No podemos (ni debemos) hacer nada contra la libertad de expresión. Eso incluye el amarillismo, la morbosidad.
Estoy en casa y aprovecho un día de asueto. Anoche al llegar, ya pasada la media noche, había muchas patrullas en la esquina de Cafetales y Rancho Vistahermosa. Aparentemente había un accidente pero no vi ambulancias ni coches golpeados. Supuse de algún atropellado. Di la vuelta y llegué a casa. Hace unos minutos oí pasar una camioneta con un altavoz que anunciaba el periódico de última hora con todos los detalles de las dos atropelladas, incluyendo fotografías. En la misma ruta, pero más atrás, venía otra persona con otro magnavoz promocionando lo mismo.
No ha sido la primera vez que escucho esto. Investigo en los periódicos por internet y me entero que una muchacha de 27 años y su hija fueron atropelladas por una motocicleta conducida por otra mujer, aparentemente en un punto ciego provocado por un camión.
Quienes hoy perifoneaban las noticias sobre el accidente seguramente lo hacen todos los días en los barrios donde ocurre un accidente, un homicidio, aparece un cadáver, etcétera. ¿De qué viven? Del morbo.
Me resulta grotezca su actividad, pero mucho más el que la gente les compre. ¿Qué podemos hacer, sin violentar la libertad de expresión para combatir el amarillismo? Creo que lo que en el fondo busca la gente es un tema de qué hablar, algo en qué entretenerse, la cultura ligera.
Lo único que me parece podemos ofrecer es cultura, hacer que todos aprendan formas distintas en qué entretenerse y que los actores de la cultura cooperen en el combate al amarillismo. Lamentablemente éste es un gran negocio y no creo que a las dos grandes televisoras, ni a los periódicos de tercera les importe mucho construir los valores de una sociedad, sino más bien hacer negocio con la falta de valores.
Pero no tenemos otra alternativa que luchar por ello. Y por eso digo no al amarillismo y digo que si tengo la oportunidad de conducir el gobierno de esta ciudad, habré combatir el amarillismo y la morbosidad con políticas culturales.
martes, 18 de marzo de 2008
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