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lunes, 3 de mayo de 2010

Mi honda es la de Mockus

Hoy es cuando debemos gritar más duro para no seguir por el camino de justificar cualquier acción para obtener resultados rápidos. Si no lo hacemos, en unos años vamos a lamentarlo. Antanas Mockus.




Este mes, Colombia jugará una de las cartas más importantes en su consolidación democrática. La elección del 30 de mayo podría llevar al poder a un político completamente distinto de los que han gobernado este país que ha superado su etapa más dura de violencia, mediante un pragmatismo exacerbado por parte del gobierno de Álvaro Uribe, que con base en la Razón de Estado lo mismo invadió territorio Ecuatoriano para masacrar a parte de la cúpula de las FARC que utilizó los emblemas de la Cruz Roja para rescatar a Ingrid Betancourt, dejando a este organismo en una situación muy vulnerable. ¿Hasta cuándo puede un país anteponer la máxima del pragmatismo de que el fin justifica los medios, sin llegar al punto de partida en donde los medios violentos se vuelven un fin en sí mismo? diré la pregunta de otra forma ¿Colombia ya habrá superado la etapa de máxima violencia, para dar paso a una sociedad de reglas, o debe continuar con la violencia de Estado hasta exterminar al enemigo y correr el riesgo de crear un sistema sumamente corrupto en el que la falta de reglas absolutas conduzca a cualquier resultado?

La respuesta a estas preguntas pasa por la elección colombiana del 30 de mayo: votar por un tipo que se bajó los pantalones y mostró su trasero a estudiantes iracundos siendo rector de la Universidad Nacional de Colombia y que sustituyó a los policías de tránsito por mimos siendo alcalde de Bogotá. Hoy Antanas Mockus encabeza las preferencias, aunque todavía le falta subir algunos puntos más para evitar la segunda vuelta.

México eligió en 2000 a un tipo contrario a todas las formas políticas, Vicente Fox, como presidente. En el Distrito Federal elegimos a otro político de formas distintas, Andrés López, de quien podemos recordar como eco una de sus frases más fuertes: "al diablo las instituciones". ¿Soportaríamos como presidente de la República a un ex rector que hubiera dejado de serlo por bajarse los pantalones como una forma de enfrentar la humillación de centenas de estudiantes que ya también habían humillado a sus predecesores?

La diferencia, me parece, está en el lenguaje oculto. Hoy día, y pese a haber votado por él, creo que el más alejado de las necesidades nacionales es Vicente Fox. Sí, en efecto, tenía un lenguaje transparente, franco, no se callaba nada, ni como candidato ni como presidente. Fue frívolo y a la vez fue auténtico. Al final de cuentas desaprovechó el momento como nadie en la historia de México, lo que para mí lo convierte en uno de los peores presidentes de la historia (Luís Echeverría será para mí el peor, pero dejo la explicación para ahora que festejemos su deceso). Romper con las formas políticas no sirvió de nada, llevó al péndulo hacia el extremo opuesto y como consecuencia forzó a Felipe Calderón a retomar las formas hasta un punto ridículo e inverosímil: es demasiado pequeño para ostentar las 5 estrellas de Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.

Con Vicente Fox recibimos un mensaje contundente: no basta con romper con las formas políticas, sino con las instituciones. El Al diablo las instituciones tiene mucha razón de ser: esas instituciones privilegian prácticas monopólicas, a través de esas instituciones de fugaron miles de millones de dólares y en pocas semanas el dólar pasó de 10 a 15 pesos y ahora lo tenemos en 12 pesos porque ahora les conviene regresar las divisas emigradas, el ejército mata estudiantes, familias, inocentes, y con cobardía pasa de hablar de "fuego cruzado" a un hollywoodesco "daño colateral", la corrupción está en los niveles más altos y las instituciones no están sirviendo a la gente. Aún así ¿queremos mandar al diablo las instituciones? ¿o lo que queremos es transformarlas en tales que sirvan a toda la sociedad y no sólo a las cúpulas políticas y económicas? Andrés Manuel es Él (sic). Ha sido sistemáticamente mesiánico aún cuando ha tenido la razón en muchos temas, al final de cuentas en este país nadie había ayudado tanto al fortalecimiento de la derecha, a la división de la izquierda y a la polarización de la sociedad, como él.

¿Por qué puedo simpatizar con Antanas Mockus, anti formas políticas, y no con Vicente Fox o Andrés López? La esencia de Antanas Mockus es la legalidad, el respeto al marco legal y la búsqueda de soluciones a través de un nuevo marco legal emanado de la cultura. No rompió con las instituciones, las transformó. Sus resultados en Bogotá, en sus dos administraciones, fueron espectaculares: disminución de la violencia, disminución de las muertes por accidentes, reducción del consumo de agua potable, incremento en la recaudación vía impuestos impopulares (a la gasolina, por ejemplo) y un curioso sistema para lograr que la sociedad adoptara reglas comunes de convivencia aceptadas por todos (una mano indicando la aprobación o desaprobación de la acción de una persona). Mockus parte de que las reglas no se cumplen porque hay una aceptación social para quien las incumple, la transformación de una sociedad pasa por redefinir sus reglas y a partir de la cultura generar una aprobación generalizada del bien-hacer. Activa y educa a la sociedad.



Haya o no sido víctima de un complot, Andrés López hizo justo lo opuesto que Antanas Mockus: activó a la sociedad en torno a él, en vez de activar a la sociedad en torno a actitudes concretas y positivas. Andrés López no activó a la sociedad para buscar un cumplimiento de reglas o una mejora de las condiciones de vida, sino para acusar a terceros de un incumplimiento de reglas. Se fue por la ruta fácil de considerarse impoluto y acusar a todos los demás de las fallas. Vicente Fox fue muy bueno para activar a la gente en torno a su victoria, pero al final de cuentas convirtió a sus gobernados en un público paciente que observaba sus frivolidades, su insensatez y sus imprudencias, pero no lo activó.

Los ejemplos priístas son mucho peores. Alternan la frivolidad con formas institucionales exageradas, y al final de cuentas tienen como misión nulificar a la sociedad. Ellos son los principales culpables de males que aquejan a este país: la tolerancia a las riquezas malhabidas, la defensa de sus gobernadores, presidentes municipales y legisladores a pesar de que incurran en ilícitos evidentes, como es el caso de Mario Marín. Lo protegieron hasta el cansancio. El PRI tiene un know how de gobierno bastante poderoso, maneja medios, tolera la corrupción, oculta información y nulifica a la sociedad. En las formas políticas está la protección a los poderes fácticos que hay detrás del PRI.

La sociedad se decepciona de los partidos, es difícil estar dispuesto a decir uno con orgullo que pertenece a alguno. Cuando digo que soy panista -todavía- ya estoy pensando en las explicaciones que tendré que dar, pues me resulta frecuente el rechazo no sólo al PAN sino a cualquier otro partido. Los partidos han dejado de ser la esperanza de que fueran el vehículo de la transformación de un país. En todos lados los partidos están desgastados. La apuesta ciudadana que surge poco a poco en México y en otros países es ahora el discurso predominante de los políticos que generan expectativas. Ese fue el discurso de Barack Obama y ese es ahora el discurso de Antanas Mockus. La diferencia a favor de este último es que en Bogotá funcionó su estrategia.

Muchos ciudadanos no quieren participar porque los partidos no los representan, ni social, ni territorialmente. Muchas veces, el elector no se siente reflejado ni en los principios ni en las prácticas de su elegido. Antanas Mockus


Claro, ya hoy queda muy lejos el rector que se bajó los pantalones, el candidato que perdió los estribos en un debate con Enrique Peñalosa y se lió a golpes con varios de los que lo provocaban. Votar por alguien como Antanas Mockus es un riesgo sólo la primera vez, las siguientes el único temor es que pierda la fuerza o se canse. Mockus padece mal de parkinson, con lo cual pueden imaginarse una persona sumamente rígida y estricta consigo misma. El gobierno de Uribe habrá funcionado para debilitar las estructuras del terrorismo y el narcotráfico, pero el de Mockus tendrá un paso mucho más difícil: demostrar que la vía de la legalidad es superior a la de la Razón de Estado, y por tanto hacer que la paz sostenida a punta de ilegalidades, se transforme en una paz duradera para Colombia.

Mockus es la esperanza de muchos. Mockus es mucho más que el partido Verde que hoy lo postula. Los partidos no son el vehículo. Yo estoy pensando renunciar al mío. Creo en sus ideales y principios, pero ya no en sus dirigentes ni en sus métodos. El PAN es hoy una estructura cerrada en la que el control lo mantendrán los calderonistas, y cuando lo pierdan será a manos del otro grupo sin remedio, como quiera llamársele: neopanistas, yunquistas, foxistas, espinistas, etc. El PAN no es el vehículo, el PRI menos, el PRD tampoco. Mockus podría convertirse en un gran sueño latinoamericano: los ciudadanos al poder.

Mi honda sigue siendo el romanticismo político.

8 comentarios:

Aquiles Digo, antes Jordy dijo...

Felicidades por el post, sumamente sincero y emotivo. Como ya lo habíamos platicado, creo que los mexicanos, todos, deberíamos poner mucha más atención a lo que sucede y ha sucedido en Colombia en sus últimos diez años, así como en esta elección en específico. No tengo dudas de la capacidad de Mockus ni la de Fajardo, quizá mi única preocupación son las altas expectativas que se puedan generan en torno a ellos. En fin. Arriba la #olaverde. Mockus presidente.

Roberto Remes Tello de Meneses dijo...

De las crisis debe emanar la solución, y es ahí donde tengo esperanza.

Apofis dijo...

Es ke comparar a Mockus es tan dificil, el es el politico mas complejo de latinoamerica, puede llegar a ser el mas romantico e ingenuo, pero a la vez el mas autoritario, casi rayando con el fascismo, eso si... todo dentro de las leyes. La esperanza esta en èl, el pueblo esta dispuesto a cambiar, a ke nos oriente y ke nos permita salir de agujero por nuestros medios, sabemos ke el nos va a enseñar a ser sociedad y no la Zoociedad ke somos ahora.
Mandenos fuerza para ke no le pase lo de Galan, Gaitan, Jaramillo, Alvaro Gomez, Carlos Pizarro, etc. Todos Muertos

lasoberbia dijo...

Leyendo tu blog, reafirmo por qué te sigo. Excelente aportación. Mi reto ahora es enterarme más sobre el personaje que invocas, y hasta entonces podré opinar con fundamento del tema. Mientras, y al margen de ello, tu forma siempre me encanta. Te felicito!

Anónimo dijo...

Madre sólo hay una felicita a Roberto por este artículo. Yo no conocía a Mockus, gracias por darlo a conocer, me cae bien, espero que gane las elecciones. Tengo esperanzas también en que surja un buen candidato para México en 2012.

Roberto Remes Tello de Meneses dijo...

Gracias por los comentarios. Sí entiendo que tiene sus partes difíciles Mockus. Todavía no hay mucha literatura sobre él, algunos blogs. En fin, de momento hay que ponerle mucha atención.

Miss Coffee dijo...

El conocer a Mockus y leer tu artículo me devuelve la esperanza que he perdido en la política, que eso está muy mal, lo sé y sé de dónde tiene que salir al Mockus mexicano pero todavía no sé cómo lo hará entre tanta corrupción. Y no puede ser que Álvaro Uribe tenía que actuar así dadas las cicunstancias o Mockus hubiera sido tan eficiente con los mismos métodos que aplicó sobre Bogotá en la misma situación y en el momento que lo hizo Uribe? es duda...
Gracias, gracias, gracias.

Roberto Remes Tello de Meneses dijo...

BT: Es cierto lo que dices, es probable que la ruta de Álvaro Uribe haya sido la mejor, pero una ruta autoritaria de Razón de Estado no puede seguir siempre porque la regla es por sí corrupta, es decir, justifica la corrupción por una razón de Estado, hasta que la corrupción crece sin control y agrava la crisis del Estado, como ha ocurrido en México.