El bloguero de la megablógolis

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martes, 26 de mayo de 2009

Las campañas sucias

A mí no me indignan los ataques entre candidatos o entre partidos. Finalmente el resultado obtenido es el que ya conocemos: la sociedad está harta de los partidos porque todos son iguales. Cuando uno ataca a un partido en medio de una campaña estrictamente ve la paja en el ojo ajeno, sin ver la viga en el propio. Lo que me indigna es que las campañas cada tres años, o año con año considerando que siempre hay elecciones en algún estado, sean exactamente iguales, los resultados exactamente los mismos (digo, podremos cambiar de partido triunfador, pero en el 95% de los casos, o más, hay una divergencia entre las expectativas y los resultados). Siempre las campañas tapizan la ciudad (yo lo hice en 2003 en el distrito 24 local), siempre las campañas ocupan los postes, siempre en las campañas hay uno o más partidos que tapan o quitan la propaganda de los demás, siempre los candidatos se meten en temas que no son suyos, siempre regalan porquería y media, siempre bla bla bla.
Yo creo que las campañas tienen que cambiar con base en nuevas reglas:
1. La libertad de expresión es un activo absoluto de todos los ciudadanos, incluidos los candidatos. Eso sí, asumiendo las responsabilidades de una eventual difamación.
2. Soy enemigo de los regalos. Éstos deberían estar prohibidos. No se debe comprar el voto con una playera, una pelota o una cubeta estampada.
3. Cero postes, cero mantas colgadas en forma desordenada.
4. Un folleto común para poder comparar a todos los candidatos, y que en ese folleto cada candidato esté obligado a poner sólo propuestas acordes a su función (diputados, propuestas legislativas; delegados, propuestas de gestión)
5. En lugar de tratar de censurar posturas y generar una persecución entre partidos, los institutos electorales deberían buscar que el mensaje de los partidos y candidatos pueda ser comparado contra el de sus rivales. En realidad, lo pestilento de las campañas se debe a que están compitiendo por la difusión de su mensaje, porque en la práctica sólo las campañas estatales tienen buen eco en la radio o la televisión, y no así las municipales, delegacionales o distritales.
Además, tenemos que fortalecer la capacidad crítica de la sociedad. El Partido Verde se manifestó contra el aborto, pero ahora se manifiesta a favor de la pena de muerte por lo espectacular. Hay muchas propuestas de los partidos que terminan siendo incongruentes con sus propias filosofías.
Las reglas de campaña deberían estimular discusiones de fondo y no cuestiones triviales.

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