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martes, 26 de febrero de 2008

El convenio

En el mes de septiembre de 2004, el Gobierno del Distrito Federal y la PROFEPA, firmaron un convenio para resolver la falta de manifestación impacto ambiental de lo que existía hasta entonces, particularmente las 4 primeras etapas del relleno sanitario. Del lado del Gobierno del Distrito Federal, lo suscribió el Secretario de Obras y Servicios, el Ing. César Buenrostro, y por parte de la PROFEPA, yo lo firmé, en calidad de delegado, entonces, en la Zona Metropolitana del Valle de México.
Lo que resolvía entonces el convenio era un problema jurídico, más que un problema ambiental. Pero lo interesante estaba en las medidas de compensación ofrecidas por el gobierno local. Independientemente de que habría una forestación (no puedo hablar de reforestación en donde nunca había habido árboles) o algunas otras acciones, había el compromiso de que el bordo poniente en su etapa 4, sólo se dedicara a relleno sanitario y separación de basura, y no fuera una bodega del GDF como estaba siéndolo. También debían presentar un informe de alternativas, como de hecho hicieron (dos en Tláhuac y una en Tepetlaoxtoc, ofrecieron 10 meses después), y garantizar que no había deformación del suelo y los gases se debían canalizar adecuadamente.
El convenio también hablaba del fin de la vida del relleno sanitario y fijaba las limitaciones en términos de volumen y no de tiempo. La etapa 4, que contaba ya con 8 metros de altura, crecería hasta los 12 metros en promedio, considerando 11 en las orillas y hasta trece en el centro para lograr la estabilidad de todos los taludes.
En este momento lo que está pendiente, tres años y medio después, es el copeteo de los 13 metros, y rellenar las últimas celdas a 12 metros, con lo cual se entretendrán más o menos un año.
Bastaría por agregar, que el convenio sólo resolvía lo pasado, es decir, no implicaba en sí una autorización de impacto ambiental, sino resolvía lo jurídico. Por lo tanto, presentaron ante la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) de SEMARNAT, un informe preventivo para la ampliación del relleno sanitario. De la Comisión Nacional del Agua, unos meses antes, habían obtenido el permiso para seguir ocupando la Zona Federal del Lago de Texcoco.
La resolución de la DGIRA no la conocí, pero sí un poco los términos, que eran muy similares a los del convenio, con la salvedad de que en vez de volúmenes, sí se fijaban plazos. Es decir, independientemente de que no debían rebasar los 12 metros en promedio, en 2008 tendrían que detener el uso como relleno sanitario. Y en eso estamos en estos momentos. El relleno sanitario tiene capacidad para algunas centenas de miles de toneladas más, pero la fecha de cierre es anterior. Y el Gobierno del Distrito Federal no ha tomado la decisión de dónde tirar la basura.

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