Con más noticias acerca del metro, leí una que hablaba de los tiempos de espera de los trenes en la línea 1 del metro, con esperas de hasta 11 minutos en hora pico. Me cuesta trabajo creer que el metro está tan mal, pienso que la nota puede ser exagerada, sin embargo entiendo perfectamente que hay problemas de falta de mantenimiento y que urge incorporar a la línea 1 del metro a la renovación de trenes, como ya ocurrió con la línea 2.
Hablaba ya recién sobre las grandes distancias y la posibilidad de que la gente haga hasta tres horas de camino de su casa al trabajo y otro tanto de regreso. Esto sobre todo por no existir derechos de vía exclusivos del transporte, sea por metro, suburbanos, o al menos por Metrobús o equivalente (BRT).
Vivir en el metro sería algo así como un modelo de vida. Hoy día hablamos de vivir en el pesero. Allí te sientas y vas sintiendo enfrenones y acelerones. Arrullándote.
¿Qué transporte queremos? Quizá ante la expansión de la ciudad no podamos resolver plenamente las necesidades de los que viven en un extremo y trabajan en otro. Sin embargo, lo que sí podemos es mejorar bastante los trayectos, disminuir tiempos, dar certidumbre.
Hay que llevar las estimaciones de tiempos de espera a las estaciones. En las pantallas del comando central se sabe dónde está cada tren, por lo que esto se tendría que traducir a un "faltan 3 minutos para el próximo tren a Indios Verdes", y luego un "faltan 4 minutos para el próximo autobús al Monumento al Caminero". Por las noches podríamos esperar, incluso, que los trenes tuvieran horarios programados, de tal suerte que en la estación Camarones todos supieran que el último tren a El Rosario pasa a las 12:09 y el último a Estadio Azteca a las 11:55 (no pongo Barranca del Muerto pues mi propuesta es que la línea 7 se expanda al Estadio Azteca, cuando menos).
Con la certidumbre podríamos generar mayor comodidad a los usuarios. Me parece que entre las mejoras deseables estará el que en los recorridos más largos, haya más facilidades para que las personas viajen sentadas. Esto facilitaría viajes más tranquilos para quienes tienen que buscar un trabajo a decenas de kilómetros de su hogar. Bancas en las estaciones, mejores mapas de servicio, información audiovisual, etc. también podrán hacer más cómodos los viajes. Y finalmente la meta de que nadie haga más de 90 minutos de su casa al trabajo. Claro, esa será la más complicada.
martes, 16 de octubre de 2007
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