En nuestro país deberíamos hacer un balance en todas las políticas públicas entre la necesidad y urgencia de resultados cortoplacistas y la obvia responsabilidad de construir políticas públicas que funcionen en el largo plazo.
En política migratoria hemos escuchado el término Enchilada completa o Whole enchilada, refiriéndose a la necesidad de no sólo llevar a cabo una amnistía a algunos migrantes ilegales, sino redefinir por completo la política migratoria de los Estados Unidos con respecto a los países del sur, partícularmente México.
Recién en el tema de transporte he comenzado a utilizar el término Enchilada completa para referirme a una implementación rápida de los corredores de transporte. El término conlleva sus riesgos, sobre todo que la instrumentación tiene que ser de buena calidad y detrás de ella debe haber una sólida relación entre los actores más importantes, entre ellos los transportistas, los vecinos afectados y en general una participación social, que no siempre se construyen bien.
Seguramente migración y transporte público no son las únicas políticas públicas que pueden ser definidas en términos de Enchilada completa, el tema es cómo tenemos que lograr la Enchilada completa, sin equivocarnos generando impactos en el largo plazo:
1. En primer lugar, debemos ser muy responsables respecto al futuro y todas las políticas públicas deben ser sostentibles, de tal suerte que no sólo atiendan las generaciones presentes, sino que sus impactos no dañen a las futuras.
2. En segundo lugar, tenemos que identificar los puntos en común y las diferencias para el aterrizaje de las políticas públicas en cada proyecto: ¿cómo un proyecto se puede instrumentar en una zona o en otra, en un sector económico o en otro, en una avenida o en otra? Este punto es clave, porque los elementos comunes deben generar procedimientos repetibles; y los elementos diferenciales deben compartir valores y criterios.
3. En tercer lugar, debemos plantearnos primero el problema y luego la solución, y no al revés. Hay ejemplos internacionales exitosos en todas las materias, seguramente, pero el hecho de que conozcamos un método, una tecnología, una práctica exitosa en ultramar no significa que tengamos que salir a buscar el problema en México: planteémonos el problema y luego veamos si la solución ya se ha dado en otro lugar y qué particularidades puede tener en nuestro país.
Me parece que estamos obligados con estos criterios generales a atender el corto y el largo plazos al mismo tiempo. A veces el corto plazo se refiere más a esperanza que a soluciones específicas, a veces una instrumentación acelerada de proyectos no es algo tan grave si no hay afectaciones de largo plazo y si se siguen ciertos principios establecidos en la política pública. De allí que para generar Enchiladas completas en todos las políticas públicas en las que estemos rezagados me resulta fundamental tener un método.
lunes, 20 de junio de 2011
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