Este lunes se anunció la cancelación del proyecto de tranvía en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Hace unos días, el jueves pasado, hice alguna declaración contra este proyecto y a favor de un sistema tipo Metrobús de bajo impacto entre San Lázaro y Buenavista. Sin ahondar en la propuesta (pues no me corresponde) simplemente quiero hacer una reflexión: ¿el tranvía está fuera de los alcances de México?
Es muy probable que en Veracruz se construya un tranvía, pero es muy difícil que este medio de transporte logre viabilidad si no existe al menos otra línea en operación, y no es el caso para ninguna ciudad mexicana. En ciudades europeas se están instalando muchos tranvías porque ya tienen tranvías operando, a veces viejos, pero el impacto de los proyectos es menor y a menudo se logran economías de escala.
No podemos descartar que en el futuro se construyan tranvías en el país, ni en la ciudad de México, pero yo pondría estas premisas:
1: El tranvía debe ser concebido como parte integral del sistema de transporte público, y no como un elemento desarticulado más.
2. No debe plantearse una línea sino una red en la que se generen economías de escala.
3. El tranvía no debe construirse mientras haya tantas inversiones pendientes en materia de transporte, pues es un sistema cuya construcción es más cara que el Metrobús. Que se construya cuando ya la ciudad cuente con un sistema ejemplar de transporte y no sólo casos exitosos aislados como hoy día.
4. El pasaje debe pagar el costo de operación cuando menos.
5. El modelo de operación PPS es adecuado para el uso del tranvía, pero los costos de construcción deben quedar claramente separados de los de operación, para asegurar que no se subsidie el servicio.
En tanto no concurran estas premisas, no podemos hablar de tranvías en la ciudad de México, y debo ser franco: sí me agrada la idea de un tranvía, pero primero hay que hacer otras inversiones que son más baratas y más eficientes en el manejo de los recursos públicos, de lo contrario, sería una irresponsabilidad.
El Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, actuo de una manera responsable al cancelar este proyecto que no tenía pies ni cabeza y cuyas cifras de demanda habían sido irresponsablemente alteradas, sin que él tuviera conocimiento de ello.
martes, 1 de junio de 2010
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