domingo, 13 de abril de 2008
Paseos dominicales
Hoy por primera vez me fui a andar en bicicleta a los paseos dominicales sobre Paseo de la Reforma. Al menos una vez a la semana salgo a andar en bicicleta, pero pocas veces llego a la zona central. Me estacioné cerca de la fuente de las Ninfas, en Chapultepec, y de allí bajé, con mi amigo José Robles, hacia el Paseo de la Reforma. Nos tocó una carrera de 10 kilómetros que nos interrumpió el movimiento a la altura del Auditorio Nacional. Después de esta interrupción fuimos hasta el Zócalo y regresamos. Intentamos subir hasta el Castillo de Chapultepec, pero como ya había mucha gente nos lo impidió un policía.
Volvimos a Chapultepec y terminamos nuestra excursión.
Entre el metro Chapultepec y la Glorieta de Simón Bolívar, los carriles centrales son un paraíso para los ciclistas. En otros tramos reina la confusión. Evidentemente estos paseos son replicables en otras zonas de la ciudad. Pero cuando digo que en algunos tramos reina la confusión me refiero a los ciclistas ¿qué no pasará para los automovilistas? Ya me tocó esto en Churubusco y División del Norte alguna vez.
Creo que hay que continuar con estos paseos, promoverlos en escuelas y oficinas, pero hay que dar certidumbre a todos: peatones, ciclistas y automovilistas. Lo que hoy tenemos está cerca del caos, de no ser porque es en domingo.
Sin embargo, hoy día son muy pocos los beneficiarios de esta política pública. Por eso insisto en la promoción. El Distrito Federal lo podríamos dividir en 5 zonas (central, noreste, sureste, noroeste y suroeste) y en cada una de ellas propiciar estas actividades. Si no crecen, al cabo de una intensa promoción, entonces debemos dedicar vialidades secundarias; y si crecen, entonces sí podríamos generar más paseos.
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