lunes, 8 de agosto de 2011
La cultura cívica con tanque entra
Esta semana me llamó mucho la atención la noticia del alcalde de Vilnius, capital de Lituania, Arturas Zuokas, quien a bordo de un tanque militar decidió aplastar un Mercedes Benz que estorbaba una ciclovía. El método de aplicación de la ley resulta sumamente autoritario, pero efectivo. Con esa imagen del tanque destruyendo un vehículo de lujo, difícilmente alguien más se atreverá a estacionar un automóvil sobre una ciclovía.
En México, con la primera ciclovía confinada en Paseo de la Reforma, aún es común ver vehículos que se estacionan invadiendo el derecho de vía de la bicicleta. Los policías no saben qué hacer y si bien la sanción es de más de 2 mil pesos y remisión del vehículo al corralón, por lo regular ésta no se aplica y por tanto no hay respeto al carril. Tampoco hay información de cómo el automóvil debe proceder para el ascenso y descenso de pasajeros, la entrada y salida de los inmuebles de Reforma, y las vueltas hacia o desde las calles aledañas.
La ciudad está llena de estorbos para peatones y ciclistas. Donde está prohibido estacionarse es común ver vehículos en doble fila. Las banquetas son una alternativa ante la falta de espacios de estacionamiento (o exceso de autos). ¿Qué pasaría si la ley incluyera esta mención? "Los peatones no serán responsables de los daños que causen a vehículos que invadan su derecho de vía" ... de pronto sería legal brincar sobre los cofres de los coches que se estacionen en la banqueta. Tan divertido como el tanque de Zoukas.
Tengo claro que el derecho a ser escuchado en juicio haría imposible en México el uso de un tanque para enmendar a los automovilistas que no respeten los derechos de paso de la bicicleta y de los peatones. De hecho, sigo pensando qué recursos jurídicos tendrá en Lituania el dueño del Mercedes Benz aplastado en Vilnius.
Hace unos días hice en automóvil un movimiento incorrecto. Me estaba incorporando a un eje vial con carril de contraflujo, pero como debía atravesar toda la avenida hice un movimiento extraño que me llevó a invadir el carril de contraflujo por no más de 10 metros, con la coincidencia de que en ese momento apareció una patrulla. De inmediato me pidió los documentos, se los di, me dijo que la sanción eran 40 días de salario mínimo y encierro del auto ... Y como es viernes, joven, saldrá hasta el lunes. Si esa es la sanción que me corresponde, ni hablar, vamos al corralón. Como la patrulla no era de tránsito me llevó hasta donde estaba personal de tránsito, tal vez a unos 100 metros de allí. El policía de tránsito me dijo, Ya ve cómo se arreglan las cosas aquí, le hubiera ofrecido para el chesco, nosotros ya nos íbamos. Insistí en que procediera conforme al reglamento. Sabía el resultado final. Los policías que me detuvieron se tuvieron que ir, no podían perder el tiempo llevándome al corralón. Los de tránsito no podían asignarme una multa cuya sanción fuera el corralón, sin llevarme al corralón. Modificaron la fracción para que entonces quedara bajo el supuesto de "no obedecer los señalamientos de tránsito" y sólo 5 días de salario mínimo. Mi maniobra no afectó el tránsito vehicular, pero si me hubiera metido en el carril del Metrobús, muy probablemente el resultado habría sido el mismo, ante la imposibilidad de llevarme al corralón me habrían puesto una sanción de $150.00 por pronto pago. Así no se puede.
Mientras sigamos teniendo la percepción de ilegalidad (por ejemplo, mis $150 pudieron haberse reducido una tercera parte, suponiendo que el chesco fuera importado), no hay cómo mejorar el respeto de unos a otros. Muchos automovilistas habrían considerado injusta la sanción que recibí si hubieran estado en mis zapatos ... nadie reconoce invadir las rayas de peatones, estacionarse en un lugar ilegal, darse la vuelta indebidamente. Cualquier sanción se percibe como injusta dado que "todos lo hacen".
Nadie es perfecto y de las sanciones aprendemos. Estoy fascinado con la imagen del alcalde de Vilnius (vean mi avatar en tuiter), pero entiendo que esa imagen tan fuerte la tenemos que construir con un sistema de incentivos al cumplimiento, en el que poco a poco nos sintamos orgullosos del nivel de respeto cívico.
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1 comentario:
A veces pienso que en México necesitamos una de esas dictaduras fuertes e intolerantes que tuvieron otros países durante la Guerra Fría para educar a la gente; en este país cada quién hace lo que se le pega la gana...
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