Cuando era estudiante de la UAM Iztapalapa, Carlos Salinas de Gortari, entonces presidente, visitó Iztapalapa. Desde un día antes de la visita un helicóptero del Estado Mayor Presidencial se posó sobre uno de los campos deportivos de la Universidad. El día de la visita llegó un segundo helicóptero.
Todos los topes de la zona tuvieron dos recortes para facilitar el paso del vehículo del presidente.
Hubo protestas universitarias por la visita de Salinas, pero fue muy rápida, y no entró a la Universidad, a no ser que el segundo helicóptero lo haya llevado. Ese detalle no lo conocí.
La autonomía universitaria no fue violada por el aterrizaje de dos helicópteros militares, pero sin duda no era de buen gusto tenerlos allí. En la zona no había otros lugares tan atractivos para el aterrizaje de los mismos, eso hay que reconocerlo.
Menciono esto, porque, en concordancia con lo que he mencionado dos días antes, reitero que la autonomía se refiere a lo académico, a la libertad de expresión de todos, pero no a la extraterritorial del territorio de una universidad autónoma.
Pero la UAM no ha sido tan celosa de una autonomía territorial, como de una autonomía académica. Por otro lado, las universidades autónomas privadas no tienen ningún problema con la presencia de Policía Bancaria, Policía Auxiliar, ni aún en el caso de visitas "especiales" (léase con guardaespaldas o incluso del Presidente de la Repúblilca), con los escoltas y el Estado Mayor Presidencial. No chistan, porque saben que su autonomía no está allí.
Creo que es más importante fortalecer a las universidades públicas con recursos para formación e investigación, que mantener (en aras de la autonomía) sus sistemas internos de vigilancia, que usualmente no logran mayor eficiencia que mecanismos privados de vigilancia.
Con esto termino mis reflexiones sobre la autonomía universitaria.
martes, 10 de junio de 2008
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