Cuando hablo de Cooperativas del entretenimiento me refiero a una manera sistematizada de lo que hacemos al organizar una fiesta entre varios: unos llevan los platos y vasos, otros los refrescos, otros las tortillas y las salsas, luego otros más los guisados, más la botana y el pomo.
Entre muchos, organizar una fiesta es más barato. El antro de la colonia, o el antro del barrio no debe ser algo mucho más complejo, ni debe tener una inversión de millones de pesos.
Ya ayer decíamos del gran problema de trasladarnos por la ciudad para divertinos: alcohol y volante, inseguridad, falta de espacios de estacionamiento, costos mayores, discriminación, etc.
Cuando tenemos la diversión cerca, ésta podría ser mucho más sana. No me opongo a que la gente se emborrache, yo mismo lo he hecho, pero sí me opongo a que manejen en esas condiciones, a que la gente pague mucho más tanto por precios altos como porque perdió el control de lo que consumía una vez que se le subio.
En cambio, si fomentamos negocios en los que no hay un único dueño que pretenda la máxima ganancia, sino varios cooperativistas que buscan una forma honesta de vivir, tenemos que puede haber ganancias suficientes para que un grupo de amigos atienda a una centena de vecinos a lo largo de los días fuertes para el entretenimiento (miércoles, viernes y sábado).
En otros países así es, el problema es que en México se estigmatiza la apertura de un antro. Y eso no debe ser. Y luego los que están en colonias populares pueden tener el estigma de "mala muerte" y en los de las colonias ricas, además de la resistencia de los vecinos está el estigma asociado a drogas, prostitución, ruido, etc.
Tampoco los antros tienen que ser ruidosos.
Creo que, al igual que cuando hablé de las franquicias populares, aquí estamos ante un modelo de negocio. Diseñar y replicar este modelo de negocios será una función de la autoridad. La figura de la cooperativa tiene el beneficio que dije arriba: no se busca el máximo lucro, sino una forma honesta de vivir. Un cooperativista se arriesgaría mucho más al vender alcohol adulterado, perdería a su cliente si lo incita a emborracharse todos los días, perdería clientela si es deshonesto ... cosa que no ocurre con los antros "inn".
miércoles, 13 de febrero de 2008
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