Uno puede cacaraquear el huevo para decir que hizo bien o mal una cosa. Casi cualquier obra o decisión es vendible así. De cualquier manera, hay decisiones costosas que los políticos no quieren tomar. El liderazgo en la ciudad implica tomar esas decisiones costosas. Cuando un gobierno se decide, adquiere un liderazgo que trasciende. También a eso se refería Felipe Calderón con su célebre discurso.
¿Está el jefe de gobierno del DF, este u otro, dispuesto a hacer algo cuya mayor recompensa no se vea ahora sino años después de que terminó su gestión? Cuando podamos decir que sí en muchos de los temas, entonces tendremos un gobierno de altura, con liderazgo para la ciudad.
Este ha sido hasta el momento el artículo más breve. Hoy el gobierno de Marcelo Ebrard me dejó una buena impresión por una reunión de trabajo en la que participé con algunos de sus funcionarios. De momento no puedo decir de que se trata. Cuando sea el momento lo diré. Pero es por ello que retomé el tema del liderazgo. Si otras decisiones se toman así, qué bueno que así sea, contrastará la censura a las pancartas del PAN durante su informe, con una buena decisión. Ojalá y ya pronto pueda decir a qué me estoy refiriendo, y ojalá el GDF muestre posturas con visión más allá de los límites de una administración. La mediocridad de los antecesores lo había impedido.
martes, 2 de octubre de 2007
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