lunes, 17 de mayo de 2010
Estacionamiento en oficinas
Generalmente he trabajado en lugares que me ofrecen estacionamiento. Generalmente llegaba en auto a mi trabajo, aunque procuraba de vez en cuando llegar en transporte público. Cuando trabajé en Profepa, sin embargo, nunca llegué en transporte público. Era un tanto complicado, aunque había un autobús de la dependencia que salía de una estación del metro. Pero yo tenía dos autos a mi disposición, uno propio y el otro del trabajo (estrictamente en calidad de prestación y no de vehículo de servicio). He trabajado en Pemex por más de 7 años en tres épocas, trabajé en el Instituto Electoral del DF, en TVAzteca, en Semarnat, etc. Siempre con lugar de estacionamiento. ¿Qué habría hecho si no me hubieran dado lugar? La respuesta no la sé. Siempre he estado ligado al transporte público, pero he tenido épocas de mucha mayor dependencia con el automóvil, a diferencia de este momento de mi vida en el que he renunciado al auto para la mayor parte de mis viajes, el no tener lugar de estacionamiento (no lo tengo) no implica un deterioro de mi calidad de vida.
En algunos lugares se ha planteado y ya opera, la política de bonos por no utilizar el estacionamiento de la empresa. Es decir, que una empresa da a sus empleados un bono por no utilizar el estacionamiento, y el origen del bono puede ser alguna política fiscal que incentive a las empresas a reducir el uso del automóvil.
En México se tienen requerimientos estrictos para que los negocios cuenten con cajones de estacionamiento. Esto aplica a giros de impacto, como los restaurantes, pero sobre todo a las oficinas. Esta política surgió de manera natural ante la saturación de los lugares en la calle. Como los usos comerciales copaban los lugares en la calle, la exigencia de cajones de estacionamiento parecía una gran solución. En realidad fuimos acumulando errores.
El primer error fue no cobrar por el estacionamiento en la vía pública, y el segundo error fue que en vez de establecer un cobro tardíamente se optó por exigir el lugar de estacionamiento en los nuevos edificios. Como esta política la hemos vivido por más de dos décadas el resultado ha sido desastroso: los negocios "exitosos" se han ido hacia los centros comerciales y la gente camina menos, las banquetas son cada vez menos importantes y las vialidades crecen su importancia en la vida de los negocios ... y para colmo los lugares de estacionamiento siguen siendo insuficientes.
Creo que debemos no sólo tarificar el estacionamiento en vía pública como ya he señalado en otros artículos, al menos en las zonas más congestionadas, sino además comenzar a desincentivar el uso de los estacionamientos en las oficinas, probablemente con el mismo esquema que mencioné: la empresas obtienen un beneficio fiscal cuando a su vez dan un bono a sus empleados por no usar el estacionamiento. El resultado es el siguiente: los emplados buscan nuevas formas de llegar al trabajo (compartir el automóvil, usar transporte público, trabajar desde sus casas, caminar, etc.).
No son más espacios de estacionamiento los que necesitamos, sino espacios que cuesten, o que tengan un beneficio por no usarse. Y el día de mañana podríamos pensar en otros usos para esos lugares: jardín donde se pueda, sitios para el reciclaje de residuos, macetas, bodegas, etc. El tema es que no se requieran.
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1 comentario:
un saludo amigo!! pasè a saludarte ;)
Chivita_siab
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