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lunes, 10 de marzo de 2008

Salario básico y finanzas públicas

Cuando yo hablo del concepto "salario básico" como sustituto del salario mínimo, también pienso que éste ayudaría a potenciar las finanzas públicas, y con ello el gasto en infraestructura y el gasto social.
Hoy día los ingresos de la ciudad están muy acotados a incrementos que apenas sobrepasen la inflación. Para 2002, el metro subió de 1.50 a 2.00 pesos. El siguiente incremento que esperamos será, supongo, a 2.50 y ya habría problemas de falta de moneda fraccionaria. Lo lógico sería un aumento a 3.00. El primero equivale a 25%, que es un poco inferior a la inflación que hemos vivido desde que llegó a 2.00 pesos. El segundo, sin embargo, sería de 50%, superior a la inflación 2002-2008.
Pero para el trabajador eso no cuenta. Visto desde la lógica del asalariado mínimo, un incremento de 50 centavos puede representar un gran costo. En cambio, si garantizamos un salario superior a los 110 pesos, el incremento se empieza a diluir.
Yo tengo claro dos cosas:
1. Subsidiar el transporte implica un costo muy elevado para las finanzas públicas y no son los más pobres los más beneficiados.
2. No se puede imponer un costo a la clase trabajadora, sin ver cómo se hará para contrarrestar su impacto.
Me parece que el tema del transporte es un solo ejemplo. Creo en que los servicios se den a costos reales, que el gobierno local no subsidie la operación del transporte sino sólo la construcción; que el agua compense todos los costos que implica su traslado y posterior tratamiento; que todos los servicios públicos deban estar respaldados con un ingreso público; y que los subsidios a la población más necesitada deben también tener su respaldo en el presupuesto.
Del otro lado, creo que debemos contar con policías mejor pagados y preparados, con servicios de emergencia de primer nivel, con mayores subsidios directos a la población más pobre, salud y educación de calidad, una completa red de transporte por infraestructura, con mejores vialidades, cuya capacidad en conjunto (la del transporte y la vialidad) crezca siempre por encima de la demanda.
El salario mínimo es por un lado un cinturón que aprieta a los trabajadores más pobres, pero también es un cinturón que aprieta a la sociedad, porque los ingresos públicos no pueden potenciarse. Creo que el concepto de salario básico es una alternativa que debemos instrumentar.

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