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lunes, 30 de agosto de 2010

Crisis como oportunidad

Siempre se ha dicho que una crisis es oportunidad. Y sin duda tomar una crisis con filosofía es verla como una oportunidad y es un acierto tomar acciones para generar una transformación desde el fondo del abismo o desde la oscuridad del túnel. Las ciudades que hoy están enfrentando una violencia creciente deben buscar sus transformación a través de la recuperación del espacio público. No está claro si se atreverán a lograrlo ahora, o si tendrán que enfrentar peores circunstancias, pero sin duda la ruta pasa por ahí. Monterrey además enfrenta las secuelas de un huracán que se llevó la mitad de su principal avenida junto con varios puentes.

Estuve recién en Monterrey. Mi impresión es precisamente que Monterrey está frente a una de las mejores oportunidades de su transformación. Una ciudad que ha hecho grandes inversiones en vialidades se está enfrentando ante una nueva situación: el tráfico ha crecido y la sombra del huracán Alex se ve aún por todos lados. A ello se le suman los bloqueos que los narcos organizan con coches que roban en un instante, apoyados por la gente más pobre de Monterrey; las extorsiones, las balaceras, y la percepción de inseguridad.

Estuve el pasado sábado tuiteando en el Metrorrey, como suelo hacer en el transporte público. Tuve una sensación de libertad, como suelo tenerla en el transporte público (salvo en el tren suburbano de Cuautitlán, que tiene una opresiva vigilancia). En la estación de transbordo, Cuauhtémoc, sí noté mayor vigilancia. En las demás una actitud moderada. Los autobuses alimentadores del metro estaban muy bien organizados y en los alrededores de las estaciones no se percibe un ambiente hostil. Al contrario, mucho más tranquilo que la ciudad de México. Sin embargo, ahora la población de Monterrey voltea hacia el DF.

El DF ha hecho varias cosas en el sentido correcto: recuperación del espacio público, los paseos dominicales, la promoción del uso de la bicicleta, la construcción del Metrobús y en general la sensación de que las cosas pueden mejorar si la gente recupera la confianza en su ciudad. El DF se fortalece como uno de los destinos más atractivos para la población del resto del país. Oí mucha gente con ganas de visitarlo. Grata sorpresa. También en las políticas turísticas ha habido aciertos. Sin embargo, el cambio es gradual y como lo he dicho aquí, la construcción de los segundos pisos y la supervía son medidas improvisadas incongruentes con el resto del mensaje. En el DF no hay un Antanas Mockus, un Sergio Fajardo o un Enrique Peñalosa con quien los cambios se impulsen de una manera radical y consistente. Aún así, Marcelo Ebrard es buen jefe de gobierno. Al menos así me parece.

¿Pueden en Monterrey cambiar de rumbo en este momento? Hay tendencias encontradas. En algunas alcaldías sí se percibe esa posibilidad en otras no quieren tomar riesgos, pero el hecho es que si los grandes cambios no se producen de la mano de la reconstrucción y con miras a activar una sociedad generalmente apática y muy proclive a un enfoque práctico y a favor de los negocios. ¿Qué se necesita en Monterrey?

Me parece que los cambios necesarios son los siguientes:

1) Fortalecimiento del espacio público. Hay que replicar proyectos exitosos de espacio público como el Paseo de Santa Lucía. Si el estado pudo ya pagar una obra monumental de esas dimensiones habría que pensar en obras monumentales en las colonias populares. Abrir el espacio público en las colonias populares será fundamental.

2) Bajar la velocidad en toda la vialidad secundaria. Se percibe la tendencia a buscar mayor velocidad y si no hay un esfuerzo por calmarla, la resistencia al cambio se mantendrá. En la medida que las velocidades se bajen, los automovilistas percibirán menor tráfico.

3) Disminución de la velocidad alrededor de la Macroplaza. La Macroplaza está desvinculada del resto del centro. Hace falta un esfuerzo que los vincule y esto se logrará disminuyendo velocidades, principalmente en las calles de Zaragoza y Zuazua. Sería incluso deseable reducir un carril u ocuparlo para el transporte público.

4) Incorporación de varios corredores Bus Rapid Transit, BRT. Cuidar un esquema muy atractivo para los usuarios del automóvil, de tal suerte que los corredores en los que sirva el BRT reduzcan su capacidad para el automóvil. Tratar de llegar a todos los puntos geográficos de la ciudad en los siguientes 5 años de la administración estatal.

5) Promover la bicicleta mediante tres políticas. Una de ellas es la inauguración de los paseos recreativos dominicales, en cada uno de los municipios. Impulsar un programa de bicicleta pública ya sea estatal o municipal en cada uno de los municipios conurbados, o al menos en Monterrey y San Pedro. La otra es mediante la generación de una red de ciclovías por toda la Zona Metropolitana, pero sobre todo en los puntos con mayores posibilidades de penetración, como por ejemplo en zonas estudiantiles.

6) Peatonalizar calles en todos los municipios y ayudar a que en estas vías sea posible la apertura de negocios, estableciendo políticas de centralidad. Es decir, generar incentivos para que la gente cambie sus hábitos de consumo de los centros comerciales hacia los andadores peatonales.

7) No construir más pasos a desnivel, si no se habrá de dar prioridad al transporte público. Toda nueva infraestructura vial debe ir orientada al transporte público. No reponer toda la capacidad vial que tenían Constitución y Morones Prieto, ni los cruces del río Santa Catarina, sólo los necesarios para asegurar los movimientos del transporte público.

8) Elaborar un plan a futuro no sólo de crecimiento de la red BRT, sino además de gestión de la demanda del automóvil mediante el uso de parquímetros, cierres vehiculares, cobros por uso de la infraestructura, entre otras medidas más fuertes, con miras a que en un plazo de 10 a 15 años Monterrey sea ejemplo de una fuerte cultura ambiental y peatonal.

Me parece que si Monterrey en este momento toma medidas ejemplares, se convertirá en una ciudad modelo en América Latina. Tiene todas las posibilidades de lograrlo, pues suelen hacer bien las cosas cuando se deciden. ¿Se atreverán?

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