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viernes, 21 de enero de 2011

Hasta cuándo la reforma de los medios de comunicación

Por José Alberto Márquez Salazar


En el proceso de construcción del ciudadano profundo hay factores que inciden directamente: la escuela, la familia, el entorno urbano, la religión –inclusive- y los medios de comunicación. La transición política en España combinó un crecimiento de los medios de comunicación y de la sociedad. La mayoría de ellos fomentaron los valores democráticos y lucharon por dejar asentada, en el nuevo sistema, a la libertad de expresión como un valor primordial. Es cierto que la prensa española centró muchos de sus esfuerzos en exaltar la figura de Juan Carlos I como poseedor de la Monarquía, pero a su vez como la figura notable que dejaba de lado esos intereses y apoyaba la liberalización, ella misma abrió muchas puertas para que se promoviera una revolución cultural que formó a una nueva sociedad considerada como “moderna”.

A fines de los setentas y en los ochentas, medios de comunicación impresos como el Unomásuno, La Jornada o Proceso fueron instrumentos eficaces para promover una modificación cultural y una alternativa para quienes cuestionaron la uniformidad discursiva de la televisión o la radio. La aparición de una cadena televisora alternativa a Televisa, Imevisión y estaciones de radio alternativas, Radio UNAM, Espacio 59 o Rock 101, fortalecieron esos caminos. Por supuesto que hubo muchos otros medios alternativos que tuvieron y tienen su propio circuito de promoción. En suma, una parte de los medios generó análisis, debate, y promoción de nuevos valores en los noventas lo que obligó a que otros medios de comunicación modificaran su rumbo. En 1994, la parición de la guerrilla en México, en el estado de Chiapas y el asesinato de Luis Donaldo Colosio fueron las notas que nadie pudo detener. Si en los setentas la guerra contra los “subversivos” era tratada como acciones contra delincuentes, ya no podía ocultarse.

Una generación que crecía política e ideológicamente en la vía de la transición, vio las imágenes de Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato a la presidencia de la República por el PRI, herido y violentado como la descomposición de la vieja clase política.

El triunfo electoral de Vicente Fox en el año 2000 culminó un paso de la transición y, de pronto, medios como Televisa, aparecieron como promotores de la democracia. Los opositores el Partido Revolucionario Institucional aparecieron en televisión y no solamente en imágenes sino expresando sus opiniones y criticas. Los mexicanos pudieron ver viejos temas “censurados” (el 2 de octubre de 1968, la matanza de Corpus en 1971, la existencia de guerrilla en México).

Hoy, una buena parte de los medios de comunicación convocan el retiro y alejamiento de la democracia. Hoy, existe una cadena de profesionales de comunicación relacionados abiertamente con los intereses políticos de gobernantes y legisladores que vuelven a considerar a los ciudadanos como menores de edad.

Hace apenas unos cuantos años, un grupo de legisladores buscó limitar el poder de los medios de comunicación en los procesos electorales. Entonces las grandes cadenas comerciales de la información se unieron hombro con hombro para defender “la libertad de prensa”. Era sencillo, la iniciativa de los legisladores pretendía que el IFE controlara y determinará los capitales que se dirigían a la promoción electoral. El negocio de la democracia virtual se estaba perdiendo y los medios de comunicación no podían permitirlo.

De esa limitación a las grandes cadenas comerciales de comunicación nació la ofensiva para evidenciar día a día los desaciertos, omisiones y mentiras de los políticos. El negocio había perdido una buena parte de su ganancia y alguien tenía que pagarlo.

Pero la mayoría de los medios de comunicación siguen jugando en el terreno de la política para conservar sus ventajas, por eso no quieren más cadenas de televisión, por eso insisten en monopolizar temas como la transmisión de partidos de fútbol de la representación nacional, por eso insisten en decir que los políticos son negativos.

Qué hay, qué nos ofrecen ellos. Bueno, ofrecen programas mediocres copiados de la televisión española, nos ofrecen cada día más temas de debate donde la superficialidad y la opinión suplen al análisis y las ideas, nos ofrecen la base para la automedicación, comerciales día y noche sobre el proceso sexual de mujeres y hombres, amarillismo y confusión sobre lo importante de este país. En suma, se visten de comerciantes y no de medios de comunicación.

En estos últimos días, un reportero de Televisa formuló una serie de preguntas a dos personajes que el amarillismo ha puesto en boca de muchos mexicanos: una joven supuestamente violada y un delincuente que se ha vuelto famosos por atentar contra la vida de un deportista. Sendas pláticas del reportero han sido exaltadas como ejercicio de profesionalismo. En la primera nadie se ha preocupado por los derechos humanos de la joven; en el segundo caso, ni el gobierno federal se preocupó de que con la exclusiva se exalta a un delincuente, televisión abierta. Mientras hay temas como la pobreza, la marginación, la desnutrición, que sufren muchos mexicanos y que serían objeto de mayor atención en los medios, pero pasan desapercibidos; en tanto hay muchos profesionales en la academia, en la investigación, en la promoción de valores y en la filantropía buscando mejorar las condiciones sociales de mucha gente y nunca son atendidos, Televisa y TVAzteca nos ofrecen la imagen de un presunto delincuente.

¿Por qué no se reforma o se trabaja para modificar y fortalecer el papel de la democracia y de la responsabilidad en los medios de comunicación? Porqué nuestra clase política depende de los medios para promocionarse, por qué tienen miedo de quedar fuera de la jugada si se ataca a un poder fáctico existente. Bueno, será desde la ciudadanía desde donde los medios de comunicación reciban su rechazo por lo que nos venden, nos quieren vender o promocionar.

Hay otra puerta abierta, las “redes sociales” que ahora son más efectivas como instrumentos de comunicación y de libertad de expresión. Ese es un camino para retomar ese proceso de transición y para fortalecer la democracia.


jamsalazar96@gmail.com
http://pensar2018.wordpress.com/

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