¿Cuántas veces no hemos visto decenas de parroquianos esperando entrar a un bar, como si éste se encontrara lleno, cuando en realidad está vacío? En una ocasión me llevaron a probar unas tortas ahogadas al centro de Zapopan -me encantan las tortas ahogadas- en donde aplicando la misma fórmula dejaban que la fila se formara pero no le daban las tortas a nadie, sino hasta las 12:00 horas. Una vez que empezaban a darlas, la fila avanzaba muy lentamente y no se esforzaban en agilizarla. Lo que buscaban era mostrar la cantidad de gente que estaba ansiando sus tortas ahogadas -que no me resultaron la locura, pues sigo siendo fiel a las de Clemente en Chapalita-.
Este tipo de estrategias de mercadotecnia han sido utilizadas también por Andrés López. Cada vez que lo agarraban en curva en algún tema decía que lo respondería después, e iba dejando fechas perentorias que nunca perecían o que finalmente perecían con un absurdo. Como las muchas estrategias de mercadotecnia, la estrategia supera al producto. Obvio, no es lo ideal (hay quien dice que no hay nada peor que una buena publicidad para un mal producto) y al contrario, se puede revertir. Andrés López se vendió como un tipo de producto que resultó muy distinto del que traía la estrategia. Entonces se desmoronó.
Creo que igual puede ocurrir con Marcelo Ebrard. Se reune el Consejo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y resulta que una de las notas más llamativas es que por primera vez están juntos, uno como Presidente de la República y el otro como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Felipe Calderón Hinojosa y Marcelo Ebrard Casaubon. Tanto marketing vacío de Marcelo Ebrard en torno a su encuentro con el verdadero, legal, constitucional, legítimo, único Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, electo por la mayoría de los mexicanos, declarado presidente por las instituciones de los mexicanos, pero en aras de trivializar la política a MEC le ha importado todo menos la inseguridad. Puso cuantas condicionantes pudo para no ir a esta reunión hasta que no le quedó opción.
Es como una mala discoteca con un montón de gente esperando entrar, sin saber que el ambiente al interior está del nabo. Es como un mal producto con una buena estrategia de posicionamiento. Así llegó hoy ... y con 12 muertos a cuestas donde en su atención al problema lo que menos importó fueron los muertos, sólo quiso inmolarse, cuidar a sus funcionarios, minimizar las cosas, ensalsarse.
Así llega este producto vacío y se encuentra con el Señor Presidente. Le guste o no.
Sin duda lo que propongo para esta ciudad es muy distinto. Que quien ensalse a su gobernante sea el gobernado, no su equipo de trabajo ni mucho menos él mismo. Con un gobierno más humilde podremos gobernar mejor.
viernes, 22 de agosto de 2008
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