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martes, 22 de abril de 2008

El poder de las delegaciones

Muchas veces he reflexionado con el tema de las delegaciones políticas y su relevancia como poder político en el Distrito Federal. No estoy atado a una u otra definición o atribución, pero mi conclusión, sin duda, es que las delegaciones deberían tener más poder.
Hoy día las delegaciones sólo hacen trámites, gestiones, pues tienen facultades muy acotadas. No cuentan con ningún instrumento regulatorio y su ámbito de acción a menudo queda fuera de las avenidas principales, pues allí no pueden pavimentar, no pueden hacer reparaciones ni tomar decisiones. También tienen problemas en lo que al otorgamiento de licencias de construcción, dado que el uso de suelo queda determinado tanto por la Asamblea Legislativa (lo cual está bien), como por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (que suele otorgar documentación relativa a los usos de suelo).
Yo esperaría, decía, más poder para las delegaciones, un órgano regulador con capacidad de expedir bandos, más que para la población en general, para sus habitantes. También creo que hay que discutir respecto a las capacidades recaudatorias de las delegaciones. Hoy día el predial se cobra a nivel central, pero podría lograrse mayor eficiencia si hubiera una coadyuvancia (con incentivos) de las delegaciones. Además, la redistribución necesaria de los recursos de las zonas ricas hacia las zonas pobres podría darse no a través de la recaudación en el predial, sino de las participaciones federales y otros ingresos.
Creo que la reforma a los ámbitos de poder (Jefatura de Gobierno / delegaciones) en el Distrito Federal debe darse muy pronto, y si es necesario modificar el Estatuto de Gobierno del DF, que se modifique con la participación del Congreso de la Unión, si es necesario modificar la Constitución, también. Es un tema apremiante.

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