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lunes, 2 de agosto de 2010

Hacia una nueva ley

En las próximas horas estaré realizando una presentación sobre la iniciativa de Ley de Movilidad del Distrito Federal que recién fue anunciada por la Fracción del Partido Acción Nacional en la Asamblea Legislativa.

La iniciativa del PAN es muy limitada, no es una gran transformación respecto a la Ley de Transporte y Vialidad vigente, y básicamente lo único interesante positivo que veo es el esfuerzo por sistematizar la planeación del transporte y fomentar la participación ciudadana. Aún así es bastante limitada en este último tema. Lo importante, sin embargo, es que a partir de esta iniciativa se abra el debate y se logre una ley que ayude a la transformación del transporte en la Ciudad de México.

Creo que el planteamiento que debe hacerse la ciudad es ambicioso: qué facultades requiere la Secretaría de Transportes y Vialidad, a quién asignar facultades relativas por ejemplo a la bicicleta, a la imposición de sanciones, la gestión de la demanda del automóvil, por ejemplo.

En la Ciudad de México deberíamos estar retirando todos los vehículos del siglo pasado y aún tenemos microbuses fabricados en 1989. La ley se debe establecer la accesibilidad plena en todo el transporte público, aún cuando a través de un transitorio se establezcan plazos para lograrla.

Temas como la movilidad peatonal deben ser abordados de una manera ambiciosa: que sólo haya puentes peatonales en las vías de acceso controlado ya construidas, pero no en avenidas, donde en todo caso debe calmarse el tráfico y protegerse al peatón. Para la bicicleta deben considerarse esquemas como el carril compartido "bus-bici".

Uno de los elementos más urgentes, me parece, es la elaboración de un mapa de ciudad. Seguimos teniendo información desarticulada y muy incompleta respecto de las rutas de transporte, nula información en las páginas del gobierno de la ciudad, el metro informa sus rutas, el metrobús no relaciona las suyas con puntos de referencia en la ciudad, RTP no tiene un único mapa, como tampoco lo tiene Transportes Eléctricos. No conocemos las rutas del transporte concesionado.

La transparencia en la información que maneje la autoridad. La Encuesta Origen - Destino es distribuida de manera limitada y discrecional, lo cual dificulta su análisis. A menudo se realizan estudios que tienen muy poca difusión. Se siguen proyectando puentes vehiculares cuando la tendencia sería invertir esos recursos en el transporte público. No hay manera de conocer los proyectos ejecutivos hasta que estos se transforman en realidad. Se habla de la participación ciudadana, pero se dice poco respecto de la transparencia, que resulta fundamental para la participación ciudadana, la cual además se ve de una manera limitada y no como el motor de la transformación.

La nueva ley debe contar con una sección de artículos transitorios muy fuerte que ayude a la autoridad a realizar planes de largo plazo para llevar la realidad informal actual hasta un punto de sofisticación que garantice la existencia de un buen transporte.

En la integración resulta básico crear una empresa única de transporte cuyo nombre propongo sea Red de Movilidad Sustentable del Distrito Federal. La integración llevará a que la ciudad pueda integrarse tarifaria y logísticamente. La imagen del transporte operado por el gobierno debe unificarse y contar con información unificada para los usuarios. Si esto no puede realizarse durante la presente administración, sí al menos deben sentarse las bases para que al inicio de la siguiente sea llevado a cabo.

Por último, me resulta fundamental plantear que una ley de estas características debe ser aprobada por consenso y no mediante negociaciones. Esto permitirá que la nueva ley sea realmente modernizadora y que pueda cumplirse.

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