La línea 4 del Metrobús ha tenido un buen éxito en sus primeros días de operación. El flexibilizar el concepto de metrobús y adaptarlo a un lugar histórico en el que el celo de todos los ciudadanos nos hace protegerlo de grandes estaciones, llevó a nuestras autoridades a llevar a cabo un proyecto de bajo impacto y de muy alta calidad. El resultado es que se mejoraron distintas secciones del Centro de la ciudad, así como de sus alrededores. La calle Belisario Domínguez es uno de los grandes rescates, pero también lo es Ponciano Arriaga, Ayuntamiento y otras.
Una de las necesidades de la ciudad es que la red de Metrobús se expanda de una forma congruente con las necesidades de cada corredor y su interrelación con los demás. El modelo empleado para la línea 4 no debe ser de una sola línea. Realmente me parece un modelo empleable en otros corredores. De entrada pensaría en el de Reforma, donde en vez de operar de una manera mediocre con autobuses de una calidad inferior a la que requiere el Paseo de la Reforma, se deberían reubicar los autobuses comprados hace tres años en otros corredores, e introducir buses de piso bajo cuya altura sea la misma que la banqueta en el sitio específico de las paradas. Al igual que en el primer cuadro, cada sitio de parada debería tener un simple tótem o estela, con indicaciones generales de la ruta, entre ellas el mapa.
El servicio debería prestarse con muy alto nivel de servicio, carril exclusivo del autobús o compartido con la bicicleta de Chapultepec hacia el Poniente, y con una ruta que se enlazara con la línea 4. Es decir, no sólo con una operación de La Villa hacia Conafrut como opera actualmente el corredor, sino con algún servicio desde Buenavista o San Lázaro, así como servicios de La Villa hacia el Centro Histórico, del Aeropuerto hacia Auditorio, de Santa Fe a Chapultepec, y en general distintas opciones que los estudios de demanda determinen.
jueves, 19 de abril de 2012
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