La Ciudad de México es ruidosa por muchas maneras:
1. La ciudad es ruidosa por los millones de vehículos que en ella circulan, es ruidosa por sus cláxones, sus alarmas, rechinidos de llantas, insultos entre conductores, la música de muchos de ellos.
2. La ciudad de México es ruidosa por miles de comerciantes que invitan a pasar a sus locales, fijos, semifijos o ambulantes, que invitan a llevar su mercancía, que atraen a los clientes a gritos, con grabaciones, con altavoces, con música, que anuncian discos piratas, que usan silbatos de vapor para recordar la venta de camote, con flautas la posibilidad de afilar un cuchillo, con micrófono la venta de cloro, de pino para el piso, de bubulubus a sólo dos pesos, sí a sólo dos pesos.
3. La ciudad de México es ruidosa porque la gente se despierta con música a volumen alto, porque lleva serenatas, porque renta bocinas para sus fiestas, porque hay quienes gritan, por los perros que ladran en las azoteas y los patios olvidados de las casas.
4. La ciudad de México es ruidosa porque en su pueblos las tradiciones incluyen cohetes y fiestas en espacios públicos durante la celebración de algunas fiestas religiosas, por prácticas políticas, deportivas y religiosas, por campañas gubernamentales de vacunación y otros eventos públicos que se anuncian por cielo y tierra.
¿Qué tanto los ruidos son el derecho de quién los expresa y qué tanto son un atentado al derecho al silencio de quienes los oyen? ¿Son tradiciones? ¿Son justos?
Hay ciudades del mundo que una simple fiesta puede conducir a que alguien caiga en la cárcel. No sé si esa debiera ser la política en México, pero sin duda la invasión de la privacidad que los distintos ruidos representan tendría que regularse y moderarse. Ningún vecino tiene derecho a invadir el espacio auditivo de otro, y al hacerlo debe recibir alguna sanción.
Algunas acciones que propongo son:
1. Sancionar a quien utilice el claxon indiscriminadamente. Es una herramienta de emergencia y no un sustituto del timbre o una continuación de las vísceras.
2. Establecer barreras contra el ruido en las vías de acceso controlado, que permitan aislar los ruidos de los automóviles para mejor tranquilidad de las colonias aledañas, eso debe por supuesto incluir a la Supervía.
3. Establecer restricciones para la publicidad en la vía pública: jamás podrán utilizarse instrumentos sonoros para la publicidad.
4. Establecer prohibiciones para el uso de bocinas en el transporte público: nadie, vendedor o no, puede utilizar un radio o una bocina que no sea estrictamente personal (audífonos) dentro del transporte público, so pena de ser sancionado.
5. Generar un buen sistema de reglas que permita evitar afectaciones entre vecinos por fiestas u otras actividades. Quien importune con ruidos debe ser sancionado de una manera simple que garantice la tranquilidad del afectado.
6. Prohibir las alarmas sonoras de automóviles (como hizo Nueva York): si una alarma suena lo lógico es que se piense que se descompuso, no que se están robando el vehículo.
7. Identificar las mejores prácticas de países con similitudes culturales al nuestro. En este caso es difícil seguir las mejores prácticas de países como Suiza o Alemania, pero sin duda puede haber ejemplos útiles en otras latitudes.
lunes, 9 de agosto de 2010
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