He hablado en estos últimos días sobre la presión que hay hacia el suelo de conservación, particularmente los bosques. Quiero mencionar mi propuesta hacia las zonas rurales.
Creo que algunos cultivos deben ser preservados, a como de lugar. Estamos hablando de las hortalizas y las flores de Xochimilco; de los nopales de Milpa Alta, y de otros cultivos. El valor del suelo eleva el costo de oportunidad y tiende a sacar de la economía estos terrenos. El hecho de que haya prohibición al cambio de uso de suelo no resuelve mucho porque pese a las restricciones hay invasiones.
Veamos qué es lo que podemos hacer en cada delegación:
1. En delegaciones como Cuajimalpa, Álvaro Obregón y Magdalena Contreras, que son predominantemente forestales, pero con cultivos aislados de maíz, alfalfa y oleaginosas, el esfuerzo debe ser hacia programas (que ya existen) de plantaciones forestales comerciales o cultivos que no compitan con el bosque.
2. En delegaciones como Tlalpan, con grandes extensiones propias para pastizales y oleaginosas, procede lo mismo, pero adicionalmente habría que considerar las alternativas que propusimos el 31 de marzo para las zonas forestales con presión urbana (crear un cinturón verde).
3. En delegaciones como Xochimilco y Milpa Alta, con cultivos comerciales exitosos hay que establecer incentivos (principalmente pago por servicios a la ciudad) para que los terrenos no cambien de uso de suelo.
4. En Tláhuac, donde tenemos grandes extensiones de terreno en las que la productividad agrícola es baja y las presiones urbanas son altas, y en Iztapalapa, donde el suelo rural prácticamente desapareció pero que la ciudad no debió crecer tanto hacia las montañas, debemos buscar la recuperación de espacios y frenar las presiones sobre los expacios existentes dando un uso específico a todo el suelo rural y a buena parte del suelo hoy urbanizado. Me estoy refiriendo en concreto a la Sierra de Santa Catarina.
En la Sierra de Santa Catarina debemos reducir las urbanizaciones desordenadas, las zonas de escaleras (es decir, donde en vez de calles hay escaleras), y crear un nuevo corredor industrial, con una avenida de salida hacia la autopista a Puebla y hacia Ixtapaluca. Esto debe ocurrir en ambas faldas.
En la falda norte (Iztapalapa), me parecería importante hacer una gran avenida sobre la que se halle un nuevo parque industrial, que inicie en el Periférico y termine en la Autopista. En la falda sur, requeriríamos también una gran avenida y de igual manera un parque industrial. La diferencia entre ambas faldas es que la norte está urbanizada así que las expropiaciones serán más caras; y en la falda sur domina el suelo rural.
Cuando hablo de construir un par de avenidas amplias no es pensando en fomentar el uso del automóvil sino dar movilidad a vehículos de carga y generar un cinturón que frene la mancha urbana. La línea 12 incentivará a la urbanización de la Sierra de Santa Catarina y eso hay que evitarlo, como lo dije hace unos días.
La Sierra de Santa Catarina, tiene suelo de tezontle, lo que significa (según me han explicado) que tiene gran capacidad de filtración. De hecho, buena parte del agua que se consume en Iztapala viene de pozos (que ya se están acabando, y por eso es tan sucia). Si controlamos el qué hacer con el suelo en las zonas de infiltración de esta sierra, lograremos mayor infiltración y una urbanización más ordenada. Para estas dos zonas es que yo propongo crear sendas avenidas, que sirvan como freno a la mancha urbana, acompañadas de parques industriales ¡debajo de los límites urbanos actuales! (la exclamación es por si no había sido claro, se trata de revertir el crecimiento urbano).
miércoles, 2 de abril de 2008
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