La Delegación en Miguel Hidalgo ha anunciado que interpondrá una controversia constitucional porque no se le deja construir un par de pasos a desnivel. Todos sabemos que el Gobierno del Distrito Federal ha abusado, ha sido prepotente, ha aplicado la ley a su antojo en esta materia. Se podrá estar de acuerdo o no con la obra, pero es muy claro el abuso de poder con el que Marcelo Ebrard y su equipo se han conducido.
Desconozco el fondo de lo que plantearán al Poder Judicial Federal. De entrada no le doy muchas esperanzas al caso, salvo por la falta de facultades de la Secretaría de Protección Civil del Distrito Federal, que sólo puede actuar ante emergencia inminente, que no han demostrado -y que por ejemplo, cuando se construyó el Segundo Piso del Periférico, a un lado de ductos de Pemex, hicieron muy poco para garantizar la seguridad de quienes transitábamos por la zona-. Sin embargo, si el caso es exitoso la controversia constitucional tendrá consecuencias muy positivas para las 16 delegaciones y no sólo en lo referente a la delegación Miguel Hidalgo.
Me parece que fue Arne Aus den Ruthen Haag quien definió las Jefaturas Delegacionales como Gerencias de elección popular. Las facultades de los delegados están tan acotadas y el riesgo de abuso por parte del GDF es muy alto -A Germán de la Garza lo acosaron con auditorías sobre su gestión como director general en la administración de Fadlala Akabani-. Haría mucha falta, ya sea una legislación que les dé más poder, o un fallo de la corte que les dé autonomía de gobierno y mejor aún si los llegara a equiparar con los presidentes municipales. Suena difícil, pero da esperanzas para las 16 delegaciones.
viernes, 27 de febrero de 2009
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1 comentario:
Mientras o hayan cabildos, darle autonomía a las delegaciones sería lo peor que nos podría pasar. Cuando el gobierno es de una sola persona, es un desastre.
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