martes, 27 de julio de 2010
lunes, 26 de julio de 2010
Vialidad, lo menos posible
jueves, 22 de julio de 2010
Pensar el futuro
Por José Alberto Márquez Salazar
Hace poco más de dos décadas Jacques Attali escribió el ensayo Milenio donde describía el futuro del mundo y su impacto en la vida cotidiana de los seres humanos. Dispositivos móviles, transacciones instantáneas multimillonarias, objetos y seres humanos nómadas, construcción de grandes bloques o espacios geográficos socio-políticos y económicos.
Durante más de tres años en La Megablogolis se han descrito decenas de propuestas para generar una ciudad sustentable, sobre todo en lo referente al transporte. En estos tiempos acelerados, las visiones de corto plazo rebasan utilitariamente las visiones de largo alcance, la necesidad de responder a nuestras necesidades inmediatas convocan soluciones no siempre acertadas. La Megablogolis ha buscado ir más allá y, en muchos casos, quizá anticipar al futuro.
¿Nuestra ciudad está preparada para el futuro? No me refiero al futuro inmediato de las lluvias, encharcamientos, tráfico, desempleo, etcétera. Después de dar una vuelta nuevamente a la visión de los futurólogos no deja de parecer necesario compartir un poco de sus visiones.
En más de cincuenta años, las principales potencias tecnológicas enfrentarán un presente donde la cuestión, no Shakesperiana, involucrará los avances tecnológicos y científicos y la forma en que el ser humano los asimilará.
Las nuevas tecnologías, la biotecnología en particular, extenderán la vida de forma hoy inimaginable. En cincuenta años la población adulta será el motor de la vida pues la biotecnología nos dará la posibilidad de que haya órganos vitales creados y conservados en los laboratorios, esperando a ser usados por nosotros. Desde el nacimiento los hombres sabremos cuáles serán nuestros principales problemas de salud y pequeñas capsulas podrán ingresar a nuestro cuerpo para detectar los males que tenemos.
Viejos mitos serán resueltos, la telepatía o psicoquinesis definirán los nuevos campos de investigación y conocimiento de nuestro cerebro. La mínima capacidad con que lo utilizamos hoy será rebasada completamente.
La información no será el problema, pues los sistemas de procesamiento y transmisión serán cosa de niños. El reto del ser humanos será entender las ideas, los conceptos, a partir de esa cantidad de información más clara. Por ejemplo, en unos lentes capaces de proporcionarle información sobre su interlocutor o sobre los objetos, edificios, paisajes que mire. Pensar, saber pensar y procesar la información, obtener la síntesis de ellos será lo fundamental. Lyotard, alguna vez, se preguntó: ¿habrá pensamiento después de la muerte física, después de la desaparición del hombre?
El contacto humano, en la sociedad, como lo conocemos ahora será reducido, y tendrá su punto nodal en los medios de comunicación: teléfonos, pantallas, la red. Al lado nuestro estarán instalados robots que harán una vida más sencilla.
De continuar avanzando la ciencia y tecnología, los mecanismos de mercado continuarán pero modificarán la relación entre los consumidores y los productores.
En cincuenta años, quizá, el ser humano habrá respondido a tres cuestiones fundamentales: ¿Podemos hacer viajes en el tiempo? ¿Podemos ser invisibles? ¿Podremos teletransportarnos?
La respuesta a estas preguntas abrirá más caminos al ser humano y lo pondrá en entredicho frente a los propios
Los cambios de lo que brindará la tecnología y la ciencia modificarán mucho de los espacios políticos. El Estado nacional dejará de existir para tener confederaciones, parecidas a la Unión Europea, donde se discutan temas cómo la regulación de la biotecnología, de ésta aplicada a la producción de alimentos o a la saluda.
Ideas como la Libertad tendrán nuevos debates: ¿Puede un ser humano decidir qué tipo de hijo tendrá, podemos producir alimento de la basura, podemos tener acceso a toda la información?
Contrariamente a lo que uno puede pensar sobre los beneficios de la tecnología y la ciencia, el futuro traerá muchas más diferencias y conflictos sociales sino sabemos dirimirlos y encausarlos. Tendremos un mundo más jerarquizado y competitivo en el cual la tecnología y la ciencia serán los ejes del nuevo ser humano.
De verdad, ¿seremos humanos dentro de 200 años? ¿Será posible todavía pensar en la raza humana?
Creo que el tema fundamental será resolver y asimilar todos los nuevos planteamientos que nos dan la ciencia y la tecnología.
Los recursos naturales serán más escasos para nosotros, pero por una necesidad imperiosa, habremos entendido la forma en administrarlos y hacerlos más eficientes, porque la ciencia y la tecnología no nos darán o harán mejores ¿seres humanos?
Las ciudades tendrán edificios inteligentes donde el sistema abrirá tu puerta tan sólo por reconocerte. La tecnología no la verás como en ciertas películas, seguirá siendo la misma, con sus barrios y comunidades, pero será más sencilla. Inclusive temas como los accidentes automovilísticos serán desconocidos. Pero tendrá circuitos de producción que permitan un menor desplazamiento entre consumidores, productores y prestadores de servicios.
La misma ciudad desaparecerá conceptos como la propiedad privada pues, por ejemplo, el transporte público será mayor de tal forma que podamos abordar un automóvil y trasladarte a X lugar y ahí otra persona puede tomarlo y utilizarlo.
Y desde aquí, desde la Megablogolis, habremos visto una parte del inicio del futuro.
marquezdoyle@yahoo.com.mx
lunes, 19 de julio de 2010
Transporte escolar
viernes, 16 de julio de 2010
jueves, 15 de julio de 2010
El proceso electoral de 2010
Por Alberto Márquez Salazar
El proceso electoral de este año en diversos Estados de la República estuvo marcado por cinco elementos significativos: a) La consolidación de alianzas o coaliciones electorales, b) La participación activa de las casas encuestadoras y de los resultados de sus sondeos, c) La recuperación de viejas prácticas electorales que ponen en entredicho algunas formas de la democracia que queremos construir, d) La judicialización de algunos procesos electorales en los cuales los candidatos fueron dejados fuera de la contienda por asuntos judiciales y e) La presencia de la delincuencia organizada, presionando o intimidando, para influir en el proceso.
Las alianzas o coaliciones fueron motivo de controversia y han sido declaradas como triunfadoras por algunos actores políticos. Cabe señalar que electoralmente ganaron en Estados significativos como Oaxaca, Puebla y Sinaloa y ahora veremos sus resultados políticos, es decir, en la construcción de gobiernos que consoliden el proceso electoral. Pocas de las alianzas o coaliciones partieron de una plataforma básica. En muchos de los casos tuvo que ver el candidato o personaje para formalizar la alianza. Candidatos que hace unos cien días peleaban la candidatura por otro partido político. La configuración del sistema se está transformando de tal manera que ahora los partidos por sí mismos no pueden ganar un proceso electoral. Como podemos ver en este proceso no hubo ningún partido político que por sí mismo ganara la elección de Gobernador.
Las encuestas pintaron mal la realidad. No son pocos quienes repiten la necesidad de construir una normatividad que ponga fin al uso de las encuestas, sondeos o estudios de opinión. Creo que estás, por fallas en sus procedimientos o por compromisos adquiridos, nos dieron, hasta antes de la elección, una imagen muy diferente a lo que vimos. Hubo procesos donde algunas casas daban más de veinte puntos de diferencia a favor del candidato A que a la postre perdió con una diferencia igual a la que le planteaba como ganador.
El viejo régimen persiste. No fue un proceso electoral limpio. Si los ciudadanos esperaban madures de los partidos, lo que vimos fueron guerras sucias, uso de recursos públicos, coacción e inducción del voto. Las viejas prácticas volvieron para garantizar a muchos actores el triunfo.
Las justicia participa. Definitivamente, como el caso de Quintana Roo, el proceso judicial en contra de uno candidato de los candidatos y la suspensión de sus garantías modificó radicalmente el proceso y los resultados. Si bien, un proceso judicial tiene sus propios métodos y tiempos, su intervención en el proceso electoral deja muchas dudas y creo que no garantiza gobernabilidad.
La sombra del narcotráfico. Hoy más que nunca, los procesos electorales y el sistema político, están cerca de que el poder de la delincuencia organizada los modifique. No es nuevo hablar de candidatos que son financiados por el narcotráfico, lo que ahora sorprende es que a la luz pública la delincuencia organizada ya participe intimidando o ejerciendo violencia contra los actores políticos. Un tema que urge resolver y limitar desde ya para consolidar nuestra democracia.
Finalmente, hay que observar que el sistema político mexicano se está modificando y creo que las sucesivas reformas no están respondiendo a la necesidad del mismo sistema y a las que los ciudadanos se plantean.
Los partidos políticos han sido cuestionados, pero como vemos ahora, éstos han sido desplazados por los intereses de las alianzas o de algunos personajes que no necesariamente vienen de un proceso ciudadano.
Desde diversos espacios, algunos actores del sistema estamos buscando abrir al sistema a las candidaturas ciudadanas y mucho se ha criticado el punto. Este proceso ha demostrado que desde fuera de los mismos partidos se han construido candidaturas que hacen ver a los partidos como meros instrumentos de grupos políticos.
Una plataforma política tiene las ideas, principios, proyectos y compromisos políticos que asume un partido. Éstas mismas vienen a ser una suerte de norma para los gobiernos emanados de los partidos políticos, pero cuando desaparecen no hay límite para que el candidato, gobernador, diputado o representante popular ejerza el poder indiscriminadamente.
El sistema parece estar modificándose para privilegiar a grupos y personajes y dejar de lado al sistema de partidos, pero no hay un indicio por dónde el ciudadano común vea representados sus intereses.
lunes, 12 de julio de 2010
La mejora de todos los espacios urbanos
viernes, 9 de julio de 2010
miércoles, 7 de julio de 2010
lunes, 5 de julio de 2010
El sacrificio ejemplar
La situación actual me recuerda la pérdida de California y Texas: mientras había que defender la patria, los pleitos intestinos debilitaban cualquier posibilidad de defensa unificada. A más de 150 años de tales hechos, tenemos claro que el culpable no fue sólo ese personaje jocoso Antonio López de Santa Anna, sino la división que predominaba entre los mexicanos.
¿Tenemos solución? Los pesimistas siempre tendrán más probabilidades de probar sus teorías que los optimistas, quienes por lo general sólo tienen una oportunidad decisiva en el largo plazo, sin embargo no tenemos otra alternativa que inclinarnos por el optimismo cualquiera que sean los tiempos. El tema es cómo los optimistas podemos tener la razón.
En la secuencia de hechos, en la recta final de las campañas aparecen audios obtenidos de manera ilegal que prueban la intromisión de tres gobernadores en los procesos electorales de sus estados, Oaxaca, Puebla y Veracruz. El PRI jamás reconoce culpa alguna y por arte de magia ocurre la tragedia (las conjeturas que hagan no son mías). Rodolfo Torre se lleva los delitos electorales de Fidel, Ulises y Marín. El PRI se unifica en torno a Beatriz Paredes quien saca su espada y acusa al presidente de enrarecer el ambiente. Supongo que los personajes en cuestión serán juzgados cuando terminen sus gobiernos. Al final hay tres actores que son probadamente deshonestos: el presidente (por tratar de cargar los dados), el PAN (por las grabaciones ilegales) y el PRI (por los delitos electorales).
¿Alguien aquí ha sacrificado algo por un bien superior? Para que tengamos una respuesta del Estado a los problemas, sobre todo al de violencia, tendríamos que tener un sacrificio ejemplar de todos los actores. Al menos de los actores mencionados no lo hemos tenido y tampoco vemos que haya mucha disposición. El PRD manifestó mayor disposición y el grupo anti-Calderonista radical (es decir, los políticos en torno a Andrés López Obrador) difícilmente será de los primeros en realizar el sacrificio ejemplar, pues en el fondo ellos han participado activamente en el debilitamiento de Felipe Calderón y su gobierno (en buena medida, si Felipe Calderón se refugió en las mafias políticas fue no sólo por los pactos hechos durante el periodo electoral, que fueron muchos, sino también porque el cuestionamiento a su gobierno por la extrema izquierda lo arrinconó).
¿Y como ciudadanos, estamos dispuestos a hacer un sacrificio? Sin creer, definitivamente no. Los ciudadanos podemos hacer muchos sacrificios, podemos renunciar temporalmente a ciertas garantías individuales si esto garantizara que estaremos mejor al término de ese periodo; podemos ser menos chillones, menos criticones, menos apáticos, si sabemos que nuestro silencio, nuestro estoicismo, recibirá como premio un mejor país. Sabemos que eso no va a ocurrir en un primer momento. Los inocentes que mueran en el fuego cruzado seguirán siendo acusados de pandilleros, sicarios y narcotraficantes. La preferencia la seguirá teniendo el que grite más fuerte y no el ciudadano más disciplinado.
Lo que nuestra sociedad requiere es precisamente el sacrificio ejemplar, un sacrificio único en el que todos los actores cedan lo que tengan que ceder para un Estado mejor. Eso incluye individuos, organizaciones, partidos, gobiernos. Nadie está en la posición de un sacrificio ejemplar en este momento, pero sí podemos ir hacia allá, si construimos el tendido social para ello.
Hace unos meses hablé de mi propuesta para Ciudad Juárez: que los partidos fueran juntos apoyando una planilla única compuesta por personas ejemplares y no cuotas de partido. El sacrificio ejemplar que espero de los políticos va en ese sentido. El sacrificio ejemplar que tendríamos que hacer los ciudadanos es prepararnos para un momento posterior decisivo. Pasa por tratar de ser mejores cada día, pero si no siempre se puede, es simplemente pensar que un día será posible y prepararnos para ese momento, para ser parte de ese grupo de ciudadanos ejemplares que pueda dar la cara en el momento preciso. Así han sido todas las transiciones en el fondo. Chile evolucionó durante 15 años de dictadura hasta el plebiscito.
Es un tanto desmotivante que cuando esperábamos una transición concluida en 2000 resulta que esto sólo fue el comienzo de una transición hacia una cultura democrática. Puede ser que en 2012 vuelva el PRI al poder, puede ser que como la mayoría de los gobernadores priístas, el siguiente presidente utilice el poder con discrecionalidad en beneficio de su grupo político y de su partido. No obstante, el verdadero cambio tendrá que ser construido desde la ciudadanía.
Parte del sacrificio ejemplar será en el día a día. Yo creo en una ciudad con mejores herramientas de movilidad. Antes creía esto mismo pero encerrado en mi automóvil de 6 cilindros (por el que sin embargo pagaba sus bonos de carbón), ahora lo creo y lo defiendo usando casi diario el transporte público. Eso me hace más congruente. Ese es parte de mi sacrificio ejemplar. No pretendo ponerme en una montaña que me unja de honestidad para señalar a quienes no hagan el sacrificio ejemplar, pretendo ponerme en la condición básica que me dé derecho a reclamar mejores políticas de movilidad a mis gobiernos. No estoy moralmente encima de ningún ciudadano en general pero sí me siento moralmente superior a las instituciones en las que no creo. El ciudadano ejemplar es igual a los demás ciudadanos, pero es muy superior a los líderes de partido y de gobierno. Hacer mejor ciudad cada día nos fortalece como individuos de a pie; cuando el funcionario hace el mismo sacrificio se fortalece también. Cuando lo hagamos todos, el sacrificio ejemplar trasciende en una mejor sociedad, se arraiga y deja de ser un sacrificio para ser una forma de convivencia.
Al final del proceso veo al ciudadano ejemplar consolidando el verdadero cambio, sin necesidad de que gritemos con humildad No nos falles a un hombre que termine fallando. Por el contrario, el No nos falles será un grito mucho más fuerte y mucho más discreto, y sólo así tendrán la presión moral para no fallarnos.
viernes, 2 de julio de 2010
jueves, 1 de julio de 2010
El presidente que está perdido
El 1 de diciembre del 2006, cuando Felipe Calderón tomó posesión como presidente de la República mexicana, el Partido Revolucionario Institucional allanó su toma de protesta en el Congreso de la Unión. Mientras las fuerzas agrupadas en la Alianza por el Bien de Todos, con la segunda mayoría en la Cámara de Diputados, lo declaró como ilegitimo, el PRI le dio legitimidad. Entonces, el PRI argumentó la necesidad de la vida institucional. No era de adivinos predecir que esa legitimación le costaría mucho capital político al Partido Acción Nacional y al Ejecutivo Federal.
Dos años de encuentros entre el PAN y el PRI se rompieron cuando un dirigente de aquel prometió y luego desconoció acuerdos para no realizar ningún tipo de alianza o coalición con el Partido de la Revolución Democrática. El divorcio era anunciado en ese diciembre de 2009 porque la división y disminución electoral de la Alianza por el Bien de Todos dejó al PRI como la única fuerza capaz de competir en el 2012 con el candidato del PAN. Quizá por eso la aritmética menor que el líder del PAN busca hacer: sumar fuerza para impedir que el PRI regrese al gobierno de la República, sin importar con quién o para qué.
El asesinato del candidato del PRI al gobierno del Estado de Tamaulipas ha formalizado la ruptura. Mientras el presidente tiende la mano para que las fuerzas políticas se integren en un Frente contra la delincuencia, el PRI, en voz de Beatriz Paredes, afirmó: “siempre hemos estado dispuestos a dialogar, pero con liderazgos legítimos y no fruto del oportunismo, que bregan en la borrasca de aguas tormentosas para ver si recomponen sus posicionamientos, cuando ha sido precisamente la irresponsabilidad y el cortoplacismo, el querer ganar a cualquier costo, lo que ha enturbiado el debate y envilecido a la política.” El mensaje no tiene más interpretaciones. Le están recordando un servicio prestado y advirtiéndole que ahora el trabajo conjunto está muerto. Además, la referencia tiene que ver con el trabajo sucio realizado por Cesar Nava al exhibir las grabaciones donde el gobernador del Estado de Veracruz, Fidel Herrera, sin miramientos ejerce los recursos públicos del Estado para apoyar a los candidatos del PRI.
El 2012 ya está aquí y al presidente de la República se le cae su principal responsabilidad: la seguridad pública. Empeñado como está en corresponder a las demandas de nuestros vecinos del norte, inició una guerra contra el narcotráfico definiéndola como ineludible, como necesaria y absolutamente responsable pues antes no se había hecho nada. La guerra de los cárteles por el control de los territorios lo ha rebasado, lo ha dejado de lado, porque aún cuando algunas autoridades buscan “administrarlos”, estos avanzan en territorio e instituciones. De hecho, en algunos Estados
La convocatoria realizada esta semana para formar un frente común contra la delincuencia llega tarde y a destiempo. Una de las mayores virtudes de los políticos es aprovechar las oportunidades. Buscando mitigar la respuesta política del PRI, por los hechos de sangre, no responsabilidad inmediata del Ejecutivo, el presidente creyó importante convocarlos a discutir y analizar la estrategia contra el crimen organizado. Cuatro años han pasado desde el inicio de su gobierno y los niveles de violencia se han incrementado. Lejos de que los cárteles hayan sido fracturados, su presencia ahora es más visible y la impunidad con la que se manejan es evidente.
Si el presidente quería ubicar a la delincuencia organizada como el enemigo por el cual las fuerzas políticas dejarán de lado las diferencias ideológicas y se sumarán a su convocatoria, está arando en un terreno estéril. No es la actual clase política la capacitada y dispuesta a dejar de lado las riñas y San Benitos, a dejar sus intereses y ocupaciones, para responder a una demanda ciudadana.
La dirigente del PRI responde bien al oportunismo de un Ejecutivo que navega en las aguas de la incertidumbre y sinsentido, sino es que se encuentra perdido, pero lo hace colocada en la posición que el PRI no ha dejado atrás: la de un viejo régimen que se resiste a morir y que hoy, más que hace unos cinco años, ha retomado su viejo papel clientelar y caciquil en los Estados de la República para fortalecerse rumbo al 2012. No tiene un discurso renovador, sus viejos trucos siguen dándole resultado porque del otro lado no han sido capaces de construir nuevas formas y estilos. En suma, ofrecen un retroceso.
El PRI de Beatriz Paredes cree asegurada la contienda electoral del 2012 y por eso se da el lujo de calificar el oportunismo del presidente de la República, pero lo hace desde el más alto y digno oportunismo y chantaje mediático. Lo hace escabullendo el bulto de responsabilidad que tiene el gobernador de Tamaulipas, que, curiosamente, es digno representante del PRI. ¿A quién debe responderle el gobernadora sobre su obligación para cuidar de su Estado y a sus ciudadanos?
En estos asuntos de la seguridad pública de los ciudadanos, todas las fuerzas políticas tiran piedras a la desafortunada estrategia de Felipe Calderón, pero nada dicen del control que ellos tienen en sus Estados, de las omisiones que tienen en el Congreso de la Unión y de la forma en que algunos integrantes de los partidos políticos financian y deciden las campañas políticas gracias a los recursos de la delincuencia organizada. Greg Sánchez tiene en su haber una lista completa de presuntos ilícitos, pero fue designado por la cúpula del PRD para disputar la contienda por la gubernatura. El silencio del PRD ahora es evidente porque parece que ya olvidamos ese tema y hay que buscar en los tropiezos del Ejecutivo Federal mejores caminos.
Malos tiempos para la República cuando su clase política sigue preocupada por los avatares de sus personajes y no por el sentir del ciudadano que anda en la calle. En todo esto, la comedia política mexicana es un mal remedo para celebrar los aniversarios independentistas y revolucionarios. Quizá lo que quieren es que un grupo despistado y exento de la básica idea política busque en la revolución y la violencia un cambio y con eso inaugure una nueva celebración nacional para cien años adelante.