El bloguero de la megablógolis

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jueves, 4 de octubre de 2007

Trato discriminatorio

Seas quien seas, te debo tratar siempre igual. Eso supone trato no discriminatorio.
Porque sé quién eres, te trato distinto, mejor o peor. Eso es trato discriminatorio.
Durante todo el gobierno de Andrés López, lo oímos hablar pestes de los pirrurris, de los tecnócratas, de los ricos, de los privilegiados, de los de arriba. Evidentemente uno en el discurso tenderá a discriminar a unos y a exaltar a otros. En la práctica esto no debe ocurrir. De cualquier manera, llevar el discurso hasta el extremo de no sólo pensar "arriba los de abajo" sino "abajo los de arriba", de decir "vivienda primero al hijo del obrero, vivienda después, al hijo del burgués", y de pensar en víctimas convertidas a victimarios, y victimarios hechos víctima, nos deja con una intolerancia natural hacia un grupo de la población.
¿Es eso lo mejor? Yo me atrevería a decir "Nunca más". La polarización que día con día construyó Andrés López estaba asentada en la manipulación que implicaba la sola idea de que un día los jodidos se pudieran vengar de los ricos que tanto los habían explotado. La realidad es que una persona que siempre se ha creído discriminado por los ricos y poderosos, considera que es tiempo de discriminar a todos los que no se alineen a su pensamiento.
Llevado esto al extremo es conveniente destacar que trato discriminatorio también es la sensación que tiene el poderoso de merecer más que los demás. El poderoso tiene todo el derecho del mundo de hacer esperar a otros. Ese es su poder. Puede jugar con los espacios de estacionamiento, con la seguridad, con los mejores asientos. Esa lógica de que unos son superiores, es la perpetuidad de las diferencias en nuestro país. Cantidad de oficinas gubernamentales bloquean lugares de estacionamiento, algunos funcionarios no saben qué hacer si se enfrentan a la justicia y entonces tienden a "charolear". El servidor público, y a veces a niveles muy bajos, se siente superior al resto de la población. "Nadie es más que otro si no hace más que otro" decía el Quijote. Pero lo que vemos es que la discriminación que priva en nuestro país empieza por esas actitudes.
Esto tiene que ver también con lo que decía ayer respecto al Bandasha. Es tan grave que se deje que un menor de edad compre alcohol en los "antros", como que el cadenero impida la entrada a los que no están en ambiente. Nuestra sociedad no puede seguir viviendo de las diferencias. La transformación de esta ciudad pasa por hacer al ciudadano igual a todos los demás.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Restando el guión de inicio y la falta de mayúsucla, este es el mejor artículo del blog.

Roberto Remes Tello de Meneses dijo...

Me cuesta trabajo pensar ... que este comentario no lo haya hecho JAMS

Anónimo dijo...

Que no te no te cueste...