viernes, 31 de diciembre de 2010
lunes, 27 de diciembre de 2010
Fin de año de albazos
Este fin de año el Gobierno del Distrito Federal se empeñó en dar sorpresas. Comentaré las tres que tengo más presentes, una buena y dos malas:
1. La publicación inmediata de las reformas al Código Electoral
2. El inicio de obras del segundo piso del Periférico
3. La declaratoria de necesidad del corredor de Metrobús Línea 3
La declaratoria de necesidad del corredor de Metrobús, si bien parece un poco tardía pues las obras están por terminar en el Eje 1 Poniente, obedece a la incorporación del grupo ADO a la operación del corredor. Lo que más llamó la atención es que la autoridad determinara que sólo habría una concesión (a diferencia del corredor Insurgentes que tiene me parece 4 concesiones y el de Eje 4 Sur que tiene creo que 2), con lo cual los actores (rutas 1, 3 y 88 más ADO) tendrán que ponerse de acuerdo, o bien, será ADO quien opere la ruta incorporando a los actuales concesionarios. Me parece, sin embargo, una buena noticia el hecho de que se determine una sola concesión, pues esto llevará a una estandarización del servicio (y del mantenimiento y la capacitación de los choferes), en vez de dejar que los concesionarios actuales se incorporen a la concesión de Metrobús sin mayor esfuerzo. Esto nos acerca un poco al modelo Colombiano en el que las empresas operadoras de Transmilenio deben concursar con base en el costo del kilómetro de operación, lo que las lleva a un mejor modelo de competitividad.
Del segundo piso del Periférico ya no quiero comentar más. Me pongo de mal humor.
Y de lo que quiero hablar ahora es de las reformas al Código Electoral del DF, particularmente lo que se refiere al bloqueo al registro de nuevos partidos, mediante requisitos elevados (contar con la participación del 2% del padrón y asambleas de 1000 militantes por delegación). Estos requisitos son una barrera para formar partidos: los 1000 afiliados por delegación como quiera se pueden lograr ... acarreando gente por medio de líderes y por tanto perpetuando el corporativismo. En el caso del 2% del padrón simplemente hagamos cuentas: en 2009 tuvimos un padrón electoral de 7.35 millones de personas, por tanto el 2% implica la afiliación de casi 150 mil ciudadanos. Salvo el PRD, dudo que algún otro partido tenga esa cantidad de militantes en el DF, y aún en el caso del PRD los tiene por afiliación corporativa.
¿Queremos partidos políticos locales? Yo no tengo la menor duda. Sí. Con estos requisitos será imposible tenerlos y cuando los halla serán bastante deleznables: maquinarias corporativas sin ninguna propuesta trascendente para la ciudad. Yo quiero participar en un partido político local. No pido subsidio. Creo que el tema del subsidio ha desvirtuado la participación de los partidos minoritarios. Desde el robo de Gustavo Riojas y familia a través del Partido de la Suciedad Nacionalista, el subsidio quedó desvirtuado. Me parece que los nuevos partidos deberían tener acceso a medios de comunicación pero no a un subsidio económico antes de su primera elección.
También creo que los partidos políticos locales (en el DF y otras partes del país) deberían poder participar en las elecciones legislativas federales. Es decir, participar en la elección de los senadores y los diputados federales de mayoría, pudiendo acumular esos votos también para espacios de representación proporcional con una lista acotada. Esta ruta podría ser sustituta del registro de partidos políticos nacionales, de tal suerte que no hubiera registro a ninguno nuevo sin antes haberse expandido como partidos estatales.
En el caso del DF la principal ventaja que veo de contar con partidos políticos locales, no corporativos como en la práctica exige ahora la ley, es la conformación de una agenda local fuerte: recuperación del espacio público, ciudad multi o policéntrica, densificación, limitación al crecimiento de Santa Fe, promoción del transporte público, parques y jardines en zonas populares, dignificación del espacio público popular, etc.
La Asamblea Legislativa se apresuró a modificar la legislación ante el temor de que se registraran partidos no afines al PRD (y a otros), pero el Jefe de Gobierno pudo vetar esta legislación ... o tomarse su tiempo para publicarla. Sin embargo, queda claro que Marcelo Ebrard podrá ser el mejor alcalde del mundo, pero un demócrata no es. Con su publicación inmediata evitó que los nuevos requisitos quedaran fuera de los límites establecidos en otras legislaciones. De haberse publicado en enero, por ejemplo, estos requisitos no habrían aplicado en 2011.
Es una lástima que los partidos nacionales cierren el espacio a partidos locales. Finalmente, los mismos seres incapaces de ofrecer soluciones al país harán lo posible para que nadie más pueda aportar soluciones. Nadie que haya votado a favor del requisito del 2% puede llamarse demócrata.
1. La publicación inmediata de las reformas al Código Electoral
2. El inicio de obras del segundo piso del Periférico
3. La declaratoria de necesidad del corredor de Metrobús Línea 3
La declaratoria de necesidad del corredor de Metrobús, si bien parece un poco tardía pues las obras están por terminar en el Eje 1 Poniente, obedece a la incorporación del grupo ADO a la operación del corredor. Lo que más llamó la atención es que la autoridad determinara que sólo habría una concesión (a diferencia del corredor Insurgentes que tiene me parece 4 concesiones y el de Eje 4 Sur que tiene creo que 2), con lo cual los actores (rutas 1, 3 y 88 más ADO) tendrán que ponerse de acuerdo, o bien, será ADO quien opere la ruta incorporando a los actuales concesionarios. Me parece, sin embargo, una buena noticia el hecho de que se determine una sola concesión, pues esto llevará a una estandarización del servicio (y del mantenimiento y la capacitación de los choferes), en vez de dejar que los concesionarios actuales se incorporen a la concesión de Metrobús sin mayor esfuerzo. Esto nos acerca un poco al modelo Colombiano en el que las empresas operadoras de Transmilenio deben concursar con base en el costo del kilómetro de operación, lo que las lleva a un mejor modelo de competitividad.
Del segundo piso del Periférico ya no quiero comentar más. Me pongo de mal humor.
Y de lo que quiero hablar ahora es de las reformas al Código Electoral del DF, particularmente lo que se refiere al bloqueo al registro de nuevos partidos, mediante requisitos elevados (contar con la participación del 2% del padrón y asambleas de 1000 militantes por delegación). Estos requisitos son una barrera para formar partidos: los 1000 afiliados por delegación como quiera se pueden lograr ... acarreando gente por medio de líderes y por tanto perpetuando el corporativismo. En el caso del 2% del padrón simplemente hagamos cuentas: en 2009 tuvimos un padrón electoral de 7.35 millones de personas, por tanto el 2% implica la afiliación de casi 150 mil ciudadanos. Salvo el PRD, dudo que algún otro partido tenga esa cantidad de militantes en el DF, y aún en el caso del PRD los tiene por afiliación corporativa.
¿Queremos partidos políticos locales? Yo no tengo la menor duda. Sí. Con estos requisitos será imposible tenerlos y cuando los halla serán bastante deleznables: maquinarias corporativas sin ninguna propuesta trascendente para la ciudad. Yo quiero participar en un partido político local. No pido subsidio. Creo que el tema del subsidio ha desvirtuado la participación de los partidos minoritarios. Desde el robo de Gustavo Riojas y familia a través del Partido de la Suciedad Nacionalista, el subsidio quedó desvirtuado. Me parece que los nuevos partidos deberían tener acceso a medios de comunicación pero no a un subsidio económico antes de su primera elección.
También creo que los partidos políticos locales (en el DF y otras partes del país) deberían poder participar en las elecciones legislativas federales. Es decir, participar en la elección de los senadores y los diputados federales de mayoría, pudiendo acumular esos votos también para espacios de representación proporcional con una lista acotada. Esta ruta podría ser sustituta del registro de partidos políticos nacionales, de tal suerte que no hubiera registro a ninguno nuevo sin antes haberse expandido como partidos estatales.
En el caso del DF la principal ventaja que veo de contar con partidos políticos locales, no corporativos como en la práctica exige ahora la ley, es la conformación de una agenda local fuerte: recuperación del espacio público, ciudad multi o policéntrica, densificación, limitación al crecimiento de Santa Fe, promoción del transporte público, parques y jardines en zonas populares, dignificación del espacio público popular, etc.
La Asamblea Legislativa se apresuró a modificar la legislación ante el temor de que se registraran partidos no afines al PRD (y a otros), pero el Jefe de Gobierno pudo vetar esta legislación ... o tomarse su tiempo para publicarla. Sin embargo, queda claro que Marcelo Ebrard podrá ser el mejor alcalde del mundo, pero un demócrata no es. Con su publicación inmediata evitó que los nuevos requisitos quedaran fuera de los límites establecidos en otras legislaciones. De haberse publicado en enero, por ejemplo, estos requisitos no habrían aplicado en 2011.
Es una lástima que los partidos nacionales cierren el espacio a partidos locales. Finalmente, los mismos seres incapaces de ofrecer soluciones al país harán lo posible para que nadie más pueda aportar soluciones. Nadie que haya votado a favor del requisito del 2% puede llamarse demócrata.
lunes, 20 de diciembre de 2010
Y como por dónde
De las peores crisis, dicen, surgen los mejores ejemplos. Ese está siendo el caso de Colombia, que pese a su polarización política, es hoy un ejemplo internacional en temas como movilidad urbana, combate a la pobreza, combate a la violencia y crecimiento turístico. En México soy escéptico en este momento.
¿Tenemos cómo superar la crisis de la violencia en México? Creo que no de momento. Tenemos una sociedad que ha perdido sentido de la solidaridad, que casi no denuncia, que no entiende lo que ocurre; tenemos uno de los peores gobiernos nacionales, tenemos gobernadores penetrados por el narcotráfico, tenemos a los medios electrónicos al servicio de sus propios intereses y sus estrategias políticas. Los reos se fugan de las cárceles con facilidad, no sabemos sus nombres, no conocemos sus rostros; Marisela Escobedo muere asesinada en las puertas del Palacio de Gobierno de Chihuahua cuando reclamaba justicia por otro homicidio, al día siguiente incendian el negocio de su pareja, matan al hermano de éste y amenazan a su familia. ¿Dónde está César Duarte, gobernador de Chihuahua? Y en el tema de las fugas de reos en Tamaulipas ¿Eugenio Hernández es narcotraficante o para quién trabaja, por qué no hizo nada luego de la primera fuga? ¿Se atreverá a Calderón a acusar a Eugenio Hernández de evasión de reos o le tiene miedo al PRI? Mínimamente este inútil (Hernández) debe acabar en la cárcel: por acción u omisión es culpable de evasión.
Decenas de millones de pesos, o dólares, están siendo entregados o han sido entregados, al parecer, a la organización que secuestró a Diego Fernández de Cevallos. ¿Con ese dinero pagaron el atentado de San Martín Texmelucan? ¿No es coincidencia que se anuncie la liberación el mismo día de las explosiones? Este año hemos tenido como 10 mil homicidios, 30 mil en lo que va del sexenio. También atentados a ductos de Pemex. ¿Este fue el último o habrá más en los próximos días? Es obvio que estamos en un momento muy vulnerable, si alguien quiere desestabilizar habrá más atentados en horas o días, antes de que termine 2010.
En medio de todo esto, la Ciudad de México pareciera ser la heroína. Una organización declara a Marcelo Ebrard como el mejor alcalde del mundo, ser sede de la Cumbre de Líderes Globales y Regionales le dio mucha fuerza. La gente de los estados quiere venir de visita al DF. En medio del alza en el crimen en sus ciudades, sienten a la capital mexicana como más segura. Es más segura que a mediados de los noventa, sin duda, pero hay alza en robo a transeúnte, robo a casa habitación, robo de automóviles con violencia, entre otros delitos. El Gobierno de la Ciudad cancela proyectos por falta de recursos, opta por proyectos que son incongruentes con su discurso "verde". A mí me agrada en general el gobierno de Marcelo Ebrard, pero está muy muy lejos de ser el mejor alcalde del mundo ... y tendría mucho que decir de sus colaboradores cercanos ¿O no Martha?
Al final de cuentas, la política mexicana permanece insensible a los cambios que la sociedad demanda. El desplegado de la prensa juarense hace unos meses, con la pregunta ¿Qué quieren de nosotros? dirigida a la delincuencia, es la pregunta que deberían hacerse los políticos respecto a los ciudadanos. ¿Qué queremos de ellos? Menos parafernalia y más acción.
Hace unos días acudí a la SCT para presentar un proyecto de mejoras en la accesibilidad del tren suburbano, como estrategia para elevar la demanda, y un burocratito, con el que nos mandó el jefe de su jefe, se la pasó una hora explicando por qué no funcionaba lo que proponíamos. Mientras tanto el suburbano cuesta al país 50 millones de pesos mensuales porque no tiene la demanda prevista. No la tendrá nunca mientras se enfoque a mover fierros y no personas.
Las cosas van funcionando por inercia, en Monterrey hacen consultas públicas para luego no escuchar a los interesados, el alcalde evitando a toda costa que el Reglamento de Tránsito proteja a peatones y ciclistas, y fortaleciendo el velo de protección al automóvil. En el Parque Fundidora se construye el Museo Papalote, y los desarrolladores prefirieron talar decenas o cientos de árboles a tocar un centímetro cuadrado de la enorme plancha de estacionamiento y construir allí el museo donde la Señora Servitje enseñará a los niños, pobres y ricos, que el auto manda.
Termina un año pavoroso para el país. El presidente presume que comienza a declinar la cifra de homicidios y el mismo día en que matan a Maricela Escobedo mueren en condiciones similares más de 50 personas.
El pivote de cambio no está en la política tradicional. Este país requiere una nueva constitución, nuevas concesiones a los medios electrónicos bajo nuevas reglas, requiere indicadores de eficiencia para el quehacer político y gubernamental, instituciones participativas, combatir el poder del automóvil y de los guaruras, transformar la forma en que los ciudadanos convivimos: si el Estado Mexicano no se esfuerza por hacer que haya momentos en los que todos seamos iguales, esto jamás funcionará.
En Ciudad Juárez se intentó construir un sistema de transporte urbano avanzado, el Semimasivo, y quedó trunco, con autobuses comprados y en deterioro, por los pleitos locales. Si no pueden resolver los "otros" problemas ¿cómo vamos a bajar la cifra de casi 400 homicidios por cada 100 mil habitantes en esa ciudad?
Ya la estrategia ciudadana no puede ser hacia la eficiencia de los servidores públicos, entre los que hay buenas y malas personas, sino hacia la eficiencia del sistema mismo. Todo está hecho para que no funcione. Quién pagará por el crimen de Maricela Escobedo si ni la puerta de las oficinas del inutilísimo César Duarte es segura.
Propuesta: tenemos que llegar a un nuevo sistema de reglas de la sociedad que queremos. ¿Qué hay detrás de las sociedades que no tienen secuestros? ¿Qué hay detrás de las sociedades con baja delincuencia? ¿Qué hay detrás de las sociedades con alto nivel educativo, de salud, baja pobreza, buen transporte, economía floreciente, etc.? Sí es mucho construir sociedad, pero en una dirección clara, y hoy la dirección no está tan clara con este sistema de reglas que ya no funciona, ni para los políticos que no comprenden por qué se les reclama.
¿Tenemos cómo superar la crisis de la violencia en México? Creo que no de momento. Tenemos una sociedad que ha perdido sentido de la solidaridad, que casi no denuncia, que no entiende lo que ocurre; tenemos uno de los peores gobiernos nacionales, tenemos gobernadores penetrados por el narcotráfico, tenemos a los medios electrónicos al servicio de sus propios intereses y sus estrategias políticas. Los reos se fugan de las cárceles con facilidad, no sabemos sus nombres, no conocemos sus rostros; Marisela Escobedo muere asesinada en las puertas del Palacio de Gobierno de Chihuahua cuando reclamaba justicia por otro homicidio, al día siguiente incendian el negocio de su pareja, matan al hermano de éste y amenazan a su familia. ¿Dónde está César Duarte, gobernador de Chihuahua? Y en el tema de las fugas de reos en Tamaulipas ¿Eugenio Hernández es narcotraficante o para quién trabaja, por qué no hizo nada luego de la primera fuga? ¿Se atreverá a Calderón a acusar a Eugenio Hernández de evasión de reos o le tiene miedo al PRI? Mínimamente este inútil (Hernández) debe acabar en la cárcel: por acción u omisión es culpable de evasión.
Decenas de millones de pesos, o dólares, están siendo entregados o han sido entregados, al parecer, a la organización que secuestró a Diego Fernández de Cevallos. ¿Con ese dinero pagaron el atentado de San Martín Texmelucan? ¿No es coincidencia que se anuncie la liberación el mismo día de las explosiones? Este año hemos tenido como 10 mil homicidios, 30 mil en lo que va del sexenio. También atentados a ductos de Pemex. ¿Este fue el último o habrá más en los próximos días? Es obvio que estamos en un momento muy vulnerable, si alguien quiere desestabilizar habrá más atentados en horas o días, antes de que termine 2010.
En medio de todo esto, la Ciudad de México pareciera ser la heroína. Una organización declara a Marcelo Ebrard como el mejor alcalde del mundo, ser sede de la Cumbre de Líderes Globales y Regionales le dio mucha fuerza. La gente de los estados quiere venir de visita al DF. En medio del alza en el crimen en sus ciudades, sienten a la capital mexicana como más segura. Es más segura que a mediados de los noventa, sin duda, pero hay alza en robo a transeúnte, robo a casa habitación, robo de automóviles con violencia, entre otros delitos. El Gobierno de la Ciudad cancela proyectos por falta de recursos, opta por proyectos que son incongruentes con su discurso "verde". A mí me agrada en general el gobierno de Marcelo Ebrard, pero está muy muy lejos de ser el mejor alcalde del mundo ... y tendría mucho que decir de sus colaboradores cercanos ¿O no Martha?
Al final de cuentas, la política mexicana permanece insensible a los cambios que la sociedad demanda. El desplegado de la prensa juarense hace unos meses, con la pregunta ¿Qué quieren de nosotros? dirigida a la delincuencia, es la pregunta que deberían hacerse los políticos respecto a los ciudadanos. ¿Qué queremos de ellos? Menos parafernalia y más acción.
Hace unos días acudí a la SCT para presentar un proyecto de mejoras en la accesibilidad del tren suburbano, como estrategia para elevar la demanda, y un burocratito, con el que nos mandó el jefe de su jefe, se la pasó una hora explicando por qué no funcionaba lo que proponíamos. Mientras tanto el suburbano cuesta al país 50 millones de pesos mensuales porque no tiene la demanda prevista. No la tendrá nunca mientras se enfoque a mover fierros y no personas.
Las cosas van funcionando por inercia, en Monterrey hacen consultas públicas para luego no escuchar a los interesados, el alcalde evitando a toda costa que el Reglamento de Tránsito proteja a peatones y ciclistas, y fortaleciendo el velo de protección al automóvil. En el Parque Fundidora se construye el Museo Papalote, y los desarrolladores prefirieron talar decenas o cientos de árboles a tocar un centímetro cuadrado de la enorme plancha de estacionamiento y construir allí el museo donde la Señora Servitje enseñará a los niños, pobres y ricos, que el auto manda.
Termina un año pavoroso para el país. El presidente presume que comienza a declinar la cifra de homicidios y el mismo día en que matan a Maricela Escobedo mueren en condiciones similares más de 50 personas.
El pivote de cambio no está en la política tradicional. Este país requiere una nueva constitución, nuevas concesiones a los medios electrónicos bajo nuevas reglas, requiere indicadores de eficiencia para el quehacer político y gubernamental, instituciones participativas, combatir el poder del automóvil y de los guaruras, transformar la forma en que los ciudadanos convivimos: si el Estado Mexicano no se esfuerza por hacer que haya momentos en los que todos seamos iguales, esto jamás funcionará.
En Ciudad Juárez se intentó construir un sistema de transporte urbano avanzado, el Semimasivo, y quedó trunco, con autobuses comprados y en deterioro, por los pleitos locales. Si no pueden resolver los "otros" problemas ¿cómo vamos a bajar la cifra de casi 400 homicidios por cada 100 mil habitantes en esa ciudad?
Ya la estrategia ciudadana no puede ser hacia la eficiencia de los servidores públicos, entre los que hay buenas y malas personas, sino hacia la eficiencia del sistema mismo. Todo está hecho para que no funcione. Quién pagará por el crimen de Maricela Escobedo si ni la puerta de las oficinas del inutilísimo César Duarte es segura.
Propuesta: tenemos que llegar a un nuevo sistema de reglas de la sociedad que queremos. ¿Qué hay detrás de las sociedades que no tienen secuestros? ¿Qué hay detrás de las sociedades con baja delincuencia? ¿Qué hay detrás de las sociedades con alto nivel educativo, de salud, baja pobreza, buen transporte, economía floreciente, etc.? Sí es mucho construir sociedad, pero en una dirección clara, y hoy la dirección no está tan clara con este sistema de reglas que ya no funciona, ni para los políticos que no comprenden por qué se les reclama.
lunes, 13 de diciembre de 2010
Zonificación del transporte público
Dentro de unos meses será posible viajar por sólo 3 pesos entre Tláhuac y Ecatepec. ¿Eso es lo que queremos? De manera simple podríamos que responder que sí: los empleados y estudiantes, en general, no tendrían barreras económicas para llegar de un punto a otro de la ciudad, con uno de los metros más baratos del mundo. Aunado a esto, la posibilidad de conjuntar este servicio con los RTP de 2 pesos, permite ir, realmente, entre dos pares de puntos del Distrito Federal por un máximo de 7 pesos, así sea gastando en ello muchas horas.
En otras partes del mundo, sin embargo, se han establecido distintos sistemas de zonificación del pago. Por ejemplo, dentro de una determinada zona central, se realiza el pago mínimo. Esto se logra por lo regular con el uso de un boleto para entrar y salir del sistema. De esta forma, el boleto conserva información para moverse dentro de esta zona central, si el usuario intentara salir de ella, el boleto sería inútil para la salida del sistema, o bien, el usuario tendría que pagar la diferencia.
En Holanda, por ejemplo, es posible comprar una tira de con 15 espacios. Al subir al sistema, uno debe dejar un espacio vacío y sellar si es que sólo se moverá en una zona, si es en dos zonas debe dejar dos espacios vacíos, y así sucesivamente. Hay lugares que establecen una zonificación muy simple, anillos concéntricos y cualquier movimiento al interior de ellos, por corto o lejano que sea, tiene una tarifa. Hay también sistemas mucho más complejos, donde hay una tarifa específica para cada par de estaciones. Las combinaciones son infinitas: el sistema podría tarificar la distancia en los trenes, mas no en los autobuses, de tal suerte que los movimientos en autobús son libres y en tren están sujetos a la distancia; en otros casos, todos los movimientos quedan sujetos a la distancia.
¿Por qué es ineficiente dejar una sola tarifa para toda la ciudad? Basta simplemente con ver los precios de la vivienda en Tláhuac en este momento: hay una presión excesiva para urbanizar Tláhuac. De pronto la gente tendrá cerca el metro y podrá llegar en poco más de una hora de Tláhuac a Polanco, por ejemplo. Por lo tanto, hay incentivos para vivir más lejos, compensando posibles alzas en el precio del suelo en sitios más céntricos.
¿Son los más pobres los beneficiarios de una tarifa plana en el metro? Sin duda no. El encarecimiento en los precios del suelo en colonias adyacentes a la infraestructura para el transporte termina por "gentrificar" y desplazar así a los más pobres. Éstos, por suparte se ven frente a la necesidad de tomar un transporte que los deje en el metro y por tanto gastar más en transporte. ¿Sabemos realmente lo que queremos al empeñarnos en una tarifa plana para el metro?
Tengo clarísimo que no sería fácil instrumentar en México una política de pago por distancia (comenzando por el hecho de usar el boleto o tarjeta para entrar y salir del sistema). En buena medida el fracaso del tren suburbano pasa por el cobro por distancia (simplificado en dos tarifas, 6 y 14 pesos según el número de estaciones). El transporte concesionado opera en general con un pago por distancia, que sin embargo está relativamente sujeto a la confianza o a la buena memoria del chofer. En el metro se introduce un boleto para entrar al sistema y sólo se cobran los transbordos con la línea A del metro.
Generalizar un cobro por distancia en la red de transporte de la Ciudad de México (ya sea como metrópoli o simplemente en el Distrito Federal) provocaría los siguientes efectos, desde mi punto de vista:
1. Encarecimiento del empleo. Habría empleados que dejarían de prestar sus servicios por dificultades para pagar el transporte, para compensar la disminución en la oferta laboral, los empleadores tenderían a elevar los salarios.
2. Los empleados buscarían alternativas de empleo más cercanas. Esto ayudaría, quizá en el mediano plazo, a reducir los grandes desplazamientos.
3. Densificación. Para evitar grandes desplazamientos, la gente tenderá a buscar empleos ya sea en la zona central, o en alguno de los centros urbanos fuertes, evitando los grandes desplazamientos.
4. Fortalecimiento de la economía local. La gente buscará reducir la distancia de sus desplazamientos y derramará sus propios recursos en su zona, esto fortalecerá la tendencia a crear empleos cercanos.
Hay un punto difícil de transición en el que los empleados enfrentaran una reducción de su ingreso disponible para otros bienes, para poder pagar el transporte público, pero sin duda en el mediano y largo plazos la política será positiva. ¿Vale la pena buscar una tarificación por zonas? Me parece que sí, pues cada vez estoy más convencido de que la superación de los problemas de la ciudad no se logra si seguimos manteniendo políticas equivocadas que implican un desperdicio de recursos y otros factores relativos a la calidad de vida, y en realidad estaremos posponiendo temas como el combate a la pobreza cuando queramos hacer lo opuesto. Es decir, empeñarnos en un transporte barato con tarifa plana por toda la ciudad terminará por afectar a quienes queremos beneficiar, como ha ocurrido hasta ahora.
En otras partes del mundo, sin embargo, se han establecido distintos sistemas de zonificación del pago. Por ejemplo, dentro de una determinada zona central, se realiza el pago mínimo. Esto se logra por lo regular con el uso de un boleto para entrar y salir del sistema. De esta forma, el boleto conserva información para moverse dentro de esta zona central, si el usuario intentara salir de ella, el boleto sería inútil para la salida del sistema, o bien, el usuario tendría que pagar la diferencia.
En Holanda, por ejemplo, es posible comprar una tira de con 15 espacios. Al subir al sistema, uno debe dejar un espacio vacío y sellar si es que sólo se moverá en una zona, si es en dos zonas debe dejar dos espacios vacíos, y así sucesivamente. Hay lugares que establecen una zonificación muy simple, anillos concéntricos y cualquier movimiento al interior de ellos, por corto o lejano que sea, tiene una tarifa. Hay también sistemas mucho más complejos, donde hay una tarifa específica para cada par de estaciones. Las combinaciones son infinitas: el sistema podría tarificar la distancia en los trenes, mas no en los autobuses, de tal suerte que los movimientos en autobús son libres y en tren están sujetos a la distancia; en otros casos, todos los movimientos quedan sujetos a la distancia.
¿Por qué es ineficiente dejar una sola tarifa para toda la ciudad? Basta simplemente con ver los precios de la vivienda en Tláhuac en este momento: hay una presión excesiva para urbanizar Tláhuac. De pronto la gente tendrá cerca el metro y podrá llegar en poco más de una hora de Tláhuac a Polanco, por ejemplo. Por lo tanto, hay incentivos para vivir más lejos, compensando posibles alzas en el precio del suelo en sitios más céntricos.
¿Son los más pobres los beneficiarios de una tarifa plana en el metro? Sin duda no. El encarecimiento en los precios del suelo en colonias adyacentes a la infraestructura para el transporte termina por "gentrificar" y desplazar así a los más pobres. Éstos, por suparte se ven frente a la necesidad de tomar un transporte que los deje en el metro y por tanto gastar más en transporte. ¿Sabemos realmente lo que queremos al empeñarnos en una tarifa plana para el metro?
Tengo clarísimo que no sería fácil instrumentar en México una política de pago por distancia (comenzando por el hecho de usar el boleto o tarjeta para entrar y salir del sistema). En buena medida el fracaso del tren suburbano pasa por el cobro por distancia (simplificado en dos tarifas, 6 y 14 pesos según el número de estaciones). El transporte concesionado opera en general con un pago por distancia, que sin embargo está relativamente sujeto a la confianza o a la buena memoria del chofer. En el metro se introduce un boleto para entrar al sistema y sólo se cobran los transbordos con la línea A del metro.
Generalizar un cobro por distancia en la red de transporte de la Ciudad de México (ya sea como metrópoli o simplemente en el Distrito Federal) provocaría los siguientes efectos, desde mi punto de vista:
1. Encarecimiento del empleo. Habría empleados que dejarían de prestar sus servicios por dificultades para pagar el transporte, para compensar la disminución en la oferta laboral, los empleadores tenderían a elevar los salarios.
2. Los empleados buscarían alternativas de empleo más cercanas. Esto ayudaría, quizá en el mediano plazo, a reducir los grandes desplazamientos.
3. Densificación. Para evitar grandes desplazamientos, la gente tenderá a buscar empleos ya sea en la zona central, o en alguno de los centros urbanos fuertes, evitando los grandes desplazamientos.
4. Fortalecimiento de la economía local. La gente buscará reducir la distancia de sus desplazamientos y derramará sus propios recursos en su zona, esto fortalecerá la tendencia a crear empleos cercanos.
Hay un punto difícil de transición en el que los empleados enfrentaran una reducción de su ingreso disponible para otros bienes, para poder pagar el transporte público, pero sin duda en el mediano y largo plazos la política será positiva. ¿Vale la pena buscar una tarificación por zonas? Me parece que sí, pues cada vez estoy más convencido de que la superación de los problemas de la ciudad no se logra si seguimos manteniendo políticas equivocadas que implican un desperdicio de recursos y otros factores relativos a la calidad de vida, y en realidad estaremos posponiendo temas como el combate a la pobreza cuando queramos hacer lo opuesto. Es decir, empeñarnos en un transporte barato con tarifa plana por toda la ciudad terminará por afectar a quienes queremos beneficiar, como ha ocurrido hasta ahora.
domingo, 12 de diciembre de 2010
Mejor sociedad ... sin Jumex
Hasta hace unas semanas solía consumir el jugo "Único Fresco" de Jumex. El 1º de septiembre abrí una botella que vencerá en enero de 2011, y el jugo tenía un sabor extraño con un poco de gas. Llamé al teléfono de atención al consumidor de la empresa y tras tomar todos mis datos y exponer la situación, reconocieron que algunos de sus envases tienen "microfisuras". Para compensarme, a las pocas semanas me llevaron 4 ó 5, no recuerdo, botellas de jugo de la misma marca. No he vuelto a comprar este jugo y obviamente disminuí mi consumo.
Este viernes 10 de diciembre abrí una de las botellas que tenía en mi inventario: de nuevo el problema de fermentación. Esta vez perdí además una ampolleta de Aderogyl que había disuelto en el producto. En los próximos días llamaré a la empresa, los denunciaré ante Profeco y solicitaré una acción colectiva, los denunciaré nuevamente (lo hice la primera vez) ante la Cofepris y ya el viernes informé al Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) sobre el caso, toda vez que Jumex se presume socialmente responsable (cosa que evidentemente no lo es).
Mi molestia con esta empresa es que sabiendo que sus envases tienen defectos, sigue publicitando el producto, sigue vendiéndolo y jamás emitirá un comunicado ofreciendo disculpas y compensando a sus consumidores. Jumex carece de ética y no vuelvo a comprar jamás un producto de ellos.
Me encantaría dedicarme de tiempo completo a que estos pillos recibieran el castigo que merecen, pero en realidad somos todos como sociedad que debemos caminar hacia castigos tan grandes que las empresas tengan pavor de seguir vendiendo productos a sabiendas de que pueden estar contaminados. Jumex debería pagar carísimo engañar a la gente como lo hace.
Pido a mis lectores que no compren más productos Jumex, pero pido también que cada que se encuentren con productos defectuosos, de la marca que sea, realicen denuncias a la mayor cantidad de entidades posible. Sólo eso nos librará de empresas irresponsables como Jumex.
Este viernes 10 de diciembre abrí una de las botellas que tenía en mi inventario: de nuevo el problema de fermentación. Esta vez perdí además una ampolleta de Aderogyl que había disuelto en el producto. En los próximos días llamaré a la empresa, los denunciaré ante Profeco y solicitaré una acción colectiva, los denunciaré nuevamente (lo hice la primera vez) ante la Cofepris y ya el viernes informé al Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) sobre el caso, toda vez que Jumex se presume socialmente responsable (cosa que evidentemente no lo es).
Mi molestia con esta empresa es que sabiendo que sus envases tienen defectos, sigue publicitando el producto, sigue vendiéndolo y jamás emitirá un comunicado ofreciendo disculpas y compensando a sus consumidores. Jumex carece de ética y no vuelvo a comprar jamás un producto de ellos.
Me encantaría dedicarme de tiempo completo a que estos pillos recibieran el castigo que merecen, pero en realidad somos todos como sociedad que debemos caminar hacia castigos tan grandes que las empresas tengan pavor de seguir vendiendo productos a sabiendas de que pueden estar contaminados. Jumex debería pagar carísimo engañar a la gente como lo hace.
Pido a mis lectores que no compren más productos Jumex, pero pido también que cada que se encuentren con productos defectuosos, de la marca que sea, realicen denuncias a la mayor cantidad de entidades posible. Sólo eso nos librará de empresas irresponsables como Jumex.
viernes, 10 de diciembre de 2010
Trolmérida
Hay un video relativo a la inauguración donde podrán ver las mismas prácticas norcoreanas de Peña Miento para inaugurar un buen sistema de movilidad, pero que los autores no permiten insertar en blogs, pero pueden verlo aquí. Pero les dejo este video sobre el sistema.
jueves, 9 de diciembre de 2010
Los socios de los ciudadanos
Por José Alberto Márquez Salazar, colaborador invitado
Dejemos como hipótesis inicial la falta de credibilidad que los actores políticos tienen en los planos institucionales y territoriales. Si en los medios de comunicación masiva la “política y los políticos” ocupan los primeros planos, por los menos en gran parte del Distrito Federal la influencia o capacidad de “representación” de los diputados o funcionarios de gobierno es mínima. Al ser insuficientes los recursos públicos, los diversos niveles de gobierno, para hacer e instrumentar las políticas, tienen como base sus programa operativos, la demanda ciudadana y los proyectos especiales. En los tres casos, la participación ciudadana es menor. Pero, qué sucede cuando son los ciudadanos los que quieren impulsar proyectos barriales, por ejemplo, quiénes son sus socios, con quiénes deben colaborar.
Existen márgenes pequeños de participación ciudadana que el Distrito Federal garantiza en sus normas (Ley de Participación Ciudadana) En otros temas como la Seguridad Pública o el Desarrollo Social, éstos también tienen posibilidades e inferencia. Sin embargo, creo que hay que generara algunas modificaciones normativas para asegurar que algunos proyectos de la gente puedan ser realizados. Pensemos en un ejemplo. Si un barrio tiene un parque público donde los servicios públicos son escasos y la comunidad decide “adoptar” el parque para su conservación y mantenimiento pueden existir figuras normativas que les den esa posibilidad. Existen las figuras de la “concesión” y la “privatización”, que de ninguna manera pueden ser aplicadas en el caso que señalamos. Se puede explorar la figura del comodato. Pensemos en las barrancas ubicadas en delegaciones como Álvaro Obregón o Magdalena Contreras. Año con año en temporada de lluvias, estás son un constante problema y en la discusión del presupuesto anual, los recursos para su cuidado y protección civil crecen considerablemente.
Cuando desapareció la figura administrativa del Departamento del Distrito Federal, las delegaciones adquirieron facultades y responsabilidades que no podían solventar. Así sucede con los centros deportivos: hay las que tiene muchos y otras pocos. Es evidente que las delegaciones que tienen muchos son incapaces para mantenerlos con los cuidados y la inversión suficiente. Como no tenemos una evaluación exacta de qué ha sido benéfico luego del proceso de descentralización y mayor autonomía.
Si se explorara la figura del comodato para otorgar a las comunidades, a los vecinos, las responsabilidades de cuidado y preservación de algunos parques y jardines, amén de fortalecer una cultura de mayor responsabilidad, el gobierno central y delegacional tendría menos responsabilidades. Por supuesto que también habría los contras, que la comunidad los “privatizar” e impidiera el disfrute de ellos a quienes no fueran de la comunidad, pero una legislación adecuada evitaría muchos líos.
En el proceso de ciudadanización que vivimos, lento y tardado, debemos de construir a los “socios” que ayuden. Hable hoy solamente de una figura que puede ayudar, pero hay otros actores –no necesariamente normativos- que pueden ser grandes socios de los ciudadanos.
Jamsalazar96@gmail.com
www.pensar2018.wordpress.com
Dejemos como hipótesis inicial la falta de credibilidad que los actores políticos tienen en los planos institucionales y territoriales. Si en los medios de comunicación masiva la “política y los políticos” ocupan los primeros planos, por los menos en gran parte del Distrito Federal la influencia o capacidad de “representación” de los diputados o funcionarios de gobierno es mínima. Al ser insuficientes los recursos públicos, los diversos niveles de gobierno, para hacer e instrumentar las políticas, tienen como base sus programa operativos, la demanda ciudadana y los proyectos especiales. En los tres casos, la participación ciudadana es menor. Pero, qué sucede cuando son los ciudadanos los que quieren impulsar proyectos barriales, por ejemplo, quiénes son sus socios, con quiénes deben colaborar.
Existen márgenes pequeños de participación ciudadana que el Distrito Federal garantiza en sus normas (Ley de Participación Ciudadana) En otros temas como la Seguridad Pública o el Desarrollo Social, éstos también tienen posibilidades e inferencia. Sin embargo, creo que hay que generara algunas modificaciones normativas para asegurar que algunos proyectos de la gente puedan ser realizados. Pensemos en un ejemplo. Si un barrio tiene un parque público donde los servicios públicos son escasos y la comunidad decide “adoptar” el parque para su conservación y mantenimiento pueden existir figuras normativas que les den esa posibilidad. Existen las figuras de la “concesión” y la “privatización”, que de ninguna manera pueden ser aplicadas en el caso que señalamos. Se puede explorar la figura del comodato. Pensemos en las barrancas ubicadas en delegaciones como Álvaro Obregón o Magdalena Contreras. Año con año en temporada de lluvias, estás son un constante problema y en la discusión del presupuesto anual, los recursos para su cuidado y protección civil crecen considerablemente.
Cuando desapareció la figura administrativa del Departamento del Distrito Federal, las delegaciones adquirieron facultades y responsabilidades que no podían solventar. Así sucede con los centros deportivos: hay las que tiene muchos y otras pocos. Es evidente que las delegaciones que tienen muchos son incapaces para mantenerlos con los cuidados y la inversión suficiente. Como no tenemos una evaluación exacta de qué ha sido benéfico luego del proceso de descentralización y mayor autonomía.
Si se explorara la figura del comodato para otorgar a las comunidades, a los vecinos, las responsabilidades de cuidado y preservación de algunos parques y jardines, amén de fortalecer una cultura de mayor responsabilidad, el gobierno central y delegacional tendría menos responsabilidades. Por supuesto que también habría los contras, que la comunidad los “privatizar” e impidiera el disfrute de ellos a quienes no fueran de la comunidad, pero una legislación adecuada evitaría muchos líos.
En el proceso de ciudadanización que vivimos, lento y tardado, debemos de construir a los “socios” que ayuden. Hable hoy solamente de una figura que puede ayudar, pero hay otros actores –no necesariamente normativos- que pueden ser grandes socios de los ciudadanos.
Jamsalazar96@gmail.com
www.pensar2018.wordpress.com
lunes, 6 de diciembre de 2010
7000 espontáneos
Hace unos días pude asistir a la inauguración del Mexipuerto de Ciudad Azteca y el Mexibús a Ojo de Agua. Los dos proyectos me entusiasman y son dos proyectos, el segundo aún con muchísimos defectos pero con gran potencial, que demuestran voluntad del gobierno de Enrique Peña. Sin embargo, el método de inauguración deja en claro lo que no queremos vivir nuevamente en el país.
El Mexipuerto es una concesión de un terreno y la operación del transporte público en ese espacio, a una empresa que construyó un centro comercial conectado a la terminal de la línea B del metro. La empresa ha cuidado mucho la operación y el sitio es seguro, limpio, fácil de transitar y con gran potencial de réplica en el resto de la Zona Metropolitana. Lleva ya varios meses operando, pero por fin se dio la inauguración formal. A los 65 minutos de la hora indicada arribó el tercer helicóptero a la estación, y perseguido por los medios, especialmente fotógrafos y camarógrafos, bajó un artista de televisión, con chamarra roja, copete y 3 días de casado a cuestas. Pablo Suárez, director de Transporte Masivo del Estado de México daba la explicación a un hombre sordo que sólo atendía y respondía los saludos, cual personaje de la farándula.
Peña se entretuvo aún unos minutos, tal vez 15, entre el sitio de la inauguración y la estación del Mexibús, un nivel abajo. Todo ese tiempo lo dedicó a saludar gente. Como otros invitados, me monté con anticipación en uno de los dos buses que nos llevaría a Ojo de Agua en un trayecto sin paradas. Como el Mexibús cuenta con carril de rebase no nos detuvimos. Los policías se encargaron de que ni un semáforo en rojo nos parara y en cada estación se observaba una comitiva oficial saludando el convoy de autobuses articulados, como si esto fuera China o Corea del Norte.
Al llegar a Ojo de Agua los autobuses no se detuvieron en los andenes, ya en patio descendimos por los estribos de emergencia. Allí, unas diez mil personas según yo, siete mil según algún periódico, esperaban a Enrique Peña. Miles de espontáneos con camiseta roja encendidos como si hubiera llegado un artista. Me acomodé en uno de los pocos espacios libres que destinaron a los invitados especiales, pero justo donde la lona no nos cubría del sol. Pronto la mayoría de los invitados especiales se movieron de lugar hasta que los de seguridad nos cerraron el paso a los demás. Mi decisión fue salir del lugar. Ya no había mucho más que escuchar: la dirección de las miradas aún estaba muy lejos del presidium. El artista idiota seguía repartiendo besos. Todos los demás éramos escenografía.
En las decepciones de la transición democrática sin duda están las declaraciones irresponsables de los dos presidentes de la alternancia. Fox con su Y yo por qué, los trabajos que Ni los negros quieren realizar, Comes y te vas, y cuantas imprudencias podamos pensar. Calderón no se queda atrás, Aiga sido como aiga sido, Pleito de pandillas, Murió de gastritis. La ineptitud para ejercer los recursos contracíclicos que anunció el presidente frente a la crisis, el amiguismo, la intromisión en la dirección del PAN, entre otras cosas, son sin duda hechos de gobierno que no queremos ver más en México. Sin embargo, el hecho de que muchos mexicanos hayamos terminado repudiando a un gobierno por el que votamos no significa que deseemos que regrese el viejo sistema.
Si el regreso del PRI implica un gobierno mejor capacitado, un gobierno prudente, profesional, transparente, que combata la corrupción, las evaluaciones costo - beneficio, bienvenido. Pero es claro que con Peña a la cabeza de las encuestas, la parafernalia de artista de Televisa, la trivialidad en la conducción de políticas públicas, lo que volvería es justo la parte del PRI que fue repudiada por los mexicanos en las elecciones de 2000. Ese sistema corporativista, que combate la crítica, que usa la transparencia sólo de adorno, que representa la simbiosis entre partido y gobierno, entre negocios familiares y servidores públicos, y hasta entre mafia y gobierno, no debe volver.
El gobernador llegó tarde no por la carga de su agenda, sino porque él debe ser el eje de la inauguración, no el objeto inaugurado ni los sujetos beneficiados. El gobernador no se interesa por un mejor transporte, ni siquiera quería escuchar la exposición. Los servidores públicos saludando uniformemente al convoy en cada estación son una imagen que difícilmente olvidaré: de verdad me imaginé acompañando a Kim Jong-Il por Pyongyang. No hay mayor riesgo de equivocarse en una política pública que cuando el fin de la misma no es el beneficio de la acción gubernamental sino el tamaño de la inauguración.
La apertura del Mexibús hasta Ojo de Agua me ha dejado claro que Enrique Peña no debe ser presidente.
El Mexipuerto es una concesión de un terreno y la operación del transporte público en ese espacio, a una empresa que construyó un centro comercial conectado a la terminal de la línea B del metro. La empresa ha cuidado mucho la operación y el sitio es seguro, limpio, fácil de transitar y con gran potencial de réplica en el resto de la Zona Metropolitana. Lleva ya varios meses operando, pero por fin se dio la inauguración formal. A los 65 minutos de la hora indicada arribó el tercer helicóptero a la estación, y perseguido por los medios, especialmente fotógrafos y camarógrafos, bajó un artista de televisión, con chamarra roja, copete y 3 días de casado a cuestas. Pablo Suárez, director de Transporte Masivo del Estado de México daba la explicación a un hombre sordo que sólo atendía y respondía los saludos, cual personaje de la farándula.
Peña se entretuvo aún unos minutos, tal vez 15, entre el sitio de la inauguración y la estación del Mexibús, un nivel abajo. Todo ese tiempo lo dedicó a saludar gente. Como otros invitados, me monté con anticipación en uno de los dos buses que nos llevaría a Ojo de Agua en un trayecto sin paradas. Como el Mexibús cuenta con carril de rebase no nos detuvimos. Los policías se encargaron de que ni un semáforo en rojo nos parara y en cada estación se observaba una comitiva oficial saludando el convoy de autobuses articulados, como si esto fuera China o Corea del Norte.
Al llegar a Ojo de Agua los autobuses no se detuvieron en los andenes, ya en patio descendimos por los estribos de emergencia. Allí, unas diez mil personas según yo, siete mil según algún periódico, esperaban a Enrique Peña. Miles de espontáneos con camiseta roja encendidos como si hubiera llegado un artista. Me acomodé en uno de los pocos espacios libres que destinaron a los invitados especiales, pero justo donde la lona no nos cubría del sol. Pronto la mayoría de los invitados especiales se movieron de lugar hasta que los de seguridad nos cerraron el paso a los demás. Mi decisión fue salir del lugar. Ya no había mucho más que escuchar: la dirección de las miradas aún estaba muy lejos del presidium. El artista idiota seguía repartiendo besos. Todos los demás éramos escenografía.
En las decepciones de la transición democrática sin duda están las declaraciones irresponsables de los dos presidentes de la alternancia. Fox con su Y yo por qué, los trabajos que Ni los negros quieren realizar, Comes y te vas, y cuantas imprudencias podamos pensar. Calderón no se queda atrás, Aiga sido como aiga sido, Pleito de pandillas, Murió de gastritis. La ineptitud para ejercer los recursos contracíclicos que anunció el presidente frente a la crisis, el amiguismo, la intromisión en la dirección del PAN, entre otras cosas, son sin duda hechos de gobierno que no queremos ver más en México. Sin embargo, el hecho de que muchos mexicanos hayamos terminado repudiando a un gobierno por el que votamos no significa que deseemos que regrese el viejo sistema.
Si el regreso del PRI implica un gobierno mejor capacitado, un gobierno prudente, profesional, transparente, que combata la corrupción, las evaluaciones costo - beneficio, bienvenido. Pero es claro que con Peña a la cabeza de las encuestas, la parafernalia de artista de Televisa, la trivialidad en la conducción de políticas públicas, lo que volvería es justo la parte del PRI que fue repudiada por los mexicanos en las elecciones de 2000. Ese sistema corporativista, que combate la crítica, que usa la transparencia sólo de adorno, que representa la simbiosis entre partido y gobierno, entre negocios familiares y servidores públicos, y hasta entre mafia y gobierno, no debe volver.
El gobernador llegó tarde no por la carga de su agenda, sino porque él debe ser el eje de la inauguración, no el objeto inaugurado ni los sujetos beneficiados. El gobernador no se interesa por un mejor transporte, ni siquiera quería escuchar la exposición. Los servidores públicos saludando uniformemente al convoy en cada estación son una imagen que difícilmente olvidaré: de verdad me imaginé acompañando a Kim Jong-Il por Pyongyang. No hay mayor riesgo de equivocarse en una política pública que cuando el fin de la misma no es el beneficio de la acción gubernamental sino el tamaño de la inauguración.
La apertura del Mexibús hasta Ojo de Agua me ha dejado claro que Enrique Peña no debe ser presidente.
domingo, 5 de diciembre de 2010
sábado, 4 de diciembre de 2010
La tercia para el gobierno de la República
Por José Alberto Márquez Salazar (colaborador invitado)
Para cuando estas líneas sean publicadas, la decisión sobre el nuevo presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional se habrá formalizado.
De acuerdo con los medios de comunicación, dos son los contendientes principales que buscaron ganar la presidencia: Gustavo Madero y Roberto Gil. De tras de ellos hay otras figuras relevantes e históricas del PAN: Cecilia Romero y Francisco Ramírez Acuña. Pero la decisión tendrá que ver con los dos primeros. De acuerdo con muchos medios de comunicación, Madero cuenta ya con el voto de 160 consejeros y Gil con 70. Del total de 381 consejeros, 102 votos están repartidos entre Romero (55) y Acuña (47), por esa razón ellos tendrán la posibilidad de negociar para que Gil o Madero aseguré la posición.
Vista desde la simpleza, la alternativa Madero o Gil, podría ser un cambio sencillo. No será así porque en el marco de la elección está también el futuro del candidato a la presidencia de la República en 2012. Por eso importa la decisión, porqué mientras el PRI camina casi ya con Enrique Peña Nieto y el PRD va a la confrontación para decidir entre dos personajes que perderán capital sea cuál sea el resultado, el PAN no vislumbra aún un personaje que pueda competir con éstos partidos.
Hay dos elementos que deben observarse y que convendría reflexionar a los panistas: ¿Debe el PAN retomar los “Valores y sentidos” de su historia o debe volcarse coyunturalmente a decidir para no perder o, lo peor, para no dejar que el PRI regrese a la presidencia de la República? Además, esta elección tiene como protagonista débil a un presidente de la República que un día antes de la elección del PAN advirtió la posibilidad de que un “candidato ciudadano” sea impulsado en 2012.
El presidente de la República inició el presente año poniendo en la mesa un conjunto de reformas electorales que ahora vuelve a retomar y a urgir al Congreso:
1.- Permitir la elección consecutiva de alcaldes y demás miembros de ayuntamientos, así como de los jefes delegacionales en los estados de la República y en los municipios hasta por un periodo de 12 años.
2.- Permitir la reelección consecutiva de legisladores federales con periodos límite de 12 años.
3.- Reducir el número de integrantes del Congreso. En la Cámara de Senadores se eliminarían los 32 escaños electos de una lista nacional para un total de 96 senadores. La Cámara de Diputados se reduciría de 500 a 400 legisladores, 240 por mayoría relativa y 160 por representación proporcional.
4.- Aumentar el mínimo de votos para que un partido político conserve su registro. El porcentaje necesario pasaría de 2% a 4%.
5.- Agregar la figura de "iniciativa ciudadana" para que las personas puedan proponer iniciativas de ley sobre temas de su interés que no se encuentren en la agenda legislativa.
6.- Incorporar la figura de las candidaturas independientes a nivel constitucional para todos los cargos de elección popular.
7.- Implementar la segunda vuelta electoral para la elección de presidente de la República. Se elegirá como presidente a quien obtenga más de la mitad de los votos emitidos, en caso contrario pasarían a segunda vuelta los dos que hayan obtenido el mayor número de votos. Ésta se realizaría en la misma fecha de la elección legislativa.
8.- Reconocer a la Suprema Corte de Justicia de la Nación la atribución para presentar iniciativas de ley en el ámbito de su competencia.
9.- Facultar al Poder Ejecutivo para que pueda presentar al Congreso dos iniciativas preferentes que deberán votarse antes de que concluya el periodo. En caso contrario éstas se considerarían aprobadas.
10.- Establecer la facultad del Ejecutivo para presentar observaciones parciales o totales a los proyectos aprobados por el Congreso y al Presupuesto de Egresos de la Federación. Establece la figura de la "reconstrucción presupuestal".
En esta elección tendríamos que responder con base en una pregunta clave: ¿El candidato electo tendrá las características para hacer frente a cinco temas fundamentales rumbo a la elección del 2012?:
1.- Capaz de promover la reforma electoral en el Congreso de la Unión.
2.- Eficaz para reconstruir las deficientes relaciones que hay entre el panismo reciente y los herederos de la franquicia.
3.- Tenga un discurso para poder soportar la andanada de críticas que genera día con día la “guerra contra el crimen organizado”.
4.- Capaz de negociar con los medios de comunicación para evitar el alud de reseñas contrarias al ejercicio de Felipe Calderón.
5.- La más importante, ser capaz de enfrentar a un Partido Revolucionario Institucional que está enardecido por las alianzas coyunturales que el PAN ha realizado con el PRD. Y además, sea capaz de convencer al PRD de que o es el PAN el competidor o será el PRI quien ocupe el gobierno a partir de diciembre del 2012.
Si el presidente de la República advirtió la “candidatura ciudadana” es porque no ve fuerza en ninguno de sus candidatos como para hacer frente a Enrique Peña Nieto o Andrés Manuel López Obrador. Quizá ese mismo llamado es para que de una vez, en la elección del nuevo dirigente panista, se decidan a afrontar el reto de asumir el liderazgo que necesita el PAN.
Hay un punto que es casi claro y contundente, de ganar Roberto Gil tendrá el reto de revertir la imagen de sus predecesores (Germán Martínez y Cesar Nava) pues tiene una factura idéntica a ellos; pero de ganar Gustavo Madero, la breve estancia de aquellos se olvidará prontamente.
Mientras tanto, debemos poner atención y apostar porque el PAN tenga el mejor liderazgo que lo libre del marasmo y de la tibieza con que se han manejado los ex presidentes Martínez y Nava. Acostumbrados a la política de café, gabinete y computadora, demostraron candidez al tratar de aventajar a los políticos experimentados del PRI. En eso Gil tendría una suerte parecida y Gustavo Madero una ventaja.
En estos días se decide una parte de la elección del 2012 y, por consiguiente, el futuro político del país y de una democracia inacabada que ya pide la llegada a buen puerto. El PAN tiene los instrumentos para dejar de lado la simpleza virtual y para retomar la hechura política profesional.
Para cuando estas líneas sean publicadas, la decisión sobre el nuevo presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional se habrá formalizado.
De acuerdo con los medios de comunicación, dos son los contendientes principales que buscaron ganar la presidencia: Gustavo Madero y Roberto Gil. De tras de ellos hay otras figuras relevantes e históricas del PAN: Cecilia Romero y Francisco Ramírez Acuña. Pero la decisión tendrá que ver con los dos primeros. De acuerdo con muchos medios de comunicación, Madero cuenta ya con el voto de 160 consejeros y Gil con 70. Del total de 381 consejeros, 102 votos están repartidos entre Romero (55) y Acuña (47), por esa razón ellos tendrán la posibilidad de negociar para que Gil o Madero aseguré la posición.
Vista desde la simpleza, la alternativa Madero o Gil, podría ser un cambio sencillo. No será así porque en el marco de la elección está también el futuro del candidato a la presidencia de la República en 2012. Por eso importa la decisión, porqué mientras el PRI camina casi ya con Enrique Peña Nieto y el PRD va a la confrontación para decidir entre dos personajes que perderán capital sea cuál sea el resultado, el PAN no vislumbra aún un personaje que pueda competir con éstos partidos.
Hay dos elementos que deben observarse y que convendría reflexionar a los panistas: ¿Debe el PAN retomar los “Valores y sentidos” de su historia o debe volcarse coyunturalmente a decidir para no perder o, lo peor, para no dejar que el PRI regrese a la presidencia de la República? Además, esta elección tiene como protagonista débil a un presidente de la República que un día antes de la elección del PAN advirtió la posibilidad de que un “candidato ciudadano” sea impulsado en 2012.
El presidente de la República inició el presente año poniendo en la mesa un conjunto de reformas electorales que ahora vuelve a retomar y a urgir al Congreso:
1.- Permitir la elección consecutiva de alcaldes y demás miembros de ayuntamientos, así como de los jefes delegacionales en los estados de la República y en los municipios hasta por un periodo de 12 años.
2.- Permitir la reelección consecutiva de legisladores federales con periodos límite de 12 años.
3.- Reducir el número de integrantes del Congreso. En la Cámara de Senadores se eliminarían los 32 escaños electos de una lista nacional para un total de 96 senadores. La Cámara de Diputados se reduciría de 500 a 400 legisladores, 240 por mayoría relativa y 160 por representación proporcional.
4.- Aumentar el mínimo de votos para que un partido político conserve su registro. El porcentaje necesario pasaría de 2% a 4%.
5.- Agregar la figura de "iniciativa ciudadana" para que las personas puedan proponer iniciativas de ley sobre temas de su interés que no se encuentren en la agenda legislativa.
6.- Incorporar la figura de las candidaturas independientes a nivel constitucional para todos los cargos de elección popular.
7.- Implementar la segunda vuelta electoral para la elección de presidente de la República. Se elegirá como presidente a quien obtenga más de la mitad de los votos emitidos, en caso contrario pasarían a segunda vuelta los dos que hayan obtenido el mayor número de votos. Ésta se realizaría en la misma fecha de la elección legislativa.
8.- Reconocer a la Suprema Corte de Justicia de la Nación la atribución para presentar iniciativas de ley en el ámbito de su competencia.
9.- Facultar al Poder Ejecutivo para que pueda presentar al Congreso dos iniciativas preferentes que deberán votarse antes de que concluya el periodo. En caso contrario éstas se considerarían aprobadas.
10.- Establecer la facultad del Ejecutivo para presentar observaciones parciales o totales a los proyectos aprobados por el Congreso y al Presupuesto de Egresos de la Federación. Establece la figura de la "reconstrucción presupuestal".
En esta elección tendríamos que responder con base en una pregunta clave: ¿El candidato electo tendrá las características para hacer frente a cinco temas fundamentales rumbo a la elección del 2012?:
1.- Capaz de promover la reforma electoral en el Congreso de la Unión.
2.- Eficaz para reconstruir las deficientes relaciones que hay entre el panismo reciente y los herederos de la franquicia.
3.- Tenga un discurso para poder soportar la andanada de críticas que genera día con día la “guerra contra el crimen organizado”.
4.- Capaz de negociar con los medios de comunicación para evitar el alud de reseñas contrarias al ejercicio de Felipe Calderón.
5.- La más importante, ser capaz de enfrentar a un Partido Revolucionario Institucional que está enardecido por las alianzas coyunturales que el PAN ha realizado con el PRD. Y además, sea capaz de convencer al PRD de que o es el PAN el competidor o será el PRI quien ocupe el gobierno a partir de diciembre del 2012.
Si el presidente de la República advirtió la “candidatura ciudadana” es porque no ve fuerza en ninguno de sus candidatos como para hacer frente a Enrique Peña Nieto o Andrés Manuel López Obrador. Quizá ese mismo llamado es para que de una vez, en la elección del nuevo dirigente panista, se decidan a afrontar el reto de asumir el liderazgo que necesita el PAN.
Hay un punto que es casi claro y contundente, de ganar Roberto Gil tendrá el reto de revertir la imagen de sus predecesores (Germán Martínez y Cesar Nava) pues tiene una factura idéntica a ellos; pero de ganar Gustavo Madero, la breve estancia de aquellos se olvidará prontamente.
Mientras tanto, debemos poner atención y apostar porque el PAN tenga el mejor liderazgo que lo libre del marasmo y de la tibieza con que se han manejado los ex presidentes Martínez y Nava. Acostumbrados a la política de café, gabinete y computadora, demostraron candidez al tratar de aventajar a los políticos experimentados del PRI. En eso Gil tendría una suerte parecida y Gustavo Madero una ventaja.
En estos días se decide una parte de la elección del 2012 y, por consiguiente, el futuro político del país y de una democracia inacabada que ya pide la llegada a buen puerto. El PAN tiene los instrumentos para dejar de lado la simpleza virtual y para retomar la hechura política profesional.
lunes, 29 de noviembre de 2010
Ciudad verde
¿Puede la Ciudad de México ser una ciudad verde? Esta fue la pregunta el viernes pasado en un foro sobre el tema, con la Secretaria de Medio Ambiente del Distrito Federal, Martha Delgado. Tuve la oportunidad de participar en el foro.
Martha Delgado señaló que hace 40 años Copenhague se hizo el mismo planteamiento y hoy, sin duda alguna, es una ciudad verde. Tengo mis dudas respecto a la "línea base" de la que partió la capital danesa, pero comparto el hecho de que es posible transformar a la Ciudad de México en una ciudad verde, lo que implica sustentabilidad y calidad de vida en todas las materias: agua, suelo, residuos, aire, calidad de vida, ruido, etc.
Delgado defendió el empuje en las políticas verdes de la ciudad a partir del Plan Verde. Yo mencioné que, compartiendo la estrategia delineada en el Plan, me parece que para lograr ser una "ciudad verde" tenemos que pasar por dos elementos clave:
1. Participación ciudadana
2. Formación de capacidades
Habría un tercer elemento, pero que me preocupa mucho menos si se cumplen los dos primeros: los recursos financieros e institucionales que garanticen la transformación. Creo que si logramos alinear la orientación de la ciudad a partir de todos sus habitantes en cuanto a participación y formación de capacidades, los recursos llegarán solos.
Cuando hablo de participación ciudadana pienso en que las grandes polémicas de la ciudad no se decidan a toro pasado, sino que realmente haya una discusión sobre los temas: no volvamos a discutir cosas como la Supervía sin antes estar convencidos de que queremos autopistas urbanas; no volvamos a imponer la terminal del metro en terrenos rurales sin antes estar convencidos de que queremos reducir el área rural de la ciudad, así sea para servicios y no para asentamientos humanos.
Participación social no es consenso. Participación social es expresar un planteamiento, dejar que se expresen las opiniones (ya sea a través de los medios o en foros específicos) y procurar el debate y, según la importancia del tema, transcurrido un tiempo tratar de tomar en cuenta las posturas de todos los actores. Habrá siempre inconformes, pero las decisiones se tomarán de manera tajante siempre que se haya entendido el planteamiento de cada uno. Me parece que bajo este proceso hasta la Supervía me resultaría aceptable, el problema es que desde una visión parcial se imponga a toda la sociedad algo bajo el supuesto de "lo hago por tu bien" cuando detrás habrá siempre sospechas de intereses políticos y económicos.
Formación de capacidades es fundamental. La sustentabilidad en materia de ruido implica que los policías dejen de utilizar la sirena de sus patrullas como complemento del claxon, o que los vendedores ambulantes puedan encender sus bocinas en el metro para vender música pirata. Es decir, no basta con enseñar a reciclar la basura o a hacer composta, sino que el nivel de detalle debe alinear a la sociedad hacia la consecución de un objetivo.
Comparto el que en este gobierno se haya dado un giro y, por primera vez desde la abominable destrucción de las calles de camellón por los Ejes Viales, esta ciudad tenga proyecto, aún cuando las autopistas urbanas sean una contradicción con el Plan Verde pudieran ser los últimos grandes proyectos "desorientados" en la alineación hacia un objetivo superior.
La discusión se realizó en la Universidad Iberoamericana en Santa Fe. Al llegar a los Puentes de los Poetas la avenida estaba completamente congestionada:
Es decir, el punto donde terminará la Supervía a Santa Fe ya está saturado. Seguramente harán modificaciones para ampliar la capacidad en el siguiente semáforo, pero eso me dejó claro que la vía está destinada al fracaso. No era mi intención meter el tema en la discusión, de hecho ni mencioné la palabra Supervía. Sin embargo, fue la propia Secretaria de Medio Ambiente quien lo hizo, sin admitir el más mínimo atisbo de crítica al gobierno de Marcelo Ebrard, al cual elogié la mayor parte de mi tiempo. Es más, en sí mi participación era un elogio con los matices propios de alguien que no es parte de su equipo. Martha Delgado se clavó en la textura, demostrando lo que yo acababa de decir: la transformación se logra con participación ciudadana y formación de capacidades.
Mientras el gobierno no esté plenamente convencido y decidido a hacer de la participación ciudadana la fortaleza de la transformación hacia una ciudad verde es que la formación de capacidades no ha alcanzado siquiera a sus cuadros de gabinete. En el fondo no ven la participación ciudadana ni en el largo plazo, y mientras eso no suceda, la visión de una ciudad verde está incompleta y su alcance puede truncarse.
Martha Delgado señaló que hace 40 años Copenhague se hizo el mismo planteamiento y hoy, sin duda alguna, es una ciudad verde. Tengo mis dudas respecto a la "línea base" de la que partió la capital danesa, pero comparto el hecho de que es posible transformar a la Ciudad de México en una ciudad verde, lo que implica sustentabilidad y calidad de vida en todas las materias: agua, suelo, residuos, aire, calidad de vida, ruido, etc.
Delgado defendió el empuje en las políticas verdes de la ciudad a partir del Plan Verde. Yo mencioné que, compartiendo la estrategia delineada en el Plan, me parece que para lograr ser una "ciudad verde" tenemos que pasar por dos elementos clave:
1. Participación ciudadana
2. Formación de capacidades
Habría un tercer elemento, pero que me preocupa mucho menos si se cumplen los dos primeros: los recursos financieros e institucionales que garanticen la transformación. Creo que si logramos alinear la orientación de la ciudad a partir de todos sus habitantes en cuanto a participación y formación de capacidades, los recursos llegarán solos.
Cuando hablo de participación ciudadana pienso en que las grandes polémicas de la ciudad no se decidan a toro pasado, sino que realmente haya una discusión sobre los temas: no volvamos a discutir cosas como la Supervía sin antes estar convencidos de que queremos autopistas urbanas; no volvamos a imponer la terminal del metro en terrenos rurales sin antes estar convencidos de que queremos reducir el área rural de la ciudad, así sea para servicios y no para asentamientos humanos.
Participación social no es consenso. Participación social es expresar un planteamiento, dejar que se expresen las opiniones (ya sea a través de los medios o en foros específicos) y procurar el debate y, según la importancia del tema, transcurrido un tiempo tratar de tomar en cuenta las posturas de todos los actores. Habrá siempre inconformes, pero las decisiones se tomarán de manera tajante siempre que se haya entendido el planteamiento de cada uno. Me parece que bajo este proceso hasta la Supervía me resultaría aceptable, el problema es que desde una visión parcial se imponga a toda la sociedad algo bajo el supuesto de "lo hago por tu bien" cuando detrás habrá siempre sospechas de intereses políticos y económicos.
Formación de capacidades es fundamental. La sustentabilidad en materia de ruido implica que los policías dejen de utilizar la sirena de sus patrullas como complemento del claxon, o que los vendedores ambulantes puedan encender sus bocinas en el metro para vender música pirata. Es decir, no basta con enseñar a reciclar la basura o a hacer composta, sino que el nivel de detalle debe alinear a la sociedad hacia la consecución de un objetivo.
Comparto el que en este gobierno se haya dado un giro y, por primera vez desde la abominable destrucción de las calles de camellón por los Ejes Viales, esta ciudad tenga proyecto, aún cuando las autopistas urbanas sean una contradicción con el Plan Verde pudieran ser los últimos grandes proyectos "desorientados" en la alineación hacia un objetivo superior.
La discusión se realizó en la Universidad Iberoamericana en Santa Fe. Al llegar a los Puentes de los Poetas la avenida estaba completamente congestionada:
Es decir, el punto donde terminará la Supervía a Santa Fe ya está saturado. Seguramente harán modificaciones para ampliar la capacidad en el siguiente semáforo, pero eso me dejó claro que la vía está destinada al fracaso. No era mi intención meter el tema en la discusión, de hecho ni mencioné la palabra Supervía. Sin embargo, fue la propia Secretaria de Medio Ambiente quien lo hizo, sin admitir el más mínimo atisbo de crítica al gobierno de Marcelo Ebrard, al cual elogié la mayor parte de mi tiempo. Es más, en sí mi participación era un elogio con los matices propios de alguien que no es parte de su equipo. Martha Delgado se clavó en la textura, demostrando lo que yo acababa de decir: la transformación se logra con participación ciudadana y formación de capacidades.
Mientras el gobierno no esté plenamente convencido y decidido a hacer de la participación ciudadana la fortaleza de la transformación hacia una ciudad verde es que la formación de capacidades no ha alcanzado siquiera a sus cuadros de gabinete. En el fondo no ven la participación ciudadana ni en el largo plazo, y mientras eso no suceda, la visión de una ciudad verde está incompleta y su alcance puede truncarse.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Regresar a la Política
Por José Alberto Márquez Salazar (colaborador invitado)
¿Deben acotarse las facultades que tienen los “políticos profesionales”? Seguramente muchas personas podemos percibir cuál es la tarea específica de los que llamamos “políticos”, pero difícilmente llegaremos a una conclusión exacta y clara. La mayoría de la gente considera a los políticos como aquellos que tienen poder y toman decisiones que afectan a la mayoría de gente.
En México, el universo de los políticos incluye tanto a funcionarios públicos como a legisladores y hasta a gestores sociales y líderes de sindicatos o de vendedores ambulantes. Lo cierto es que los ciudadanos desconfían de ellos y de lo que hacen con los dineros públicos. Si dos décadas atrás todavía era una ventaja social ser un político, ahora el rechazo social está presente.
Es evidente que la sociedad, para su organización, debe tener personajes que tomen decisiones y que puedan ejecutar esas decisiones y por ello existen los políticos. Sin embargo, el rumbo de las decisiones públicas se está modificando rápidamente. Las nuevas propuestas de gestión administrativa local, las nuevas ideas de políticas públicas delimitan las funciones de los políticos.
En tiempos del Presidencialismo pleno, él era eje y articulador de todo. Su dedo señalaba y afirmaba o negaba y excluía, existían legisladores, líderes, pero todos ellos tenían un sentido: el Presidente y el Partido. Tras su caída, el cúmulo de “políticos” ha buscado dominar el panorama y convertirse en articuladores.
La luminosa transición política mexicana ha puesto en duda muchas de las certezas sobre la política y sobre su papel en el desempeño institucional. ¿Es necesaria la participación de los políticos en los diseños institucionales de gobierno? ¿Podremos tener un Estado lleno de planificadores y administradores, de gestores independientes y de representantes ciudadanos? ¿Será posible que desde el escritorio se diseñen nuevas formas y estructuras donde la vida de los seres humanos se configuré como un sistema ordenado?
Respeto mucho la opinión de las voces que piden la exclusión de los políticos de las políticas públicas, porque su perspectiva futura convierte al Estado y sus instituciones en un mundo ideal y autónomo. Una maquinita que vaya funcionando sin que nadie la altere. Y de alguna manera comparto la idea de hacer desde el escritorio la planeación del mundo.
La política, como acción del hombre para conciliar y dirimir las diferencias, existe desde que la humanidad es. Dos hombres reunidos para tomar una decisión, sea la base instrumentalista o la que sea, tendrán que convencer y convencerse de la mejor opción. Bien, pero qué sucede cuando hay tres o más individuos, cuando cada uno de ellos toma decisiones que, evidentemente, pueden ser diferentes a las de los demás. ¿Será posible que un gabinete, el de los sabios, ajenos a sus pretensiones, tomen y generen las decisiones adecuadas?
Frente a la “emergencia” de las sociedades civiles y de las nuevas formas como la gobernanza territorial, la “política” tiene que replantearse y entenderse. Creo que la imposibilidad que muchas personas han tenido para contener y moldear a la política y lo que de ello emana, generó esa ola de rechazo por ella. Por eso mismo es necesario evitar la deificación de la política y la de los políticos. Su falibilidad, como seres humanos, hace necesario acotar sus facultades, determinarles ese espacio del que salieron durante esta transición a la democracia que vivimos.
México no necesita alejarse de la política ni desdeñarla, necesita configurarla de nuevo y redefinirla. Así como lo afirmó el historiador Enrique Krauze el día de ayer sobre la paz, "la paz no será recuperada con un acto mágico, ni con un pacto con el crimen organizado, sino con un conjunto ampliamente aceptado de medidas prácticas, arduas y costosas, sostenidas por largo tiempo".
Creo que la política también debe ser recuperada porque este país lo necesita y será con amplia y ardua reflexión y acción sostenida en los ciudadanos y en la perspectiva del futuro.
jamsalazar96@gmail.com
http://pensar2018.wordpress.com/
¿Deben acotarse las facultades que tienen los “políticos profesionales”? Seguramente muchas personas podemos percibir cuál es la tarea específica de los que llamamos “políticos”, pero difícilmente llegaremos a una conclusión exacta y clara. La mayoría de la gente considera a los políticos como aquellos que tienen poder y toman decisiones que afectan a la mayoría de gente.
En México, el universo de los políticos incluye tanto a funcionarios públicos como a legisladores y hasta a gestores sociales y líderes de sindicatos o de vendedores ambulantes. Lo cierto es que los ciudadanos desconfían de ellos y de lo que hacen con los dineros públicos. Si dos décadas atrás todavía era una ventaja social ser un político, ahora el rechazo social está presente.
Es evidente que la sociedad, para su organización, debe tener personajes que tomen decisiones y que puedan ejecutar esas decisiones y por ello existen los políticos. Sin embargo, el rumbo de las decisiones públicas se está modificando rápidamente. Las nuevas propuestas de gestión administrativa local, las nuevas ideas de políticas públicas delimitan las funciones de los políticos.
En tiempos del Presidencialismo pleno, él era eje y articulador de todo. Su dedo señalaba y afirmaba o negaba y excluía, existían legisladores, líderes, pero todos ellos tenían un sentido: el Presidente y el Partido. Tras su caída, el cúmulo de “políticos” ha buscado dominar el panorama y convertirse en articuladores.
La luminosa transición política mexicana ha puesto en duda muchas de las certezas sobre la política y sobre su papel en el desempeño institucional. ¿Es necesaria la participación de los políticos en los diseños institucionales de gobierno? ¿Podremos tener un Estado lleno de planificadores y administradores, de gestores independientes y de representantes ciudadanos? ¿Será posible que desde el escritorio se diseñen nuevas formas y estructuras donde la vida de los seres humanos se configuré como un sistema ordenado?
Respeto mucho la opinión de las voces que piden la exclusión de los políticos de las políticas públicas, porque su perspectiva futura convierte al Estado y sus instituciones en un mundo ideal y autónomo. Una maquinita que vaya funcionando sin que nadie la altere. Y de alguna manera comparto la idea de hacer desde el escritorio la planeación del mundo.
La política, como acción del hombre para conciliar y dirimir las diferencias, existe desde que la humanidad es. Dos hombres reunidos para tomar una decisión, sea la base instrumentalista o la que sea, tendrán que convencer y convencerse de la mejor opción. Bien, pero qué sucede cuando hay tres o más individuos, cuando cada uno de ellos toma decisiones que, evidentemente, pueden ser diferentes a las de los demás. ¿Será posible que un gabinete, el de los sabios, ajenos a sus pretensiones, tomen y generen las decisiones adecuadas?
Frente a la “emergencia” de las sociedades civiles y de las nuevas formas como la gobernanza territorial, la “política” tiene que replantearse y entenderse. Creo que la imposibilidad que muchas personas han tenido para contener y moldear a la política y lo que de ello emana, generó esa ola de rechazo por ella. Por eso mismo es necesario evitar la deificación de la política y la de los políticos. Su falibilidad, como seres humanos, hace necesario acotar sus facultades, determinarles ese espacio del que salieron durante esta transición a la democracia que vivimos.
México no necesita alejarse de la política ni desdeñarla, necesita configurarla de nuevo y redefinirla. Así como lo afirmó el historiador Enrique Krauze el día de ayer sobre la paz, "la paz no será recuperada con un acto mágico, ni con un pacto con el crimen organizado, sino con un conjunto ampliamente aceptado de medidas prácticas, arduas y costosas, sostenidas por largo tiempo".
Creo que la política también debe ser recuperada porque este país lo necesita y será con amplia y ardua reflexión y acción sostenida en los ciudadanos y en la perspectiva del futuro.
jamsalazar96@gmail.com
http://pensar2018.wordpress.com/
lunes, 22 de noviembre de 2010
Sobre el Congreso de Líderes Globales
La semana pasada se llevó a cabo en México el Tercer Congreso Mundial de Líderes Regionales y Locales. Fue un gran evento y el anfitrión fue nuestro Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard. Creo que en general no emito elogios a la autoridad, pero este evento sin duda fue acertado y veo beneficios para nuestra ciudad, por las discusiones y por la promoción.
De los comentarios que escuché, los visitantes de todos los continentes se llevaron una muy buena impresión de nuestra ciudad. No tengo claro qué tanto el sitio del Centro Histórico (estaba copado de policías en un perímetro de alta seguridad) los dejó impactados o no lo percibieron, pero hubo mucho esfuerzo por la seguridad.
Las sedes del Congreso fueron también magníficas: el Palacio de las Vizcaínas, el Palacio de Minería, el Teatro Metropolitan, el Teatro de la Ciudad, el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, el Anfiteatro Simón Bolívar de San Ildefonso, la Escuela de Medicina, el Antiguo Convento de los Betlemintas, la Plaza Garibaldi, entre otros.
Los temas a discusión fueron interesantes: Crisis globales, impactos locales; ciudades y ciudadanía, economías locales, servicios públicos, recentralización vs. descentralización, el derecho a la ciudad; la ciudad del 2030; vivir en la ciudad, trabajar en la ciudad, moverse en la ciudad, dar forma a la ciudad, invertir en la ciudad; gobiernos locales y regionales en la gobernanza mundial; cooperación y desarrollo, soluciones globales, integración regional, los derechos de las mujeres en la gobernanza local, un mundo de ciudades globales.
En el caso concreto de la presentación de Marcelo Ebrard sobre La ciudad del 2030, éste se presentó como un líder visionario (no todo lo que dijo lo está haciendo realmente) al definir 4 ejes del desarrollo: 1) impulso a la economía del conocimiento, 2) universalización de educación y salud, 3) expansión de libertades y derechos de las personas y 4) la sustentabilidad de la ciudad.
El tema polémico es que dentro de una ciudad sustentable promover autopistas urbanas, así sean de cuota, no parece ser una decisión congruente. Pocos minutos después de las palabras de Marcelo Ebrard, opositores a la supervía fueron detenidos por supuesta falsificación de gafetes del congreso (gafetes que les fueron entregados a cambio de que no repartieran volantes, cosa que no hicieron). Al final de estas pifias de funcionarios menores (nunca falta el que violenta principios democráticos para quedar bien con sus superiores), los manifestantes fueron liberados al aclararse la legalidad de sus gafetes.
La parte centralista del GDF quedó en el aire: mientras el común de los visitantes decía que la participación ciudadana es clave, en el Distrito Federal sólo hay participación para lo irrelevante. Las supervías no son una decisión gubernamental tras una consulta pública, sino son una "decisión ejecutiva", como me dijo a través de tuiter el propio Javier Jileta, encargado del proyecto Biometrópolis. No tengo problema de que la autoridad tome decisiones contrarias a mi criterio, siempre que haya abierto el proceso de toma de decisiones al menos unas semanas. No es el caso del gobierno local y sí lo es el de muchos de los visitantes de la semana pasada. De decisiones "ejecutivas" tuvimos suficiente en las décadas pasadas.
También pude ver el caso patético. Cuando era delegado de Profepa pude conocer a la lambiscona Azucena Olivares, hoy alcaldesa de Naucalpan. Estaba invitada a una mesa y prefirió enviar a su representante y director ejecutivo de la Asociación de Municipios de México, que ella preside. Mientras los otros ponentes presumían logros a través de la participación ciudadana, Jorge Alarcón OLIVARES, tras comunicarnos un saludo de Azucena OLIVARES, sólo pudo pretextar por qué los municipios de México no dan resultados: porque cambian de alcaldes cada tres años. Cuando le preguntaron sobre la ciudadanización volvió a repetir su perorata de que su asociación es plural. Queda claro que los procesos globales no se están entendiendo en nuestro país y buena parte de la clase política está completamente desfasada de ellos (no parece ser el caso de Marcelo Ebrard, quien creo que sí los comprende). Mientras esto siga así, los Olivares (y otros) nos dejan claro que no hay mucha esperanza (como tampoco deja esperanza que los funcionarios sigan iniciando sus presentaciones con un saludo del superior).
De los comentarios que escuché, los visitantes de todos los continentes se llevaron una muy buena impresión de nuestra ciudad. No tengo claro qué tanto el sitio del Centro Histórico (estaba copado de policías en un perímetro de alta seguridad) los dejó impactados o no lo percibieron, pero hubo mucho esfuerzo por la seguridad.
Las sedes del Congreso fueron también magníficas: el Palacio de las Vizcaínas, el Palacio de Minería, el Teatro Metropolitan, el Teatro de la Ciudad, el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, el Anfiteatro Simón Bolívar de San Ildefonso, la Escuela de Medicina, el Antiguo Convento de los Betlemintas, la Plaza Garibaldi, entre otros.
Los temas a discusión fueron interesantes: Crisis globales, impactos locales; ciudades y ciudadanía, economías locales, servicios públicos, recentralización vs. descentralización, el derecho a la ciudad; la ciudad del 2030; vivir en la ciudad, trabajar en la ciudad, moverse en la ciudad, dar forma a la ciudad, invertir en la ciudad; gobiernos locales y regionales en la gobernanza mundial; cooperación y desarrollo, soluciones globales, integración regional, los derechos de las mujeres en la gobernanza local, un mundo de ciudades globales.
En el caso concreto de la presentación de Marcelo Ebrard sobre La ciudad del 2030, éste se presentó como un líder visionario (no todo lo que dijo lo está haciendo realmente) al definir 4 ejes del desarrollo: 1) impulso a la economía del conocimiento, 2) universalización de educación y salud, 3) expansión de libertades y derechos de las personas y 4) la sustentabilidad de la ciudad.
El tema polémico es que dentro de una ciudad sustentable promover autopistas urbanas, así sean de cuota, no parece ser una decisión congruente. Pocos minutos después de las palabras de Marcelo Ebrard, opositores a la supervía fueron detenidos por supuesta falsificación de gafetes del congreso (gafetes que les fueron entregados a cambio de que no repartieran volantes, cosa que no hicieron). Al final de estas pifias de funcionarios menores (nunca falta el que violenta principios democráticos para quedar bien con sus superiores), los manifestantes fueron liberados al aclararse la legalidad de sus gafetes.
La parte centralista del GDF quedó en el aire: mientras el común de los visitantes decía que la participación ciudadana es clave, en el Distrito Federal sólo hay participación para lo irrelevante. Las supervías no son una decisión gubernamental tras una consulta pública, sino son una "decisión ejecutiva", como me dijo a través de tuiter el propio Javier Jileta, encargado del proyecto Biometrópolis. No tengo problema de que la autoridad tome decisiones contrarias a mi criterio, siempre que haya abierto el proceso de toma de decisiones al menos unas semanas. No es el caso del gobierno local y sí lo es el de muchos de los visitantes de la semana pasada. De decisiones "ejecutivas" tuvimos suficiente en las décadas pasadas.
También pude ver el caso patético. Cuando era delegado de Profepa pude conocer a la lambiscona Azucena Olivares, hoy alcaldesa de Naucalpan. Estaba invitada a una mesa y prefirió enviar a su representante y director ejecutivo de la Asociación de Municipios de México, que ella preside. Mientras los otros ponentes presumían logros a través de la participación ciudadana, Jorge Alarcón OLIVARES, tras comunicarnos un saludo de Azucena OLIVARES, sólo pudo pretextar por qué los municipios de México no dan resultados: porque cambian de alcaldes cada tres años. Cuando le preguntaron sobre la ciudadanización volvió a repetir su perorata de que su asociación es plural. Queda claro que los procesos globales no se están entendiendo en nuestro país y buena parte de la clase política está completamente desfasada de ellos (no parece ser el caso de Marcelo Ebrard, quien creo que sí los comprende). Mientras esto siga así, los Olivares (y otros) nos dejan claro que no hay mucha esperanza (como tampoco deja esperanza que los funcionarios sigan iniciando sus presentaciones con un saludo del superior).
lunes, 15 de noviembre de 2010
Por mi auto hablará el espíritu
Este fin de semana subió la gasolina nuevamente. Han sido en los últimos meses pequeños aumentos que si bien están por encima de la inflación, no están arriba de los incrementos del precio de la gasolina en los mercados internacionales. En realidad en la política de precios de la gasolina observo un esfuerzo por reducir su subsidio (sí, la gasolina está subsidiada) sin afectar la inflación, y tratar de acercarse al precio esperado del combustible para los próximos años.
¿Estaríamos dispuestos a gravar la gasolina para apoyar el transporte público o la bicicleta? El jueves pasado hubo un recorrido 24 horas promoviendo que en el Presupuesto de Egresos de la Federación haya un fondo específicamente destinado a promover infraestructura ciclista. Hubo quienes soportaron las 24 horas dando vueltas a la Cámara de Diputados, otros tomaron la bicicleta por ratos. En varios congresos estatales se hizo lo mismo. Yo di tres vueltas al Congreso de Nuevo León el jueves por la noche.
Cada vez estoy más convencido de discutir los temas difíciles con la sociedad. ¿Estaríamos dispuestos a una discusión abierta sobre el precio de la gasolina? ¿Y a incluir gravámenes ecológicos a la gasolina? ¿Y la relación del auto y la persona?
Las ventas de combustibles por Pemex Refinación en 2009 fueron del orden de 140 mil millones de pesos. Casualmente el reclamo de presupuesto para la bicicleta es del 1% de esa cantidad (hasta donde sé, se llegó al estimado por otras vías, no dividiendo las ventas de combustible entre 100), por lo que un gravamen de 1% al precio de la gasolina satisfaría las demandas de corto plazo de fondeo de infraestructura ciclista.
Las necesidades no son las mismas en ciudades grandes que en pequeñas o en el campo. Sin embargo, la tendencia a la motorización sí lo es. Quien no tiene coche tiene que cargar encima con prejuicios en vez de gozar una sociedad que le da todas las facilidades para su movilidad.
En el Parque Fundidora se dan el lujo de cerrar la entrada más próxima al Metrorrey para la instalación de una feria, así que el humillado peatón debe caminar un espacio en el que la banqueta es de tierra, otro trecho obscuro, otro angosto, postes atravesados y finalmente entrar entre los coches y atravesar un gran estacionamiento que lo único que nos dice es: Por mi auto hablará el espíritu.
Donde el espíritu tendría que hablar por la raza ocurre exactamente lo mismo, en la Ciudad Universitaria del DF. Camiones de piso bajo dan servicio al estacionamiento del Estadio Olimpico y conectan con el resto de ciudad universitaria. Camiones altos y semichatos dan servicio a quienes llegan en metro. Tiempo atrás, la resistencia del Mosh y sus secuaces impidió que se cobrara el estacionamiento en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales; hoy día el movimiento del Pumabús se ve entorpecido en varios tramos llenos de automóviles estacionados al lado de la advertencia de Se usará grúa.
No se puede pensar la realidad sin automóvil mientras las mejores facilidades las encuentre el automóvil. Es cierto que el transporte público va lleno, es cierto que a veces es más lento, pero también es cierto que si va lento es porque tiene que lidiar con los automóviles. Esta semana iba en bicicleta por Insurgentes. Primero de ida, luego de regreso, vi autos dando vuelta a la izquierda hacia Nuevo León. Al emparejarme con ellos en la bicicleta los increpé, mientras el Metrobús se detenía gracias a su irresponsabilidad. Más adelante una patrulla logró detener a una chica en un Audi. Me burlé de ella, pero no tuve tiempo de cerciorarme de que la policía la enviara al corralón. Es probable que ello no haya sucedido.
Por mi auto hablará el espíritu, jamás por mi gente de a pie. Autos estacionados en las banquetas, en las rayas peatonales, estorbando la ciclovía, banquetas angostas al lado de vehículos que no se moverán todo el día. Esta sociedad necesita abrir la discusión de la relación entre la persona y el auto.
Por los humanos (mi raza y las demás, pues no comparto el nacismo del lema de la UNAM) hablará el espíritu.
¿Estaríamos dispuestos a gravar la gasolina para apoyar el transporte público o la bicicleta? El jueves pasado hubo un recorrido 24 horas promoviendo que en el Presupuesto de Egresos de la Federación haya un fondo específicamente destinado a promover infraestructura ciclista. Hubo quienes soportaron las 24 horas dando vueltas a la Cámara de Diputados, otros tomaron la bicicleta por ratos. En varios congresos estatales se hizo lo mismo. Yo di tres vueltas al Congreso de Nuevo León el jueves por la noche.
Cada vez estoy más convencido de discutir los temas difíciles con la sociedad. ¿Estaríamos dispuestos a una discusión abierta sobre el precio de la gasolina? ¿Y a incluir gravámenes ecológicos a la gasolina? ¿Y la relación del auto y la persona?
Las ventas de combustibles por Pemex Refinación en 2009 fueron del orden de 140 mil millones de pesos. Casualmente el reclamo de presupuesto para la bicicleta es del 1% de esa cantidad (hasta donde sé, se llegó al estimado por otras vías, no dividiendo las ventas de combustible entre 100), por lo que un gravamen de 1% al precio de la gasolina satisfaría las demandas de corto plazo de fondeo de infraestructura ciclista.
Las necesidades no son las mismas en ciudades grandes que en pequeñas o en el campo. Sin embargo, la tendencia a la motorización sí lo es. Quien no tiene coche tiene que cargar encima con prejuicios en vez de gozar una sociedad que le da todas las facilidades para su movilidad.
En el Parque Fundidora se dan el lujo de cerrar la entrada más próxima al Metrorrey para la instalación de una feria, así que el humillado peatón debe caminar un espacio en el que la banqueta es de tierra, otro trecho obscuro, otro angosto, postes atravesados y finalmente entrar entre los coches y atravesar un gran estacionamiento que lo único que nos dice es: Por mi auto hablará el espíritu.
Donde el espíritu tendría que hablar por la raza ocurre exactamente lo mismo, en la Ciudad Universitaria del DF. Camiones de piso bajo dan servicio al estacionamiento del Estadio Olimpico y conectan con el resto de ciudad universitaria. Camiones altos y semichatos dan servicio a quienes llegan en metro. Tiempo atrás, la resistencia del Mosh y sus secuaces impidió que se cobrara el estacionamiento en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales; hoy día el movimiento del Pumabús se ve entorpecido en varios tramos llenos de automóviles estacionados al lado de la advertencia de Se usará grúa.
No se puede pensar la realidad sin automóvil mientras las mejores facilidades las encuentre el automóvil. Es cierto que el transporte público va lleno, es cierto que a veces es más lento, pero también es cierto que si va lento es porque tiene que lidiar con los automóviles. Esta semana iba en bicicleta por Insurgentes. Primero de ida, luego de regreso, vi autos dando vuelta a la izquierda hacia Nuevo León. Al emparejarme con ellos en la bicicleta los increpé, mientras el Metrobús se detenía gracias a su irresponsabilidad. Más adelante una patrulla logró detener a una chica en un Audi. Me burlé de ella, pero no tuve tiempo de cerciorarme de que la policía la enviara al corralón. Es probable que ello no haya sucedido.
Por mi auto hablará el espíritu, jamás por mi gente de a pie. Autos estacionados en las banquetas, en las rayas peatonales, estorbando la ciclovía, banquetas angostas al lado de vehículos que no se moverán todo el día. Esta sociedad necesita abrir la discusión de la relación entre la persona y el auto.
Por los humanos (mi raza y las demás, pues no comparto el nacismo del lema de la UNAM) hablará el espíritu.
domingo, 14 de noviembre de 2010
viernes, 12 de noviembre de 2010
lunes, 8 de noviembre de 2010
Hacia las redes integradas
Transmilenio es el nombre del sistema de transporte de Bogotá. Equivale al metro de esta ciudad. Ellos cuentan con amplias avenidas que conducen todas hacia zonas céntricas, de tal manera que dichas vías se convirtieron en el espacio idóneo para impulsar Transmilenio, y este nombre se convirtió en una marca. Es curioso, sin embargo, que Curitiba, siendo precursor de este sistema, no haya desarrollado una marca: los autobuses simplemente se llaman "Expresso Biarticulado" para el de mayor capacidad, "Ligerinho" para el servicio exprés desde la periféria o el "Interbairros" que une los distintos tipos de servicio y otros nombres con poco "marketing".
La diferencia sin embargo, entre Curitiba y Bogotá es el concepto "Red Integrada de Transporte". Mientras el "metro" no puede llegar a todos lados, la gente tiene que moverse hacia los puntos no atendidos por el "metro" en microbuses. Esto pasa en México y esto pasa en Bogotá con el Transmilenio. No pasa en Curitiba, donde no hay más servicios que los que participan en la Red. Curitiba aún carece de sofisticación: los transbordos son gratuitos en las estaciones intermodales, pero hasta hace poco la moneda era el único medio de pago, aunque ya están instrumentando la tarjeta de prepago.
Justo el medio de pago es lo que puede hacer la diferencia entre un sistema y otro. Al tener un sistema en el que todos los transbordos están incluidos, si bien ocurre que los que hacen viajes cortos subsidian a quienes hacen viajes largos, la sociedad gana un sistema completo en el que no sólo no hay competencia por el pasaje, sino que los usuarios toman las mejores decisiones en términos de tiempo o comodidad y no en función del precio. La falta de un sistema integral en México está llevando al fracaso al tren suburbano, por un lado; y por otro hace que la gente no se sienta beneficiada por servicios como el Mexibús que tarda menos de 20 minutos en atravesar Ecatepec.
Curitiba es una ciudad del tamaño de Puebla o de León, aproximadamente. León, con el Optibús, ya está muy avanzado en el desarrollo de una Red Integrada y con su reciente ampliación hay una gran cercanía en el servicio hacia todos los habitantes y cuenta con un sistema alimentador. Si el día de mañana se construyen en León trenes suburbanos a San Francisco del Rincón, Silao, Guanajuato o Irapuato, si los servicios se integran a la red urbana serán un éxito y no un fracaso como el tren a Cuautitlán.
Puebla habla ahora de desarrollar su sistema de transporte en carril confinado, ya también se ha hablado de un tren suburbano entre Tlaxcala, Apizaco y Puebla. En realidad estos servicios deben ser establecidos como parte de una estrategia de largo plazo y no como una medalla política. Puebla tiene el problema común a muchas ciudades del país: fuera del centro y algunas unidades habitacionales, carece densidad, por lo que las líneas de transporte capturan pasajeros con mayor dificultad. Por ello, el primer paso a seguir es desarrollar dos corredores en BRT (buses de tránsito rápido) en las avenidas con mayor movimiento y posteriormente conceptualizar el resto de la red a partir del comportamiento de estos corredores. Es muy probable que las siguientes etapas no sean el desarrollo de líneas troncales ni alimentadoras, sino servicios de menor capacidad que articulen una especie de telaraña por las principales avenidas, pero que en los puntos de congestionamiento logren preferencia de paso. Si se construyen trenes suburbanos, sería ideal que la tarifa incluyera el transbordo hacia el BRT, como tendrá que ocurrir en el Estado de México con los alimentadores del suburbano.
En todo esto no he mencionado la bicicleta, pero sin duda alguna juega un papel clave, dado que en viajes de menos de 5 kilómetros, y más aún en los de menos de 3 kilómetros, puede ofrecer una alimentación gratuita o casi gratuita a la red de transporte. Generalmente se deja a un lado la bicicleta pero ésta puede ampliar la cuenca de pasajeros de un sistema si se le dota de las facilidades necesarias.
Yo en la Ciudad de México no pienso ya sólo en servicios para medio millón de personas, como la línea 12 del metro. Estoy convencido de que tras 40 años de construcción del metro es un fracaso el que sigamos careciendo de una red integrada, y por tanto el objetivo debe ser lograrla, y ese es un esfuerzo de gestión, de asignación del recurso en un lugar correcto y no seguir pensando en grandes acciones de infraestructura que no se enfocan en un todo.
La diferencia sin embargo, entre Curitiba y Bogotá es el concepto "Red Integrada de Transporte". Mientras el "metro" no puede llegar a todos lados, la gente tiene que moverse hacia los puntos no atendidos por el "metro" en microbuses. Esto pasa en México y esto pasa en Bogotá con el Transmilenio. No pasa en Curitiba, donde no hay más servicios que los que participan en la Red. Curitiba aún carece de sofisticación: los transbordos son gratuitos en las estaciones intermodales, pero hasta hace poco la moneda era el único medio de pago, aunque ya están instrumentando la tarjeta de prepago.
Justo el medio de pago es lo que puede hacer la diferencia entre un sistema y otro. Al tener un sistema en el que todos los transbordos están incluidos, si bien ocurre que los que hacen viajes cortos subsidian a quienes hacen viajes largos, la sociedad gana un sistema completo en el que no sólo no hay competencia por el pasaje, sino que los usuarios toman las mejores decisiones en términos de tiempo o comodidad y no en función del precio. La falta de un sistema integral en México está llevando al fracaso al tren suburbano, por un lado; y por otro hace que la gente no se sienta beneficiada por servicios como el Mexibús que tarda menos de 20 minutos en atravesar Ecatepec.
Curitiba es una ciudad del tamaño de Puebla o de León, aproximadamente. León, con el Optibús, ya está muy avanzado en el desarrollo de una Red Integrada y con su reciente ampliación hay una gran cercanía en el servicio hacia todos los habitantes y cuenta con un sistema alimentador. Si el día de mañana se construyen en León trenes suburbanos a San Francisco del Rincón, Silao, Guanajuato o Irapuato, si los servicios se integran a la red urbana serán un éxito y no un fracaso como el tren a Cuautitlán.
Puebla habla ahora de desarrollar su sistema de transporte en carril confinado, ya también se ha hablado de un tren suburbano entre Tlaxcala, Apizaco y Puebla. En realidad estos servicios deben ser establecidos como parte de una estrategia de largo plazo y no como una medalla política. Puebla tiene el problema común a muchas ciudades del país: fuera del centro y algunas unidades habitacionales, carece densidad, por lo que las líneas de transporte capturan pasajeros con mayor dificultad. Por ello, el primer paso a seguir es desarrollar dos corredores en BRT (buses de tránsito rápido) en las avenidas con mayor movimiento y posteriormente conceptualizar el resto de la red a partir del comportamiento de estos corredores. Es muy probable que las siguientes etapas no sean el desarrollo de líneas troncales ni alimentadoras, sino servicios de menor capacidad que articulen una especie de telaraña por las principales avenidas, pero que en los puntos de congestionamiento logren preferencia de paso. Si se construyen trenes suburbanos, sería ideal que la tarifa incluyera el transbordo hacia el BRT, como tendrá que ocurrir en el Estado de México con los alimentadores del suburbano.
En todo esto no he mencionado la bicicleta, pero sin duda alguna juega un papel clave, dado que en viajes de menos de 5 kilómetros, y más aún en los de menos de 3 kilómetros, puede ofrecer una alimentación gratuita o casi gratuita a la red de transporte. Generalmente se deja a un lado la bicicleta pero ésta puede ampliar la cuenca de pasajeros de un sistema si se le dota de las facilidades necesarias.
Yo en la Ciudad de México no pienso ya sólo en servicios para medio millón de personas, como la línea 12 del metro. Estoy convencido de que tras 40 años de construcción del metro es un fracaso el que sigamos careciendo de una red integrada, y por tanto el objetivo debe ser lograrla, y ese es un esfuerzo de gestión, de asignación del recurso en un lugar correcto y no seguir pensando en grandes acciones de infraestructura que no se enfocan en un todo.
viernes, 5 de noviembre de 2010
Las ventajas del piso bajo
La referencia a este video la obtuve de Medios móviles. Este video no lo presento como propaganda, sino como reflexión sobre los buses de piso bajo, con los cuales simpatizo, a pesar del costo, pues su costo puede compensarse con ahorros en otros procesos: un acceso más rápido implica movimientos más ágiles, accesibilidad implica ahorros en la adaptación de elevadores.
lunes, 1 de noviembre de 2010
Vayamos por los detalles
Esta semana Jalisco se dio el lujo de perder 952 millones de pesos que tenía autorizados del Fondo Nacional de Infraestructura para la construcción de un sistema de transporte. El fondo del problema fue la polarización que se dio a partir de que el autobús azul fue presumido por la administración estatal frente a las elecciones de 2009 como un logro de gobierno. Los detractores, del PRI, optaron por atacar el sistema considerándolo indigno y clamando por un tren ligero.
El tren ligero sí es mejor que el autobús de tránsito rápido (BRT). Sin embargo, también es bastante más caro. El tren es un poco más cómodo, puede ser más silencioso, eventualmente podría tener más capacidad aunque los últimos sistemas de autobús están eficientando el manejo de los viajeros de tal manera que ya hay sistemas BRT cuya demanda supera la de muchas líneas de metro. La diferencia en costo de inversión puede ser de 10 a 1 en ocasiones. También hay otras ventajas del BRT: no se generan barreras urbanas y los antiguos operadores del transporte público no se quedan desempleados sino que son incorporados en la operación del nuevo sistema.
En el caso del Macrobús línea 2, el proyecto que orgullosamente tiraron los traidores a Jalisco, Héctor Vielma y Aristóteles Sandoval, más por intereses partidistas que por compromiso con sus electores, veamos la diferencia: una línea de aproximadamente 32.5 kilómetros entre Zapopan y Tlaquepaque costaría menos de 3 mil millones de pesos. Ahora entre Zapopan y Guadalajara, en una ruta similar pero más corta, proponen una línea del tren ligero de 11.5 kilómetros y 7 mil millones de pesos. ¿Qué prefieres: tres autos de 110 mil pesos y 400 mil pesos en los bolsillos o un Mercedes Benz de 700 mil pesos?
No a todo mundo le gusta el Metrobús, a muchos no les gusta el Macrobús, que sin embargo es más criticado por quienes no lo usan que por quienes lo usan. Las estaciones podrían ser mejores, la calidad podría también mejorar, hubo celo porque se afectara "la Calzada" cuando antes ésta iba copada de autobuses urbanos en todos sus carriles. Hay errores evidentes en la gestión del gobierno de Jalisco respecto al Macrobús. Sin embargo, la posibilidad de que Guadalajara cuente con una red de transporte que llegue a todos los rincones es de momento inexistente gracias a las gestiones de Vielma y Sandoval. Suponiendo que se construya el tren ligero, no se abrirá antes de 4 años. En ese mismo lapso y con el mismo costo podrían construirse la línea 2 y otros 40 kilómetros de Macrobús.
Las críticas a estos sistemas de transporte provienen generalmente de quienes no los usan, y en particular de los automovilistas que se ven presuntamente afectados por una asignación más eficiente del espacio vial. Digo presuntamente pues a menudo los sistemas BRT ponen orden en las vialidades y no necesariamente éstas reducen su capacidad. En el caso de Insurgentes hay opiniones encontradas. Una labor responsable de los políticos que presiden Zapopan y Guadalajara era demandar con firmeza mejoras en el Macrobús línea 1 y apoyar la instrumentación de la línea 2 ... pero como buenos políticos vieron mayor rentabilidad (de corto plazo, por supuesto) en oponerse ciegamente en vez de construir.
Los que defendemos la ampliación de los sistemas BRT vemos ciudades bien servidas por sistemas de transporte de calidad que, una vez cubiertas, puedan escalar sus líneas de autobús en carril confinado a trenes ligero, metro, trenes exprés o suburbanos. No compremos el Mercedes Benz si no sabemos manejar, mejor vayamos a paso a paso.
Lo que ocurrió en Guadalajara no debe ocurrir en la Ciudad de México. Insurgentes en general es reconocido como un éxito y muchos automovilistas lo usan. Eje 4 Sur, con tantos accidentes y habiendo reducido la capacidad para los autos en un importante eje vial tuvo menos éxito. Eje 1 Poniente tiene un problema similar. En realidad lo que debe ocurrir de ahora en adelante es que la autoridad se esmere por cuidar hasta el más mínimo detalle: reducir la tala de árboles en los proyectos, hacer estaciones con arquitectura agradable, hacer a los vecinos partícipes del proyecto, transformar positivamente la zona, generar plusvalía, reponer banquetas y espacios verdes, señalizar, iluminar, dar mantenimiento.
Hay que ir un paso adelante en los sistemas de autobús, antes de que llegue otro traidor como Aristóteles Sandoval a darle a un estado una puñalada por la espalda.
El tren ligero sí es mejor que el autobús de tránsito rápido (BRT). Sin embargo, también es bastante más caro. El tren es un poco más cómodo, puede ser más silencioso, eventualmente podría tener más capacidad aunque los últimos sistemas de autobús están eficientando el manejo de los viajeros de tal manera que ya hay sistemas BRT cuya demanda supera la de muchas líneas de metro. La diferencia en costo de inversión puede ser de 10 a 1 en ocasiones. También hay otras ventajas del BRT: no se generan barreras urbanas y los antiguos operadores del transporte público no se quedan desempleados sino que son incorporados en la operación del nuevo sistema.
En el caso del Macrobús línea 2, el proyecto que orgullosamente tiraron los traidores a Jalisco, Héctor Vielma y Aristóteles Sandoval, más por intereses partidistas que por compromiso con sus electores, veamos la diferencia: una línea de aproximadamente 32.5 kilómetros entre Zapopan y Tlaquepaque costaría menos de 3 mil millones de pesos. Ahora entre Zapopan y Guadalajara, en una ruta similar pero más corta, proponen una línea del tren ligero de 11.5 kilómetros y 7 mil millones de pesos. ¿Qué prefieres: tres autos de 110 mil pesos y 400 mil pesos en los bolsillos o un Mercedes Benz de 700 mil pesos?
No a todo mundo le gusta el Metrobús, a muchos no les gusta el Macrobús, que sin embargo es más criticado por quienes no lo usan que por quienes lo usan. Las estaciones podrían ser mejores, la calidad podría también mejorar, hubo celo porque se afectara "la Calzada" cuando antes ésta iba copada de autobuses urbanos en todos sus carriles. Hay errores evidentes en la gestión del gobierno de Jalisco respecto al Macrobús. Sin embargo, la posibilidad de que Guadalajara cuente con una red de transporte que llegue a todos los rincones es de momento inexistente gracias a las gestiones de Vielma y Sandoval. Suponiendo que se construya el tren ligero, no se abrirá antes de 4 años. En ese mismo lapso y con el mismo costo podrían construirse la línea 2 y otros 40 kilómetros de Macrobús.
Las críticas a estos sistemas de transporte provienen generalmente de quienes no los usan, y en particular de los automovilistas que se ven presuntamente afectados por una asignación más eficiente del espacio vial. Digo presuntamente pues a menudo los sistemas BRT ponen orden en las vialidades y no necesariamente éstas reducen su capacidad. En el caso de Insurgentes hay opiniones encontradas. Una labor responsable de los políticos que presiden Zapopan y Guadalajara era demandar con firmeza mejoras en el Macrobús línea 1 y apoyar la instrumentación de la línea 2 ... pero como buenos políticos vieron mayor rentabilidad (de corto plazo, por supuesto) en oponerse ciegamente en vez de construir.
Los que defendemos la ampliación de los sistemas BRT vemos ciudades bien servidas por sistemas de transporte de calidad que, una vez cubiertas, puedan escalar sus líneas de autobús en carril confinado a trenes ligero, metro, trenes exprés o suburbanos. No compremos el Mercedes Benz si no sabemos manejar, mejor vayamos a paso a paso.
Lo que ocurrió en Guadalajara no debe ocurrir en la Ciudad de México. Insurgentes en general es reconocido como un éxito y muchos automovilistas lo usan. Eje 4 Sur, con tantos accidentes y habiendo reducido la capacidad para los autos en un importante eje vial tuvo menos éxito. Eje 1 Poniente tiene un problema similar. En realidad lo que debe ocurrir de ahora en adelante es que la autoridad se esmere por cuidar hasta el más mínimo detalle: reducir la tala de árboles en los proyectos, hacer estaciones con arquitectura agradable, hacer a los vecinos partícipes del proyecto, transformar positivamente la zona, generar plusvalía, reponer banquetas y espacios verdes, señalizar, iluminar, dar mantenimiento.
Hay que ir un paso adelante en los sistemas de autobús, antes de que llegue otro traidor como Aristóteles Sandoval a darle a un estado una puñalada por la espalda.
jueves, 28 de octubre de 2010
Viajar en el tiempo del transporte
Por José Alberto Márquez Salazar
Colaborador invitado
Subir en un Centro de Transferencia Modal para recorrer la Ciudad de México en el “Metro”, acaso en media o una hora, pongamos de oriente a occidente o de norte a sur, implica un pago menor que algunos consideran “caro” además de ciertas incomodidades que en estos días hacemos relevantes, pero que en nada se comparan a las condiciones de hace cincuenta o cien años. Tener un transporte mejor cada día ha sido y es un interés constante para quien vive en las grandes ciudades.
La ciudad siempre es criticada y odiada, amada y rechazada. Sea el gobierno que sea, temas como la basura, la seguridad pública o el tráfico y transporte, están presentes. El Fistol del diablo, escrita por Manuel Payno, es una de las novelas más importantes del siglo XIX mexicano. Su recreación tiene como marco los años previos a la invasión norteamericana de 1847 y cambió el uso y perfil de los personajes mexicanos de novela: sus historias eran más determinadas por el interés y la búsqueda de seguridades. Publicada entre 1845 y 1846 en la Revista Científica y Literaria, la novela también nos da pistas sobre la historia de nuestra ciudad.
El Callejón de Dolores, ubicado a unas cuadras de la Alameda Central, tuvo durante parte del siglo XIX la responsabilidad de albergar al despacho general de diligencias, en especial las que salían para Puebla y Veracruz. Escribió sobre el transporte Manuel Payno:
“Aunque México ha querido tomar hace años un lugar entre las naciones civilizadas, le falta mucho de lo que constituye la civilización y el progreso; entre otras cosas los medios de comunicación, pues los caminos son detestables, bien que la naturaleza no se presta muy fácilmente, pues siendo todo el país montañoso y desigual, y estando construidas las ciudades sobre la alta cordillera, los caminos de fierro y los canales son mucho más difíciles de hacerse que en cualquier otro país.
“Con todo, hace algunos años que los únicos medios de comunicación eran unos voluminosos y pesados coches, tirados por ocho o diez mulas, que caminaban con la lentitud de una tortuga, mientras que hoy, en cuatro o cinco días se camina en las diligencias una distancia igual a la que en los tiempos de feliz recordación del sistema colonial, se travesaba con mil trabajos en veinte o veinticinco días.”
Y para apuntalar los dichos, Enrique Fernández Ledesma, escritor mexicano olvidado, elaboró un breve ensayo donde describía las vicisitudes del transporte: “Nuestros bisabuelos y sus viajes en diligencias”. Fernández Ledesma, poblano de nacimiento, director de la Biblioteca Nacional, amigo de Ramón López Velarde y de Saturnino Herrán, escribió dos fabulosos volúmenes: Viajes al siglo XIX e Historia Crítica de la tipografía de la Ciudad de México, entre otros.
En el ensayo de las diligencias afirma:
“Los padres de nuestros padres escribían este capítulo con gran emoción. Lo escribían evocando las escenas inolvidables del viaje. Porque cada viaje en diligencia era una aventura palpitante, sombría, temerosa, llena de sobresaltos y henchida de peligros. Tan grave era la empresa que, aparte de sacrificarlo todo, se dejaba en ella, a menudo, la vida.”
Si en nuestro siglo, un viaje por el Metro implica el cansancio, la búsqueda del amor, el erotismo juvenil, en el XIX, el vehículo y el viaje representaban algo más. Escribió Fernández:
“Ya fuera de México, la diligencia representaba el hogar nuevo, solidario y sentimental, que se paseaba por el campo. En la prolongada seria de banquetas en que estaba dividido el patriarcal carruaje se instalaban los pasajeros y un mundo disímil compartía los azares del viaje. Militares de los tiempos de Victoria; caballeros con esposa timorata e hijas lindísimas; frailes y canónigos, comerciantes y banqueros, agricultores y jóvenes de casas ricas que se dirigían a sus haciendas, o bien que tentaban la aventura por ilustrar, con lo imprevisto, el ocio ciudadano.”
Además, retoma el recuerdo del Callejón de Dolores:
“Los dos servicios de esos caudalosos carruajes que se hacían en el México de la época disponíanse en la Administración de la Empresa o sea en la Casa de Diligencias, local ubicado en el primitivo callejón de Dolores, hoy nacimiento de la Avenida Independencia”.
En punto de las cuatro de la tarde con un estrepitoso rodar partían hacía sus destinos: tomando por la calle del Coliseo Viejo hasta la garita de Bucareli, la de Puebla; la que partía a Veracruz abordaba el mismo Coliseo Viejo y luego al este para salir, a través de la calle de moneda a la garita de San Lázaro.
El viaje era duro, peligroso:
“Los pesados vehículos partían al trote vivo de sus siete mulas. Temblaban los muelles del carruaje; los bultos, mal asegurados en las tablillas, covachas y techos, venían por tierra al arrancar el fogosos tiro… Entre algazaras, bromas y donaires se reafirmaba el equipaje. Y entonces la diligencia partía con una velocidad de correo, seguida por ladridos de perros vagabundos y por los arrapiezos del arroyo.”
Pese a los siglos, a los cambios, el viaje sigue siendo una aventura. Mauricio Magdaleno, a quien debemos algunos guiones de enormes películas mexicanas, afirmó categórico: “En México, como en la India y en China –por más de un concepto tan semejante a nuestra vieja tierra-, sólo hay dos extremos para vivir y, ya que viene el caso, para viajar: el de la ostentosa y hasta indolente comodidad de quienes todo lo tienen y el de la deprimente miseria de quienes no tienen nada. Los viajes de un político encumbrado o un simple magnate suelen revertir magnificencias dignas de un maharajá. El pueblo, en cambio, viaja en condiciones de una también aparatosa humillación”.
Magdaleno no tenía mucha consideración en los mexicanos que él conocí. Hoy, seguramente una mayoría son muy diferentes. Escribió Magdaleno:
“El mexicano no sabe viajar y si monta, en las pardas estaciones de árboles fantasmales e invariable y renegrido tinaco de agua, en el vagón de segunda, ni es por su gusto ni va muy lejos. Viaja el norteamericano, y estupendamente, sin sufrir el más leve menoscabo ni en sus costumbres ni en su noción de la vida; el mexicano peregrina como un romero. Por eso el viaje en segunda tiene tanto de romería, de patética fatalidad religiosa”.
Pensándolo bien, Magdaleno sigue con razón, hay que ver el Metro, el transporte colectivo en general, para redescubrir esa falta de conocimiento para el viajar. Pero, el desconocimiento no era nuestro principal problema para viajar. Manuel Rivera Cambas describió:
“La facilidad de las comunicaciones, considerada siempre como primer elemento de la vida de los pueblos, se dificultó mucho entre nosotros y si el tráfico fue difícil aun en los alrededores de la capital, qué pasaría en los caminos distantes del control y aun cuando la vía fuera practicable, los vehículos y la manera de transportarse eran incómodos; la falta de caminos ha tenido nuestros giros desfallecidos, las producciones y el comercio aislados en determinadas zonas.”
El panorama era desolador y siniestro. Hoy, la gente se queja. La ciudad ha crecido y los ríos se han ocultado bajo las avenidas con transporte veloz. Necesitamos mejor transporte, público, no contaminante. Ayer rebajábamos a un pueblo llamándolo “bicicletero”; hoy, la ciudad puede serlo. Hoy, el viaje al pasado se hace en transporte del presente.
Colaborador invitado
Subir en un Centro de Transferencia Modal para recorrer la Ciudad de México en el “Metro”, acaso en media o una hora, pongamos de oriente a occidente o de norte a sur, implica un pago menor que algunos consideran “caro” además de ciertas incomodidades que en estos días hacemos relevantes, pero que en nada se comparan a las condiciones de hace cincuenta o cien años. Tener un transporte mejor cada día ha sido y es un interés constante para quien vive en las grandes ciudades.
La ciudad siempre es criticada y odiada, amada y rechazada. Sea el gobierno que sea, temas como la basura, la seguridad pública o el tráfico y transporte, están presentes. El Fistol del diablo, escrita por Manuel Payno, es una de las novelas más importantes del siglo XIX mexicano. Su recreación tiene como marco los años previos a la invasión norteamericana de 1847 y cambió el uso y perfil de los personajes mexicanos de novela: sus historias eran más determinadas por el interés y la búsqueda de seguridades. Publicada entre 1845 y 1846 en la Revista Científica y Literaria, la novela también nos da pistas sobre la historia de nuestra ciudad.
El Callejón de Dolores, ubicado a unas cuadras de la Alameda Central, tuvo durante parte del siglo XIX la responsabilidad de albergar al despacho general de diligencias, en especial las que salían para Puebla y Veracruz. Escribió sobre el transporte Manuel Payno:
“Aunque México ha querido tomar hace años un lugar entre las naciones civilizadas, le falta mucho de lo que constituye la civilización y el progreso; entre otras cosas los medios de comunicación, pues los caminos son detestables, bien que la naturaleza no se presta muy fácilmente, pues siendo todo el país montañoso y desigual, y estando construidas las ciudades sobre la alta cordillera, los caminos de fierro y los canales son mucho más difíciles de hacerse que en cualquier otro país.
“Con todo, hace algunos años que los únicos medios de comunicación eran unos voluminosos y pesados coches, tirados por ocho o diez mulas, que caminaban con la lentitud de una tortuga, mientras que hoy, en cuatro o cinco días se camina en las diligencias una distancia igual a la que en los tiempos de feliz recordación del sistema colonial, se travesaba con mil trabajos en veinte o veinticinco días.”
Y para apuntalar los dichos, Enrique Fernández Ledesma, escritor mexicano olvidado, elaboró un breve ensayo donde describía las vicisitudes del transporte: “Nuestros bisabuelos y sus viajes en diligencias”. Fernández Ledesma, poblano de nacimiento, director de la Biblioteca Nacional, amigo de Ramón López Velarde y de Saturnino Herrán, escribió dos fabulosos volúmenes: Viajes al siglo XIX e Historia Crítica de la tipografía de la Ciudad de México, entre otros.
En el ensayo de las diligencias afirma:
“Los padres de nuestros padres escribían este capítulo con gran emoción. Lo escribían evocando las escenas inolvidables del viaje. Porque cada viaje en diligencia era una aventura palpitante, sombría, temerosa, llena de sobresaltos y henchida de peligros. Tan grave era la empresa que, aparte de sacrificarlo todo, se dejaba en ella, a menudo, la vida.”
Si en nuestro siglo, un viaje por el Metro implica el cansancio, la búsqueda del amor, el erotismo juvenil, en el XIX, el vehículo y el viaje representaban algo más. Escribió Fernández:
“Ya fuera de México, la diligencia representaba el hogar nuevo, solidario y sentimental, que se paseaba por el campo. En la prolongada seria de banquetas en que estaba dividido el patriarcal carruaje se instalaban los pasajeros y un mundo disímil compartía los azares del viaje. Militares de los tiempos de Victoria; caballeros con esposa timorata e hijas lindísimas; frailes y canónigos, comerciantes y banqueros, agricultores y jóvenes de casas ricas que se dirigían a sus haciendas, o bien que tentaban la aventura por ilustrar, con lo imprevisto, el ocio ciudadano.”
Además, retoma el recuerdo del Callejón de Dolores:
“Los dos servicios de esos caudalosos carruajes que se hacían en el México de la época disponíanse en la Administración de la Empresa o sea en la Casa de Diligencias, local ubicado en el primitivo callejón de Dolores, hoy nacimiento de la Avenida Independencia”.
En punto de las cuatro de la tarde con un estrepitoso rodar partían hacía sus destinos: tomando por la calle del Coliseo Viejo hasta la garita de Bucareli, la de Puebla; la que partía a Veracruz abordaba el mismo Coliseo Viejo y luego al este para salir, a través de la calle de moneda a la garita de San Lázaro.
El viaje era duro, peligroso:
“Los pesados vehículos partían al trote vivo de sus siete mulas. Temblaban los muelles del carruaje; los bultos, mal asegurados en las tablillas, covachas y techos, venían por tierra al arrancar el fogosos tiro… Entre algazaras, bromas y donaires se reafirmaba el equipaje. Y entonces la diligencia partía con una velocidad de correo, seguida por ladridos de perros vagabundos y por los arrapiezos del arroyo.”
Pese a los siglos, a los cambios, el viaje sigue siendo una aventura. Mauricio Magdaleno, a quien debemos algunos guiones de enormes películas mexicanas, afirmó categórico: “En México, como en la India y en China –por más de un concepto tan semejante a nuestra vieja tierra-, sólo hay dos extremos para vivir y, ya que viene el caso, para viajar: el de la ostentosa y hasta indolente comodidad de quienes todo lo tienen y el de la deprimente miseria de quienes no tienen nada. Los viajes de un político encumbrado o un simple magnate suelen revertir magnificencias dignas de un maharajá. El pueblo, en cambio, viaja en condiciones de una también aparatosa humillación”.
Magdaleno no tenía mucha consideración en los mexicanos que él conocí. Hoy, seguramente una mayoría son muy diferentes. Escribió Magdaleno:
“El mexicano no sabe viajar y si monta, en las pardas estaciones de árboles fantasmales e invariable y renegrido tinaco de agua, en el vagón de segunda, ni es por su gusto ni va muy lejos. Viaja el norteamericano, y estupendamente, sin sufrir el más leve menoscabo ni en sus costumbres ni en su noción de la vida; el mexicano peregrina como un romero. Por eso el viaje en segunda tiene tanto de romería, de patética fatalidad religiosa”.
Pensándolo bien, Magdaleno sigue con razón, hay que ver el Metro, el transporte colectivo en general, para redescubrir esa falta de conocimiento para el viajar. Pero, el desconocimiento no era nuestro principal problema para viajar. Manuel Rivera Cambas describió:
“La facilidad de las comunicaciones, considerada siempre como primer elemento de la vida de los pueblos, se dificultó mucho entre nosotros y si el tráfico fue difícil aun en los alrededores de la capital, qué pasaría en los caminos distantes del control y aun cuando la vía fuera practicable, los vehículos y la manera de transportarse eran incómodos; la falta de caminos ha tenido nuestros giros desfallecidos, las producciones y el comercio aislados en determinadas zonas.”
El panorama era desolador y siniestro. Hoy, la gente se queja. La ciudad ha crecido y los ríos se han ocultado bajo las avenidas con transporte veloz. Necesitamos mejor transporte, público, no contaminante. Ayer rebajábamos a un pueblo llamándolo “bicicletero”; hoy, la ciudad puede serlo. Hoy, el viaje al pasado se hace en transporte del presente.
lunes, 25 de octubre de 2010
Impactar socialmente y no sólo en movilidad
Mi pensamiento respecto a las políticas del transporte ha venido evolucionando en los más de 15 años que llevo participando en el tema. En términos generales siempre he coincidido en la necesidad de encarecer y complicar el uso del automóvil, y en facilitar el acceso al transporte público y ampliar su oferta, lo que implica una forma de abaratamiento en su uso. Sin embargo, la gran diferencia que ha habido en mi opinión al respecto es en el cómo lograrlo.
Hace tiempo mi mayor simpatía era por los sistemas férreos. De hecho me siguen gustando y creo que la Ciudad de México debe terminar, en unas décadas, con una red de sistemas férreos que duplique la existente. Sin embargo, estoy convencido de que en la presente década primero debemos lograr cobertura de los sistemas de transporte, en la siguiente década ampliar la capacidad para mejorar las condiciones en las que se realizan los viajes, y finalmente asegurar la redundancia, la velocidad y la comodidad hacia la década de los 30. Esto implica que en lo que resta de la década las inversiones en sistemas férreos sean mínimas, en la siguiente comiencen a crecer y finalmente en los treinta toda la inversión se dé en ellos.
Estoy cada vez más convencido de la multimodalidad, es decir, que los sistemas deben ser tales que aseguren a sus usuarios el cambio rápido y cómodo entre un modo de transporte y otro.
Uno de los aprendizajes más relevantes es sobre el impacto social y urbano de las obras. El tren suburbano de la Ciudad de México es un ejemplo de todo lo que no debe hacerse con la infraestructura. En aras de generar una oferta de alta velocidad se omitieron todos los impactos urbanos y sociales. Las estaciones son cajas para zapato desvinculadas de las colonias aledañas. Los centros comerciales que le construyeron están vacíos. Los cruces de las vías son incómodos igual que los accesos a las estaciones que nunca consideraron el acceso peatonal.
Yo todavía sigo oyendo de ignorantes que proponen el monorriel como solución para todo, pensando que un monorriel es un sistema moderno de transporte (y no lo es). Lo que necesitamos es un sistema integrador que genere la mayor cantidad de empleos, que realice las inversiones más eficientes, que estimule la producción y la tecnología nacionales, y que reemplace partes importadas de grandes empresas por refacciones hechas por pequeños productores nacionales, así como involucre en su operación a trabajadores que se conviertan en copropietarios. Esto es, los trenes urbanos por lo general no incorporan a los prestadores del servicio de transporte sino que compiten con ellos. El Metrobús y en general los sistemas BRT se llevan a cabo integrando a los actuales actores económicos. Entonces la transformación no sólo es de movilidad, sino también social. El nuevo servicio nace blindado, de otra manera un nuevo servicio puede llegar a contribuir al deterioro social, como lo demuestran muchas experiencias del metro: ambulantaje, inseguridad, minusvalía, basura, etc.
El desarrollo del BRT va de la mano de una palabra difícil: criterio. Las decisiones correctas producen círculos virtuosos. Las decisiones incorrectas causan muertos y resistencia. Para el desarrollo de la línea 2 del Metrobús, muchos recomendaron a los instrumentadores que el carril de servicio (el carril que más al norte), no llevara el mismo sentido que el Eje 4 Sur, sino que corriera de Oriente a Poniente, por seguridad vial. La necedad de la autoridad impuso un carril de Poniente a Oriente en el que hubo muchos accidentes. En la línea 3 del Metrobús habrá el mismo tipo de carril, y esta vez sí irá en contrasentido. ¿Cómo ir tomando decisiones cada vez más precisas y correctas en los próximos proyectos?
Creo que los promotores de una transformación de la movilidad en las grandes ciudades no sólo debemos convencer de lo que hay que hacer, sino de generar capacidades para que sea la sociedad la que tome las decisiones correctas en todos los rincones y no que los proyectos vayan avanzando de uno en uno. Ese es el reto.
Hace tiempo mi mayor simpatía era por los sistemas férreos. De hecho me siguen gustando y creo que la Ciudad de México debe terminar, en unas décadas, con una red de sistemas férreos que duplique la existente. Sin embargo, estoy convencido de que en la presente década primero debemos lograr cobertura de los sistemas de transporte, en la siguiente década ampliar la capacidad para mejorar las condiciones en las que se realizan los viajes, y finalmente asegurar la redundancia, la velocidad y la comodidad hacia la década de los 30. Esto implica que en lo que resta de la década las inversiones en sistemas férreos sean mínimas, en la siguiente comiencen a crecer y finalmente en los treinta toda la inversión se dé en ellos.
Estoy cada vez más convencido de la multimodalidad, es decir, que los sistemas deben ser tales que aseguren a sus usuarios el cambio rápido y cómodo entre un modo de transporte y otro.
Uno de los aprendizajes más relevantes es sobre el impacto social y urbano de las obras. El tren suburbano de la Ciudad de México es un ejemplo de todo lo que no debe hacerse con la infraestructura. En aras de generar una oferta de alta velocidad se omitieron todos los impactos urbanos y sociales. Las estaciones son cajas para zapato desvinculadas de las colonias aledañas. Los centros comerciales que le construyeron están vacíos. Los cruces de las vías son incómodos igual que los accesos a las estaciones que nunca consideraron el acceso peatonal.
Yo todavía sigo oyendo de ignorantes que proponen el monorriel como solución para todo, pensando que un monorriel es un sistema moderno de transporte (y no lo es). Lo que necesitamos es un sistema integrador que genere la mayor cantidad de empleos, que realice las inversiones más eficientes, que estimule la producción y la tecnología nacionales, y que reemplace partes importadas de grandes empresas por refacciones hechas por pequeños productores nacionales, así como involucre en su operación a trabajadores que se conviertan en copropietarios. Esto es, los trenes urbanos por lo general no incorporan a los prestadores del servicio de transporte sino que compiten con ellos. El Metrobús y en general los sistemas BRT se llevan a cabo integrando a los actuales actores económicos. Entonces la transformación no sólo es de movilidad, sino también social. El nuevo servicio nace blindado, de otra manera un nuevo servicio puede llegar a contribuir al deterioro social, como lo demuestran muchas experiencias del metro: ambulantaje, inseguridad, minusvalía, basura, etc.
El desarrollo del BRT va de la mano de una palabra difícil: criterio. Las decisiones correctas producen círculos virtuosos. Las decisiones incorrectas causan muertos y resistencia. Para el desarrollo de la línea 2 del Metrobús, muchos recomendaron a los instrumentadores que el carril de servicio (el carril que más al norte), no llevara el mismo sentido que el Eje 4 Sur, sino que corriera de Oriente a Poniente, por seguridad vial. La necedad de la autoridad impuso un carril de Poniente a Oriente en el que hubo muchos accidentes. En la línea 3 del Metrobús habrá el mismo tipo de carril, y esta vez sí irá en contrasentido. ¿Cómo ir tomando decisiones cada vez más precisas y correctas en los próximos proyectos?
Creo que los promotores de una transformación de la movilidad en las grandes ciudades no sólo debemos convencer de lo que hay que hacer, sino de generar capacidades para que sea la sociedad la que tome las decisiones correctas en todos los rincones y no que los proyectos vayan avanzando de uno en uno. Ese es el reto.
jueves, 21 de octubre de 2010
El discurso político.
Por José Alberto Márquez Salazar
Colaborador invitado
El 25 de febrero de 1949, Manuel Gómez Morín, presidente del Partido Acción Nacional, pronunció uno de los más brillantes discursos en la oratoria nacional. A partir de una estructura coherente definió las principales críticas al gobierno de Miguel Alemán Valdés (del Partido Revolucionario Institucional) y las propuestas para conformar la plataforma política de su partido.
A partir de tres ejes: el estado de la economía nacional, la actitud de la administración y la posición de la opinión pública, Gómez Morín advirtió la necesidad de tener “un verdadero programa nacional de gobierno” y observó que en el último informe presentado por el gobierno federal, éste había considerado el planteamiento. Sin embargo, la continuidad de las políticas económicas desvalorizó la moneda y elevó el “costo de la vida”. Amén de señalar la deficiente política de la “cortina contras las importaciones”, criticó el “dirigismo primario” de elevar impuestos y regresarlo a la circulación sin plan.
Tras analizar la situación económica y recordar que los diputados de Acción Nacional habían presentado iniciativas para reformar el Banco de México; evitar acciones como la promoción del estatismo y “extremar la trascendencia de la inflación”; sujetar las empresas de participación estatal a los principios de la acción económica del estado y a la rendición de cuentas (¡!); y cambiar y hacer fácil el impuesto de exportación, Gómez Morín informó que las propuestas “fueron desechadas con corazón ligero” y describió otras iniciativas presentadas por los legisladores en materia de reforma electoral, libre tránsito por las carreteras nacionales, administración de ferrocarriles, ley del trabajo, etcétera.
Era evidente que tres diputados de Acción Nacional (Miguel Ramírez Munguía, Antonio I. Rodríguez y Juan Gutiérrez Lascuráin), no podían modificar el voto de la mayoría del Partido Revolucionario Institucional y mucho menos cuando la discusión era casi desierta.
Esa misma legislatura, al XL de la Cámara de Diputados, vio cómo se rechazó la propuesta de Acción Nacional para modificar el artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicano para hacer posible la vida del Municipio Libre. Por ejemplo, el 23 de diciembre de 1946, Gutiérrez Lascuraín apoyando la propuesta del Ejecutivo Federal para que la mujer votara y fuera votada para las elecciones de Presidencias Municipales, buscó extender aún más la reforma y argumentó: “El municipio puede ser o bien la fuente más grande de prosperidad de la patria, o puede ser, si está mal regido, mal administrado, mal gobernado, la fuente más grande de desgracias y de esclavitud para el pueblo de México. Pero tiene otro aspecto en que, como ya se dijo aquí, entra de lleno la mujer en la vida municipal. Podemos considerar que el municipio es la prolongación del hogar. El municipio no es otra cosa que la casa grande, porque el municipio lo constituyen las calles, las plazas, las escuelas, los mercados y los jardines; el municipio está constituido por los lugares de trabajo; el municipio está constituido por las cunas y los sepulcros, el municipio está constituido por una tradición que se viene remontando desde hace muchos años, desde hace muchos siglos, que nos va ligando con nuestros antepasados a través de una tradición, a través de un ideal, a través de un amor. En el municipio están enterrados nuestros muertos; en el municipio están aquellos que nos dieron a nosotros la vida y que nos ligan con el pasado, pero que al mismo tiempo a través de nosotros nos ligan con el futuro en las cunas que hayamos también en el municipio; y allí es donde la mujer recobra su estatura gigantesca como la fuente de la vida, como el lazo de unión que nos liga a los que fueron, a nuestras madres, a nuestras abuelas y que nos dan también a nuestros hijos y a nuestros nietos, que ser n parte de nuestros propios espíritus y se nuestros cuerpos.”
En el discurso de relación, Manuel Gómez Morín afirmó: “En los últimos veinte años, sobre todo, de predominio de un régimen que repite verbalmente las palabras sagradas que expresan el más justo y puro anhelo popular y se fatiga de hablar de democracia y de representación y de mejoramiento y de la necesidad de acercarse al pueblo, cuando la realidad muestra solamente el crecimiento de la angustia y de las dificultades de vivir, la ratificación del monopolio oficial de falsificación y degradación, esa desconfianza defensiva se ha acentuado; pero sin empañar, y al contrario entendiendo cada vez más el afán ciudadano de verdad”.
El Partido Acción Nacional cumplía diez años de su creación. Su líder observó: “Un partido, la mayoría ciudadana que él representa genuinamente, tiene el derecho de llevar sus programas y sus hombres al gobierno, pero ese mismo gobierno, en el momento de llegar a serlo, deja de ser el partido para ser la representación de la Nación y no tiene derecho de utilizar los recursos del Poder que son de la, para el sostenimiento del Partido, ni tiene el derecho de utilizar la estructura jurídica y administrativa nacionales para coaccionar voluntades en pro del partido, para perseguir y hostilizar adversarios, ni por supuesto y muchísimo menos, para encubrir delitos y garantizar impunidades.”
El pasado miércoles 6 de octubre, el periódico La Razón publicó la entrevista que Pablo Hiriart, su director, hizo al presidente Felipe Calderón. Entre una de las preguntas formuladas se encuentra esta:
“PH: Faltan más de dos años de administración y se necesitan reformas que ha planteado como indispensables. Éstas sólo se pueden hacer con la concurrencia del PRI, pero su partido ha buscado la alianza con el PRD. Y a usted se le ve, en la percepción pública, como un impulsor de esas alianzas. ¿No hay ahí una contradicción entre el interés de Estado y el interés de partido?
“FCH: Hay un problema de fondo. Nuestro sistema político no genera los incentivos institucionales suficientes para articular alianzas legislativas y alianzas electorales consistentes. Hay un problema real que tiene el Gobierno de la República en la necesidad de llegar a acuerdos e impulsar reformas legislativas con la mayoría legislativa, que en este caso la tiene el PRI, pero, a la vez, hay también un incentivo estrictamente electoral, que corresponde, en este caso, al PAN y a otros partidos, que se presentan electoralmente como principales competidores del PRI.
“Ésa es una disyuntiva que deriva de nuestro propio sistema político, y que valdría la pena corregir. Habría que buscar mecanismos que permitan integrar programas de gobierno y legislativos completos, con compromisos integrales entre partidos, y entre partidos y gobierno, lo cual en este momento no tiene ningún incentivo institucional en México.
“Independientemente de que no me considero impulsor de las alianzas, sí entiendo que (en éstas) hay un impulso que deriva de la propia polarización electoral que rodea generalmente a los procesos electorales en el país y particularmente a los de carácter local, como los que vimos el año pasado o éste.”
El día de ayer, miércoles 20, se inscribieron dos de los principales candidatos a dirigir al Partido Acción Nacional (2010-2013) y que, seguramente, tendrán en sus manos la batuta del proceso electoral del 2012, luego de triunfar este 4 de diciembre.
Gustavo Madero Muñoz llamó a “construir una gran alianza entre todos los militantes en la que se dejen fuera las naturales diferencias y perspectivas de grupo” y se comprometió a reivindicar la gran herencia ideológica del partido. En tanto, Cecilia Romero, afirmó que el partido necesita orden y generosidad y advirtió que el comportamiento de los panistas debe ser apegado a los principios. Agregó también que: "en ocasiones en el PAN nos hemos perdido el respeto, los militantes no eligen a sus candidatos, los candidatos no se deben a los militantes y a veces ni a su partido, los dirigentes no responden a los ideales, los gobernantes emanados del PAN no respetan a los dirigentes ni a los militantes y también hay quien confunde el quehacer público con el quehacer partidista". (www.eluniversal.com.mx).
Líneas antes de finalizar su discurso, en 1949, Manuel Gómez Morin afirmó: “Hay instituciones jurídicas fundamentales. Necesitamos nosotros, los ciudadanos, rescatarlas, darles vida con nuestra propia vida, llenarlas nuevamente de alma, separar a los que las tienen expropiadas y vacías recordando que no las tienen así por su propia fuerza, sino porque antes nosotros mismos las dejamos sin contenido.”
Discursos diferentes, extraños, cándidos y contradictorios los que se reseñan. Así va el PAN rumbo al 2012.
marquezdoyle@yahoo.com.mx
http://pensar2018.wordpress.com/
Colaborador invitado
El 25 de febrero de 1949, Manuel Gómez Morín, presidente del Partido Acción Nacional, pronunció uno de los más brillantes discursos en la oratoria nacional. A partir de una estructura coherente definió las principales críticas al gobierno de Miguel Alemán Valdés (del Partido Revolucionario Institucional) y las propuestas para conformar la plataforma política de su partido.
A partir de tres ejes: el estado de la economía nacional, la actitud de la administración y la posición de la opinión pública, Gómez Morín advirtió la necesidad de tener “un verdadero programa nacional de gobierno” y observó que en el último informe presentado por el gobierno federal, éste había considerado el planteamiento. Sin embargo, la continuidad de las políticas económicas desvalorizó la moneda y elevó el “costo de la vida”. Amén de señalar la deficiente política de la “cortina contras las importaciones”, criticó el “dirigismo primario” de elevar impuestos y regresarlo a la circulación sin plan.
Tras analizar la situación económica y recordar que los diputados de Acción Nacional habían presentado iniciativas para reformar el Banco de México; evitar acciones como la promoción del estatismo y “extremar la trascendencia de la inflación”; sujetar las empresas de participación estatal a los principios de la acción económica del estado y a la rendición de cuentas (¡!); y cambiar y hacer fácil el impuesto de exportación, Gómez Morín informó que las propuestas “fueron desechadas con corazón ligero” y describió otras iniciativas presentadas por los legisladores en materia de reforma electoral, libre tránsito por las carreteras nacionales, administración de ferrocarriles, ley del trabajo, etcétera.
Era evidente que tres diputados de Acción Nacional (Miguel Ramírez Munguía, Antonio I. Rodríguez y Juan Gutiérrez Lascuráin), no podían modificar el voto de la mayoría del Partido Revolucionario Institucional y mucho menos cuando la discusión era casi desierta.
Esa misma legislatura, al XL de la Cámara de Diputados, vio cómo se rechazó la propuesta de Acción Nacional para modificar el artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicano para hacer posible la vida del Municipio Libre. Por ejemplo, el 23 de diciembre de 1946, Gutiérrez Lascuraín apoyando la propuesta del Ejecutivo Federal para que la mujer votara y fuera votada para las elecciones de Presidencias Municipales, buscó extender aún más la reforma y argumentó: “El municipio puede ser o bien la fuente más grande de prosperidad de la patria, o puede ser, si está mal regido, mal administrado, mal gobernado, la fuente más grande de desgracias y de esclavitud para el pueblo de México. Pero tiene otro aspecto en que, como ya se dijo aquí, entra de lleno la mujer en la vida municipal. Podemos considerar que el municipio es la prolongación del hogar. El municipio no es otra cosa que la casa grande, porque el municipio lo constituyen las calles, las plazas, las escuelas, los mercados y los jardines; el municipio está constituido por los lugares de trabajo; el municipio está constituido por las cunas y los sepulcros, el municipio está constituido por una tradición que se viene remontando desde hace muchos años, desde hace muchos siglos, que nos va ligando con nuestros antepasados a través de una tradición, a través de un ideal, a través de un amor. En el municipio están enterrados nuestros muertos; en el municipio están aquellos que nos dieron a nosotros la vida y que nos ligan con el pasado, pero que al mismo tiempo a través de nosotros nos ligan con el futuro en las cunas que hayamos también en el municipio; y allí es donde la mujer recobra su estatura gigantesca como la fuente de la vida, como el lazo de unión que nos liga a los que fueron, a nuestras madres, a nuestras abuelas y que nos dan también a nuestros hijos y a nuestros nietos, que ser n parte de nuestros propios espíritus y se nuestros cuerpos.”
En el discurso de relación, Manuel Gómez Morín afirmó: “En los últimos veinte años, sobre todo, de predominio de un régimen que repite verbalmente las palabras sagradas que expresan el más justo y puro anhelo popular y se fatiga de hablar de democracia y de representación y de mejoramiento y de la necesidad de acercarse al pueblo, cuando la realidad muestra solamente el crecimiento de la angustia y de las dificultades de vivir, la ratificación del monopolio oficial de falsificación y degradación, esa desconfianza defensiva se ha acentuado; pero sin empañar, y al contrario entendiendo cada vez más el afán ciudadano de verdad”.
El Partido Acción Nacional cumplía diez años de su creación. Su líder observó: “Un partido, la mayoría ciudadana que él representa genuinamente, tiene el derecho de llevar sus programas y sus hombres al gobierno, pero ese mismo gobierno, en el momento de llegar a serlo, deja de ser el partido para ser la representación de la Nación y no tiene derecho de utilizar los recursos del Poder que son de la, para el sostenimiento del Partido, ni tiene el derecho de utilizar la estructura jurídica y administrativa nacionales para coaccionar voluntades en pro del partido, para perseguir y hostilizar adversarios, ni por supuesto y muchísimo menos, para encubrir delitos y garantizar impunidades.”
El pasado miércoles 6 de octubre, el periódico La Razón publicó la entrevista que Pablo Hiriart, su director, hizo al presidente Felipe Calderón. Entre una de las preguntas formuladas se encuentra esta:
“PH: Faltan más de dos años de administración y se necesitan reformas que ha planteado como indispensables. Éstas sólo se pueden hacer con la concurrencia del PRI, pero su partido ha buscado la alianza con el PRD. Y a usted se le ve, en la percepción pública, como un impulsor de esas alianzas. ¿No hay ahí una contradicción entre el interés de Estado y el interés de partido?
“FCH: Hay un problema de fondo. Nuestro sistema político no genera los incentivos institucionales suficientes para articular alianzas legislativas y alianzas electorales consistentes. Hay un problema real que tiene el Gobierno de la República en la necesidad de llegar a acuerdos e impulsar reformas legislativas con la mayoría legislativa, que en este caso la tiene el PRI, pero, a la vez, hay también un incentivo estrictamente electoral, que corresponde, en este caso, al PAN y a otros partidos, que se presentan electoralmente como principales competidores del PRI.
“Ésa es una disyuntiva que deriva de nuestro propio sistema político, y que valdría la pena corregir. Habría que buscar mecanismos que permitan integrar programas de gobierno y legislativos completos, con compromisos integrales entre partidos, y entre partidos y gobierno, lo cual en este momento no tiene ningún incentivo institucional en México.
“Independientemente de que no me considero impulsor de las alianzas, sí entiendo que (en éstas) hay un impulso que deriva de la propia polarización electoral que rodea generalmente a los procesos electorales en el país y particularmente a los de carácter local, como los que vimos el año pasado o éste.”
El día de ayer, miércoles 20, se inscribieron dos de los principales candidatos a dirigir al Partido Acción Nacional (2010-2013) y que, seguramente, tendrán en sus manos la batuta del proceso electoral del 2012, luego de triunfar este 4 de diciembre.
Gustavo Madero Muñoz llamó a “construir una gran alianza entre todos los militantes en la que se dejen fuera las naturales diferencias y perspectivas de grupo” y se comprometió a reivindicar la gran herencia ideológica del partido. En tanto, Cecilia Romero, afirmó que el partido necesita orden y generosidad y advirtió que el comportamiento de los panistas debe ser apegado a los principios. Agregó también que: "en ocasiones en el PAN nos hemos perdido el respeto, los militantes no eligen a sus candidatos, los candidatos no se deben a los militantes y a veces ni a su partido, los dirigentes no responden a los ideales, los gobernantes emanados del PAN no respetan a los dirigentes ni a los militantes y también hay quien confunde el quehacer público con el quehacer partidista". (www.eluniversal.com.mx).
Líneas antes de finalizar su discurso, en 1949, Manuel Gómez Morin afirmó: “Hay instituciones jurídicas fundamentales. Necesitamos nosotros, los ciudadanos, rescatarlas, darles vida con nuestra propia vida, llenarlas nuevamente de alma, separar a los que las tienen expropiadas y vacías recordando que no las tienen así por su propia fuerza, sino porque antes nosotros mismos las dejamos sin contenido.”
Discursos diferentes, extraños, cándidos y contradictorios los que se reseñan. Así va el PAN rumbo al 2012.
marquezdoyle@yahoo.com.mx
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lunes, 18 de octubre de 2010
Una ciudad sin banquetas
Una de las grandes sorpresas que uno puede encontrar en Japón es la falta de banquetas. Parecería que el dinero no alcanzó para construirlas y por ello las omitieron. ¿Para qué sirven las banquetas? Con el paso del tiempo hemos perdido la claridad en el uso de las banquetas. De los años en los que las banquetas eran amplias éstas daban cabida más que a las instalaciones de servicios (postes, cajas de teléfono, registros de luz y registros de otros ductos), árboles y generaban un diferencial de altura en donde la gente podía pasear y ser resguardado del movimiento vehicular.
En el caso de Japón, las banquetas se conservan en las avenidas, pero es muy notorio que en las calles interiores de las colonias normalmente está prohibido estacionarse, el espacio peatonal está delimitado por una raya blanca y el automóvil tiene límites máximos de velocidad de 20 o 30 kilómetros por hora. Obvio no hay topes. En el espacio delimitado con blanco está el mobiliario urbano y el espacio para el peatón. El diseño de la calle fuerza al conductor a bajar la velocidad y eso da seguridad a todos.
¿Sería deseable hacer lo mismo en México? ¿Sería posible? En general las calles de México son anchas. Es muy común encontrar calles secundarias con secciones de 20 metros inclyendo banquetas. Sin embargo hemos dado todo el ancho a la vialidad y entonces tenemos 15 metros dedicados a vialidad y 5 o menos a banqueta. En otras ocasiones, con secciones menores, damos igualmente tres carriles anchos a la vialidad, dos para estacionamiento y uno para circulación, y luego banquetas angostas. Casos extremos como Iztapalapa, donde muy pocas banquetas son caminables, la gente va sobre el arroyo vehicular caminando y compartiendo el espacio con el automóvil, de esta manera una banqueta angosta de menos de un metro recibe el mobiliario urbano y no da cabida a las personas, luego viene el espacio protegido por el automóvil y desprotegido para el peatón. Como compensación la sociedad ha encontrado que los topes dan seguridad, así sea generando más ruido, molestias, contaminación y desgaste de los vehículos. A fin de cuentas cuando la gente camina debajo de la banqueta, ya sea para sentirse más seguros (frente a posibles asaltos) o para poder sortear los obstáculos de las banquetas, quedan mucho más vulnerables cuando no se ha informado a la sociedad que ese es el modelo de movilidad peatonal que domina.
Sería deseable, pero sumamente caro, ampliar banquetas por toda la ciudad y en general en todas las ciudades del país: castigar al automóvil, suprimir espacios de estacionamiento o angostar carriles para reducir velocidad en la red secundaria. En muchos casos es claro que bastaría con pintar con muy buena calidad, una raya blanca que delimitara el espacio del peatón y señalizar velocidades máximas de 20 ó 30 kilómetros por hora.
El esfuerzo en cuanto a la velocidad no debería ser en las vías de acceso controlado como el Periférico, sino en la red secundaria. Un vehículo a 140 km/h en Periférico puede ser muy peligroso, es cierto, pero un vehículo a 60 km/h en una calle menor también lo es, y combatir el exceso de velocidad en la red secundaria haría mucho más tranquilas nuestras colonias, combatir el uso del claxon, procurar que las intervenciones sean calmadas, que los automovilistas cedan el paso, que el peatón y el ciclista dominen el panorama al interior de las colonias tendrá resultados positivos. Eso daría pie a un cambio de paradigma en muchas calles, buscando soluciones específicas: ampliar el espacio del peatón, delimitar los lugares de estacionamiento, evitar el estacionamiento en las cocheras, evitar el estacionamiento en zonas peatonales, etcétera.
Una solución como la japonesa, además, podría aplicarse en los pueblos que ha absorbido la ciudad: en Tepepan, en Coyoacan, en muchos otros. En algunos casos podría delimitarse el espacio de la bicicleta, en otros compartirse con el auto (finalmente la bicicleta a 20 km/h y el auto a 30 no hacen mucha diferencia), en otros más (siempre que no haya saturación de peatones) con el peatón.
jueves, 14 de octubre de 2010
Resultados electorales y políticos de las alianzas
Por José Alberto Márquez Salazar
El artículo 36 del Código Federal de Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales (Cofipe), señala que los partidos políticos tienen derecho de formar coaliciones para elecciones federales como locales y a formar Frentes no electorales o fusionarse con otros partidos. Curiosamente el artículo 93 señala que los Frentes tienen como fines alcanzar “objetivos políticos y sociales compartidos de índole no electoral, mediante acciones y estrategias específicas y comunes.” Esto obliga, a que los partidos suscriban un convenio, se deduce, que éstos y algunos otros puntos. Uno de los Frentes más exitoso que hemos conocido es el que impulsó a Andrés Manuel López Obrador en su candidatura a la presidencia de la República. No era una simple alianza electoral, era un Frente que, seguramente de haber ganado, hubieran establecido un gobierno donde los intereses de los integrados se expresara. Era evidente que al componerlo partidos con una tendencia política más de “izquierda” estaría a favor de políticas más cercanas a los sectores menos favorecidos económicamente hablando. Esto no significa que lo hubieran logrado, hacerlo o no sería (o es) su reto.
En los últimos meses los partidos políticos y una buena parte de los medios de comunicación han establecido un gran debate en torno a las alianzas políticas, especialmente sobre las que tienen que ver los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática. De hecho, desde el inicio del año, el affaire Nava-Paredes-Gómez Mont tuvo que ver con ello. Más o menos la negociación entre Segob y el PRI era el apoyo de éste para la aprobación del paquete fiscal a cambio de que el PAN no formulara alianzas con el PRD.
Desde un punto estratégico, el inicio del gobierno de Felipe Calderón (diciembre de 2006) tuvo un escenario donde la alianza PAN-PRI se fortalecería para disminuir la presencia y fuerzas del Frente que impulsó a AMLO. Los primeros dos años y medio de colaboración, más la anunciada guerra (eso era) entre los polos radical y moderado del Frente y del PRD, lograron que la estabilidad se consiguiera. Una estabilidad que el gobierno federal no supo consolidar con reformas de fondo para modificar la situación del país. Pero así como era evidente la alianza PAN-PRI, era normal que a las vísperas de los escenarios del 2012, ésta se rompería y cada quien empezaría a sembrara y consolidar apoyos.
Este miércoles, el presidente del CEN del PRD, Jesús Ortega afirmó que el 2012 los disputarán el PRI y la izquierda y descartó la alianza con el PAN. Su declaración evidencia la deficiente apreciación sobre los resultados electorales y políticos que “la izquierda” obtuvo durante este año.
Primero, el PRD, por sí mismo no ha ganado una sola elección; segundo, los candidatos que ganaron estados como Oaxaca, Sinaloa y Puebla, por ejemplo, tienen un pasado que los liga con grupos del PRI; tercero, perdieron estado que ellos gobernaban y que son “simbólicos”; no hay una acuerdo claro sobre la forma en qué se gobernara la entidad; cuarto, al interior de su partido la división se amplió; quinto, gobernar en coalición no significa tener todo el poder y todas las decisiones; sexta, son el partido con menos posibilidades de ganar la presidencia de la República.
Estos pequeños apuntes que pueden ser debatidos y, por supuesto, explicados y desechados están ahí, en la realidad. Resulta un poco fuera de la estrategia del PRD evidenciar declaraciones como la formulada por Jesús Ortega que, al responder los cuestionamientos que hace AMLO sobre la alianza PAN-PRD en el estado de México, también descarte al PAN como actor competitivo en el 2012.
En otro artículo hablaré sobre los números de las elecciones de este año y sus resultados reales que han sido calificados por PAN y PRD como exitosos. He argumentado desde el punto de vista político y electoral porque no deben confundirse las dos cosas. Primero, los político tiene que ver con el ejercicio de lo que se obtiene, es decir, “ganamos una elección juntos para hacer esto y aquello”. Una alianza electoral significa que juntos ganaremos más votos que los otros o, como algunos dirigentes lo señalaron, “para sacar al PRI”, pero no una idea de gobierno, vamos, una plataforma que ofrecer a los ciudadanos.
Si el PRD no irá en alianza con el PAN rumbo al 2012, de qué han servido las alianzas estatales. Los gobernadores son de gran peso para la elección presidencial: cómo decidirá el gobernador su apoyo. ¿A favor de quién? Esto tiene una respuesta política y no una respuesta electoral nada más. Es casi evidente que el PRI fortalecerá su alianza con el PVEM y salvadas sus diferencias internas (si las salva) tendrá gobernadores que no se preguntarán a quién voy a apoyar.
Si la disputa presidencial será entre tres partidos fundamentalmente, PAN-PRI-PRD, cómo va a ser el ejercicio político de cada uno en éste nuevo escenario. La fuerza de los gobernadores seguramente se inclinará a favor de PRI y PAN y dejará de lado al PRD, a excepción de los que ellos gobiernan claramente, que, sin embargo, electoralmente representan poco.
El interés ciudadano. Éste es un punto fundamental que parece no estar en la agenda de los partidos, porque –dejando de lado la demagogia discursiva- casi ninguno de los candidatos o partidos políticos interesados en el 2012 ha definido bien a bien cuál es su proyecto de gobierno. Si, seguramente podemos argumentar que aún no es tiempo de campaña, pero, ¡sorpresa!, nos guste o no, el único actor que define diariamente su posición es AMLO. Y no estoy diciendo que eso sea bueno, estoy afirmando una realidad, algo que está y que él se ha encargado de difundir: “yo soy éste y soy diferente a éstos”. De ahí que su discurso siga siendo radical frente a la timidez y cálculo que determina a los otros actores.
AMLO inició campaña política cuando aceptó, a la callada, que nadie dejaría de entender en Felipe Calderón al presidente de la República. Entonces empezó a confeccionar su Frankenstein (¡Disculpa, Mary Shelley!), el que camina y pone en entredicho al mismo Calderón. El tabasqueño sigue siendo figura política, fuera del aparato institucional, pesé a que muchos lo daban por perdido. Insisto en que no estoy afirmando que éste sea una gran opción para el país, pero para muchos mexicanos que han visto mermada su condición social y económica, sigue siendo una voz que los “representa”.
Había que explorar y pensar el escenario posterior a 1988 (ahora que Carlos salinas anda muy de moda) para entender cómo fue el proceso que impidió al PAN y al PRD, naciente en 1989, formular una oposición clara y de peso frente al PRI. En ese entonces, creo, el PAN entendió perfectamente que ir paso a paso les daría espacios de poder para ganar la presidencia. Pero entonces el PRI venía desencantando a la gente, generando esa necesidad de cambio en su contra. El PRD se radicalizó y dejó de participar en los cogobiernos, pero a la larga logró tener “respeto y aceptación” entre sectores de la población que no lo aceptaban. Aunque Ernesto Zedillo influyó en la disminución de preferencia del PRI, los resultados de 1997 no fueron gratuitos, el PRD los había obtenido gracias a su trabajo y posición frente al sistema.
Creo que con el constante movimiento la reflexión se pierde y los objetivos se confunden. Los resultados electorales son un medio, una herramienta, un instrumento, para obtener el ejercicio del poder. Los partidos políticos tienen como objetivo gobernar, desde los Congresos o los ejecutivos, y por ello buscan obtener más votos. La tendencia “gradualista” –decían en los setentas- de los socialdemócratas los hacía ir ganando espacios hasta tener la fuerza suficiente para tomar el poder. A diferencia de ellos, los revolucionarios iban por todo en cada acción.
La dirigencia del PRD cree que ha ido ganando electoralmente y políticamente. Lamentablemente eso no es lo que la realidad parece expresarse. Hoy, el PRD es el partido con menos posibilidades de ganar la Presidencia de la República y tienen una gran paradoja para salir del atolladero: darle, de nueva cuenta, la candidatura a AMLO lo que evidenciaría que todo lo que han hecho ha sido erróneo, que los resultados electorales, poco favorables y muy cuestionados, no son resultados políticos.
La política es una invención constante de nuevas ideas y acciones frente a la realidad. Es por eso que los actores políticos no pueden dar absolutos y declaraciones tan contundentes sobre la realidad, una realidad que no pueden manejar. Aceptar la imposibilidad de entender a cabalidad el entorno político es un riesgo que nuestros políticos están tomando diariamente, por eso parece que sus dichos no expresan las voces ciudadanas. Confundir triunfos electorales con triunfos políticos es no entender una parte de la realidad ni a los ciudadanos.
marquezdoyle@yahoo.com.mx
http://pensar2018.wordpress.com/
El artículo 36 del Código Federal de Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales (Cofipe), señala que los partidos políticos tienen derecho de formar coaliciones para elecciones federales como locales y a formar Frentes no electorales o fusionarse con otros partidos. Curiosamente el artículo 93 señala que los Frentes tienen como fines alcanzar “objetivos políticos y sociales compartidos de índole no electoral, mediante acciones y estrategias específicas y comunes.” Esto obliga, a que los partidos suscriban un convenio, se deduce, que éstos y algunos otros puntos. Uno de los Frentes más exitoso que hemos conocido es el que impulsó a Andrés Manuel López Obrador en su candidatura a la presidencia de la República. No era una simple alianza electoral, era un Frente que, seguramente de haber ganado, hubieran establecido un gobierno donde los intereses de los integrados se expresara. Era evidente que al componerlo partidos con una tendencia política más de “izquierda” estaría a favor de políticas más cercanas a los sectores menos favorecidos económicamente hablando. Esto no significa que lo hubieran logrado, hacerlo o no sería (o es) su reto.
En los últimos meses los partidos políticos y una buena parte de los medios de comunicación han establecido un gran debate en torno a las alianzas políticas, especialmente sobre las que tienen que ver los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática. De hecho, desde el inicio del año, el affaire Nava-Paredes-Gómez Mont tuvo que ver con ello. Más o menos la negociación entre Segob y el PRI era el apoyo de éste para la aprobación del paquete fiscal a cambio de que el PAN no formulara alianzas con el PRD.
Desde un punto estratégico, el inicio del gobierno de Felipe Calderón (diciembre de 2006) tuvo un escenario donde la alianza PAN-PRI se fortalecería para disminuir la presencia y fuerzas del Frente que impulsó a AMLO. Los primeros dos años y medio de colaboración, más la anunciada guerra (eso era) entre los polos radical y moderado del Frente y del PRD, lograron que la estabilidad se consiguiera. Una estabilidad que el gobierno federal no supo consolidar con reformas de fondo para modificar la situación del país. Pero así como era evidente la alianza PAN-PRI, era normal que a las vísperas de los escenarios del 2012, ésta se rompería y cada quien empezaría a sembrara y consolidar apoyos.
Este miércoles, el presidente del CEN del PRD, Jesús Ortega afirmó que el 2012 los disputarán el PRI y la izquierda y descartó la alianza con el PAN. Su declaración evidencia la deficiente apreciación sobre los resultados electorales y políticos que “la izquierda” obtuvo durante este año.
Primero, el PRD, por sí mismo no ha ganado una sola elección; segundo, los candidatos que ganaron estados como Oaxaca, Sinaloa y Puebla, por ejemplo, tienen un pasado que los liga con grupos del PRI; tercero, perdieron estado que ellos gobernaban y que son “simbólicos”; no hay una acuerdo claro sobre la forma en qué se gobernara la entidad; cuarto, al interior de su partido la división se amplió; quinto, gobernar en coalición no significa tener todo el poder y todas las decisiones; sexta, son el partido con menos posibilidades de ganar la presidencia de la República.
Estos pequeños apuntes que pueden ser debatidos y, por supuesto, explicados y desechados están ahí, en la realidad. Resulta un poco fuera de la estrategia del PRD evidenciar declaraciones como la formulada por Jesús Ortega que, al responder los cuestionamientos que hace AMLO sobre la alianza PAN-PRD en el estado de México, también descarte al PAN como actor competitivo en el 2012.
En otro artículo hablaré sobre los números de las elecciones de este año y sus resultados reales que han sido calificados por PAN y PRD como exitosos. He argumentado desde el punto de vista político y electoral porque no deben confundirse las dos cosas. Primero, los político tiene que ver con el ejercicio de lo que se obtiene, es decir, “ganamos una elección juntos para hacer esto y aquello”. Una alianza electoral significa que juntos ganaremos más votos que los otros o, como algunos dirigentes lo señalaron, “para sacar al PRI”, pero no una idea de gobierno, vamos, una plataforma que ofrecer a los ciudadanos.
Si el PRD no irá en alianza con el PAN rumbo al 2012, de qué han servido las alianzas estatales. Los gobernadores son de gran peso para la elección presidencial: cómo decidirá el gobernador su apoyo. ¿A favor de quién? Esto tiene una respuesta política y no una respuesta electoral nada más. Es casi evidente que el PRI fortalecerá su alianza con el PVEM y salvadas sus diferencias internas (si las salva) tendrá gobernadores que no se preguntarán a quién voy a apoyar.
Si la disputa presidencial será entre tres partidos fundamentalmente, PAN-PRI-PRD, cómo va a ser el ejercicio político de cada uno en éste nuevo escenario. La fuerza de los gobernadores seguramente se inclinará a favor de PRI y PAN y dejará de lado al PRD, a excepción de los que ellos gobiernan claramente, que, sin embargo, electoralmente representan poco.
El interés ciudadano. Éste es un punto fundamental que parece no estar en la agenda de los partidos, porque –dejando de lado la demagogia discursiva- casi ninguno de los candidatos o partidos políticos interesados en el 2012 ha definido bien a bien cuál es su proyecto de gobierno. Si, seguramente podemos argumentar que aún no es tiempo de campaña, pero, ¡sorpresa!, nos guste o no, el único actor que define diariamente su posición es AMLO. Y no estoy diciendo que eso sea bueno, estoy afirmando una realidad, algo que está y que él se ha encargado de difundir: “yo soy éste y soy diferente a éstos”. De ahí que su discurso siga siendo radical frente a la timidez y cálculo que determina a los otros actores.
AMLO inició campaña política cuando aceptó, a la callada, que nadie dejaría de entender en Felipe Calderón al presidente de la República. Entonces empezó a confeccionar su Frankenstein (¡Disculpa, Mary Shelley!), el que camina y pone en entredicho al mismo Calderón. El tabasqueño sigue siendo figura política, fuera del aparato institucional, pesé a que muchos lo daban por perdido. Insisto en que no estoy afirmando que éste sea una gran opción para el país, pero para muchos mexicanos que han visto mermada su condición social y económica, sigue siendo una voz que los “representa”.
Había que explorar y pensar el escenario posterior a 1988 (ahora que Carlos salinas anda muy de moda) para entender cómo fue el proceso que impidió al PAN y al PRD, naciente en 1989, formular una oposición clara y de peso frente al PRI. En ese entonces, creo, el PAN entendió perfectamente que ir paso a paso les daría espacios de poder para ganar la presidencia. Pero entonces el PRI venía desencantando a la gente, generando esa necesidad de cambio en su contra. El PRD se radicalizó y dejó de participar en los cogobiernos, pero a la larga logró tener “respeto y aceptación” entre sectores de la población que no lo aceptaban. Aunque Ernesto Zedillo influyó en la disminución de preferencia del PRI, los resultados de 1997 no fueron gratuitos, el PRD los había obtenido gracias a su trabajo y posición frente al sistema.
Creo que con el constante movimiento la reflexión se pierde y los objetivos se confunden. Los resultados electorales son un medio, una herramienta, un instrumento, para obtener el ejercicio del poder. Los partidos políticos tienen como objetivo gobernar, desde los Congresos o los ejecutivos, y por ello buscan obtener más votos. La tendencia “gradualista” –decían en los setentas- de los socialdemócratas los hacía ir ganando espacios hasta tener la fuerza suficiente para tomar el poder. A diferencia de ellos, los revolucionarios iban por todo en cada acción.
La dirigencia del PRD cree que ha ido ganando electoralmente y políticamente. Lamentablemente eso no es lo que la realidad parece expresarse. Hoy, el PRD es el partido con menos posibilidades de ganar la Presidencia de la República y tienen una gran paradoja para salir del atolladero: darle, de nueva cuenta, la candidatura a AMLO lo que evidenciaría que todo lo que han hecho ha sido erróneo, que los resultados electorales, poco favorables y muy cuestionados, no son resultados políticos.
La política es una invención constante de nuevas ideas y acciones frente a la realidad. Es por eso que los actores políticos no pueden dar absolutos y declaraciones tan contundentes sobre la realidad, una realidad que no pueden manejar. Aceptar la imposibilidad de entender a cabalidad el entorno político es un riesgo que nuestros políticos están tomando diariamente, por eso parece que sus dichos no expresan las voces ciudadanas. Confundir triunfos electorales con triunfos políticos es no entender una parte de la realidad ni a los ciudadanos.
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