No he tenido aún la oportunidad de escuchar el discurso de Barack Obama y mañana le pondré atención, pero de lo que estoy cierto, luego de ver la narración de Bosco Gutiérrez Cortina, secuestrado en 1991, acerca de cómo sobrevivió y cómo escapó, y de escuchar discursos tanto emotivos como estratégicos en la Convención Nacional del Partido Demócrata en Estados Unidos, de que nos urge un replanteamiento no sólo de la política, sino de nuestra visión de hacer y ver nuestro entorno.
No quiero abundar más en lo que estoy diciendo, salvo que es profundamente idealista y de que si no miramos hacia un sueño mexicano y hacia un sueño capitalino, jamás podremos salir adelante. Prefiero no alargar el comentario de hoy, sino acaso invitarlos a leer el de ayer.
viernes, 29 de agosto de 2008
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