahora en contra de la delincuencia pudo ser, par algunos, un acto más para decir que estamos ahí, lo otro, que sirva para pedir a los servidores públicos cumplan con su responsabilidad, lo dudo...
Vamos a ver tu propuesta para el tejido social...ahí si vamos viéndo otros caminos.

JAMS