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jueves, 22 de julio de 2010

Pensar el futuro

Por José Alberto Márquez Salazar

Hace poco más de dos décadas Jacques Attali escribió el ensayo Milenio donde describía el futuro del mundo y su impacto en la vida cotidiana de los seres humanos. Dispositivos móviles, transacciones instantáneas multimillonarias, objetos y seres humanos nómadas, construcción de grandes bloques o espacios geográficos socio-políticos y económicos.

Durante más de tres años en La Megablogolis se han descrito decenas de propuestas para generar una ciudad sustentable, sobre todo en lo referente al transporte. En estos tiempos acelerados, las visiones de corto plazo rebasan utilitariamente las visiones de largo alcance, la necesidad de responder a nuestras necesidades inmediatas convocan soluciones no siempre acertadas. La Megablogolis ha buscado ir más allá y, en muchos casos, quizá anticipar al futuro.

¿Nuestra ciudad está preparada para el futuro? No me refiero al futuro inmediato de las lluvias, encharcamientos, tráfico, desempleo, etcétera. Después de dar una vuelta nuevamente a la visión de los futurólogos no deja de parecer necesario compartir un poco de sus visiones.

En más de cincuenta años, las principales potencias tecnológicas enfrentarán un presente donde la cuestión, no Shakesperiana, involucrará los avances tecnológicos y científicos y la forma en que el ser humano los asimilará.

Las nuevas tecnologías, la biotecnología en particular, extenderán la vida de forma hoy inimaginable. En cincuenta años la población adulta será el motor de la vida pues la biotecnología nos dará la posibilidad de que haya órganos vitales creados y conservados en los laboratorios, esperando a ser usados por nosotros. Desde el nacimiento los hombres sabremos cuáles serán nuestros principales problemas de salud y pequeñas capsulas podrán ingresar a nuestro cuerpo para detectar los males que tenemos.

Viejos mitos serán resueltos, la telepatía o psicoquinesis definirán los nuevos campos de investigación y conocimiento de nuestro cerebro. La mínima capacidad con que lo utilizamos hoy será rebasada completamente.

La información no será el problema, pues los sistemas de procesamiento y transmisión serán cosa de niños. El reto del ser humanos será entender las ideas, los conceptos, a partir de esa cantidad de información más clara. Por ejemplo, en unos lentes capaces de proporcionarle información sobre su interlocutor o sobre los objetos, edificios, paisajes que mire. Pensar, saber pensar y procesar la información, obtener la síntesis de ellos será lo fundamental. Lyotard, alguna vez, se preguntó: ¿habrá pensamiento después de la muerte física, después de la desaparición del hombre?

El contacto humano, en la sociedad, como lo conocemos ahora será reducido, y tendrá su punto nodal en los medios de comunicación: teléfonos, pantallas, la red. Al lado nuestro estarán instalados robots que harán una vida más sencilla.

De continuar avanzando la ciencia y tecnología, los mecanismos de mercado continuarán pero modificarán la relación entre los consumidores y los productores.

En cincuenta años, quizá, el ser humano habrá respondido a tres cuestiones fundamentales: ¿Podemos hacer viajes en el tiempo? ¿Podemos ser invisibles? ¿Podremos teletransportarnos?

La respuesta a estas preguntas abrirá más caminos al ser humano y lo pondrá en entredicho frente a los propios

Los cambios de lo que brindará la tecnología y la ciencia modificarán mucho de los espacios políticos. El Estado nacional dejará de existir para tener confederaciones, parecidas a la Unión Europea, donde se discutan temas cómo la regulación de la biotecnología, de ésta aplicada a la producción de alimentos o a la saluda.

Ideas como la Libertad tendrán nuevos debates: ¿Puede un ser humano decidir qué tipo de hijo tendrá, podemos producir alimento de la basura, podemos tener acceso a toda la información?

Contrariamente a lo que uno puede pensar sobre los beneficios de la tecnología y la ciencia, el futuro traerá muchas más diferencias y conflictos sociales sino sabemos dirimirlos y encausarlos. Tendremos un mundo más jerarquizado y competitivo en el cual la tecnología y la ciencia serán los ejes del nuevo ser humano.

De verdad, ¿seremos humanos dentro de 200 años? ¿Será posible todavía pensar en la raza humana?

Creo que el tema fundamental será resolver y asimilar todos los nuevos planteamientos que nos dan la ciencia y la tecnología.

Los recursos naturales serán más escasos para nosotros, pero por una necesidad imperiosa, habremos entendido la forma en administrarlos y hacerlos más eficientes, porque la ciencia y la tecnología no nos darán o harán mejores ¿seres humanos?

Las ciudades tendrán edificios inteligentes donde el sistema abrirá tu puerta tan sólo por reconocerte. La tecnología no la verás como en ciertas películas, seguirá siendo la misma, con sus barrios y comunidades, pero será más sencilla. Inclusive temas como los accidentes automovilísticos serán desconocidos. Pero tendrá circuitos de producción que permitan un menor desplazamiento entre consumidores, productores y prestadores de servicios.

La misma ciudad desaparecerá conceptos como la propiedad privada pues, por ejemplo, el transporte público será mayor de tal forma que podamos abordar un automóvil y trasladarte a X lugar y ahí otra persona puede tomarlo y utilizarlo.

Y desde aquí, desde la Megablogolis, habremos visto una parte del inicio del futuro.

marquezdoyle@yahoo.com.mx

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