Hay una columna en el REFORMA que lleva como título el que hoy he puesto a mi colaboración. El origen, aún cuando la columna habla más bien de la "grilla" en la capital, es la pésima operación del transporte concesionado en esta ciudad.
Este miércoles supimos de un accidente más. Dos microbuseros echaban carreras y de pronto uno perdió el control de la unidad, volcó y mató a dos personas, más una decena de heridos hasta cierto punto graves. El chofer, tranquilamente, dijo que iba a llamar al seguro y nunca volvió.
Entre las sanciones de que se habló estaba la revocación de la concesión (lógico), los delitos y las multas, pero en el REFORMA leí algo de "la suspensión temporal de 120 vehículos de la Ruta 27". No sé cuál sea el fundamento legal para ello, pero hasta donde sé, no se puede sancionar a otros por lo que una persona comete. Sin embargo, no me parece descabellado.
La concesión supone la confianza del Estado a un particular, pero la organización en rutas supone una relación entre particulares. Si la concesión se otorgara a una empresa, sería más fácil sancionar a la empresa, pero como hasta el momento la relación es entre particulares, no se puede. Por lo tanto, esta sería una razón más para desear la constitución de empresas en todas las rutas, lo cual obligaría a todas a capacitar a sus choferes y a tener códigos de funcionamiento que evitaran accidentes evitables. Y sí, me sonaría lógico que -no suspendiendo vehículos porque eso afecta a los usuarios de la ruta-, la ruta enfrentara una sanción economica cuando ocurran accidentes graves por negligencia, y mayor multa si el chofer huye (lo cual incentivaría a que el que huya no lo defienda ni su p ... m ...).
viernes, 31 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario