Dudo mucho que yo tuviera la misma actitud con policías extranjeros que la que tengo con policías mexicanos. No soy irrespetuoso, en general, pero siendo desconfiado tomo muchas precauciones.
Se supone que en Estados Unidos, si uno es detenido, debe mantener las manos en el volante hasta recibir otra indicación, ya sea sacar la licencia o los documentos del auto, o descender del vehículo.
En México no hay reglas. Alguna vez me pararon y los policías no estaban de acuerdo de si yo venía rápido, me había pasado el alto, traía los vidrios polarizados o era un operativo de rutina. Los ignoré, porque su acto de autoridad no estaba fundado y motivado, era un mero capricho.
¿Cómo podemos tener una policía respetable en esas condiciones? Imposible. Necesitamos una policía que sea inflexible en sus protocolos, y que sea muy respetuosa de los derechos del ciudadano. De otra forma seguiremos siendo mañosos de ambos lados.
domingo, 28 de septiembre de 2008
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